lunes, 4 de febrero de 2013

STA FE. PIAMONTE DPTO. SAN MARTIN: Golpearon y degollaron a una mujer en su vivienda y sólo le robaron un celular


El brutal crimen fue descubierto el sábado al mediodía por el hijo de la víctima. Los pesquisas policiales descartaron la hipótesis del robo. Elsa Teresa Sanmartino viuda de Calandra tenía 67 años.
La Capital | 

Golpearon y degollaron a una mujer en su vivienda y sólo le robaron un celular
El brutal crimen de una reconocida mujer de 67 años alteró la cansina calma veraniega de Piamonte, un pueblo de 3.500 habitantes ubicado a 185 kilómetros al noroeste de Rosario, en el departamento San Martín. La víctima, que vivía sola en una sencilla propiedad cercana al centro de la localidad y que era propietaria de un pequeño campo, presentaba dos profundos puntazos en el cuello y heridas de arma blanca en los brazos y la cara. Además, le habían partido el cráneo con una plancha que fue hallada junto al cadáver. De la vivienda, según dijo la policía y corroboraron luego familiares de la mujer, sólo faltó un teléfono celular. Por eso los pesquisas de la Unidad Regional XVIII descartaron rápidamente la hipótesis de un homicidio en ocasión de robo e investigaban anoche otros móviles sin descartar que el crimen tuviera aristas pasionales o de venganza.
Elsa Teresa Sanmartino viuda de Calandra vivía sola en una amplia casa de General López 981, a pocas cuadras de la plaza central de Piamonte. El sábado al mediodía a esa vivienda con un amplio jardín en el frente llegó Sergio, de 39 años y único hijo de la mujer. El hombre, que está en pareja con Gabriela, de 48 años, estaba preocupado porque su madre no le había respondido sus habituales llamados a lo largo de la mañana. Entonces consultó con algunas vecinas que, al igual que él, se sorprendieron de no haber visto a doña Elsa en la calle por esas horas, algo que era habitual cuando salía a hacer los mandados.
Puertas cerradas. En ese marco, Sergio y una vecina ingresaron a la casa tras abrir la puerta con las llaves del hombre. Ninguna abertura había sido forzada y nada parecía anormal desde afuera de la propiedad. Pero cuando llegaron a la habitación de la mujer se toparon con el macabro cuadro.
El cuerpo de Elsa yacía a un costado de la cama, en medio de un charco de sangre. Tenía un pañuelo metido en la boca y sobre el cadáver había una plancha con la que le habían partido el cráneo. En el resto de la casa no se notaba un gran desorden ni había faltantes a simple vista. A pesar del shock en el cual cayó tras ver a su madre degollada, Sergio llamó a la comisaría del pueblo y rápidamente llegaron al lugar efectivos de la seccional 6ª que se pusieron a trabajar en el caso bajo supervisión del juez de Instrucción con asiento en San Jorge.
Según el examen del cadáver hecho por el médico forense, la mujer había sido asesinada unas 10 horas antes del hallazgo, es decir durante la madrugada del sábado, y presentaba dos profundos cortes en el cuello, varios puntazos en la cara y también en los brazos, que podrían ser de carácter defensivo, además de una fuerte contusión en el cráneo que la autopsia determinará si fue anterior o posterior a los cuchillazos.
No robaron. Las primeras averiguaciones de los pesquisas de la UR XVIII permitieron saber que en la vivienda se encontraron guardados 20 mil pesos en efectivo y algunas alhajas que tenía la mujer, por lo que descartaban totalmente la hipótesis del robo cómo móvil del homicidio. Lo único que había desaparecido de la escena criminal, de acuerdo a lo que pudo constatar el hijo de doña Elsa, fue el teléfono celular de la mujer.
En ese sentido, según los primeros pasos de los investigadores que hasta anoche se mantenían celosos para dar información, trascendió que "la víctima había recibido algunas amenazas al teléfono celular" y que posiblemente las mismas fueron hechas "por el homicida o por quien mandó a matar a doña Elsa", abriendo así la posibilidad de que haya sido un crimen por encargo.
Sin embargo, a la hora de ser consultados sobre quién podría haber encargado el crimen de la mujer y por qué, los policías prefirieron el silencio. No obstante, entre los vecinos de doña Elsa ayer se recordaba que ella misma había contado que la querían matar y que estaba teniendo problemas con una persona allegada a su familia que hasta anoche no había podido ser identificada por los pesquisas.
"Es llamativo que sólo le hayan robado el celular. Ese aparato tenía algo, una foto o un mensaje, que alguien no quería que se conociera", dijo un vecino de Piamonte que conocía a la mujer brutalmente asesinada.

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