viernes, 8 de febrero de 2013

Bª LOS HORNOS SANTA FE: A centímetros de la muerte


Un hombre fue baleado ayer al mediodía durante un asalto, en un depósito ubicado en la esquina de Pasaje Marsengo y Diagonal Goyena. El proyectil impactó en su vientre y, en el recorrido, “esquivó” órganos vitales.


Un violento asalto perpetrado ayer al mediodía en un depósito de barrio Los Hornos no terminó en tragedia por milagro.

El incidente se desencadenó cerca de las 14, en un inmueble de calle Pasaje Marsengo al 5500, en la intersección con la concurrida Diagonal Goyena.

En ese sitio existe un galpón que pertenece a una firma rosarina que realiza trabajos de instalación y reparación para la empresa Cablevisión de nuestra ciudad. 

“Estábamos con un compañero un poco distraídos y no observamos a un joven que se acercó por detrás, con un arma de fuego. Actuó con violencia, inmediatamente nos dio un culatazo en la cabeza a cada uno y nos sacó las billeteras”, recordó Rafael Elizer, el encargado. El otro trabajador asaltado era Juan Carlos Radaelli, de 44 años.

No conforme con ello, el delincuente entró en una oficina ubicada en le fondo y tomó una bolsa con dinero en efectivo. “No sé cuánto se llevó, pero tenía la plata para pagarle el sueldo a mis compañeros”, explicó Elizer.

“Cuando salió de la oficina con la bolsa, se distrajo unos segundos y aproveché para tratar de quitársela. Pensé que el arma que tenía era de juguete. Forcejeamos y comenzaron los disparos. Una vecina asegura que escuchó tres, pero a mí me pegaron dos. Una bala me rozó y la otra me pegó en el vientre. Recién me di cuenta de que estaba herido cuando salí del galpón y una vecina me dijo ‘te pegaron un tiro’. Entonces me hizo acostar y llamó a la policía y una ambulancia. Ella me contó que un cómplice había estado esperando afuera”.

Elizer estaba esta mañana en una cama de la Sala 6 del Hospital José María Cullen. Ayer fue intervenido quirúrgicamente, con éxito. La bala no pudo ser extraída, pero el herido está fuera de peligro y se recupera. Los médicos le dijeron que “el proyectil (sería calibre 22) pasó a dos centímetros de la aorta, a dos centímetros del estómago, a centímetros del corazón”.

“La verdad que nací de nuevo -reconoció-. Mi cumpleaños es el 22 de marzo, pero de ahora en adelante también voy a tener que festejar el 7 de febrero”.

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