jueves, 17 de enero de 2013

STA FE: Los tamberos vuelven a buscar precios


Lenta pero firmemente, los tamberos vuelven a ponerse en escena. Lejos de la actitud de hace un año atrás, que se consolidó para el promedio de 2012, los productores lecheros buscan hacerse valer a través de la materia prima, intentando el simple manejo del mercado.

Los tamberos vuelven a buscar precios

A una semana de la reunión informativa de la Mesa Nacional de Productores de Leche, su coordinador sentó las bases de la realidad en LA OPINION. “Hay diferencias entre productores que hay que aclarar. Están los que piensan que con una Ley se soluciona todo, sin embargo de la Ley no se sabe nada, por lo tanto no se puede confiar en que la cuestión lechera va a estar atada a un instrumento legal que no se sabe lo que dice”. Del otro lado están los tamberos que ya no creen en los supuestos oficiales; y a esos representa la MNPL, a cargo de Julio Aimar.
 
Cada actividad tiene que dejar dividendos para ser posible; y ese es el mayor problema de la lechería a lo largo de su historia en el país, donde la tierra y el clima dan mucho, aunque a veces golpean, pero donde la política no ayuda nunca.
 
“Para tener el mismo valor adquisitivo que teníamos en 2007, tendríamos que estar entre 2,17 y 2,20 pesos, sin embargo recién se podría llegar en promedio este mes a 1,68 por litro. Es tanto el defecto que hay en el tema que se hace imposible pensar en una actividad rentable con estos valores”. A pesar de esto, los funcionarios del área relatan otro espectro, pero lo que vale es lo que pasa. “El estudio de la competitividad prometía, en palabras del Ministro Yauhar que a partir de eso se iban a dar las medidas correctivas de la actividad, donde la parte comercial es la que se lleva la mayor parte de la ganancia, pero lamentablemente nunca más nos llamaron, no hicieron nada en absoluto. Por ese motivo creemos que eso está en el cajón de algún secretario poderoso que evita que esto se corrija, porque la cadena la plata para pagarle mejor al tambero la tiene, el problema es que está mal distribuida”. La referencia de Aimar se da en cuanto al estudio de competitividad que se encuadró en las promesas de Jorge Videla para levantar los piquetes de agosto. Con fecha de presentación en septiembre, luego a fin de octubre y ahora indefinida, la medida quedó en la nada, aunque haya involucrado al Minagri y a la cartera nacional de Hacienda. Como todo, como siempre.
 
Aimar relata que “la industria se queja porque tiene los precios pisados en la planchada de fábrica, pero por otro lado convive con el comercio, porque evidentemente hacia abajo nada se traduce como positivo. Si nosotros medimos la variación interanual de la leche fue de 37 por ciento, del alimento balanceado 93 por ciento, siendo un insumo esencial para nosotros. Hemos tenido un 38 por ciento a nivel de combustible, en energía un 30 por ciento”, por lo tanto, “es tan palpable, tan demostrable el efecto que tiene la producción en la distorsión de la cadena, que sería muy fácil hacer estas correcciones siempre que haya voluntad política, pero yo no veo que la haya, porque una cosa es lo que permanentemente se proclama y otras son las que se llevan a cabo. Permanentemente se está hablando de cosas cambiadas, porque cuando éramos todos productores y nadie estaba sentado en la Subsecretaría de Lechería, teníamos seis banderas. Tres herramientas que hacen a la liquidación única, laboratorios independientes y precio de referencia, de las cuales sólo se puso en marcha la primera; y en parte. Después teníamos el sistema de fijación de precios para terminar con la unilateralidad ejercida por las industrias frente al productor que entrega su leche y no la vende aceptando cualquier pago, también la transparentación de la cadena comercial y el balance entre la oferta interna y externa”. Pocos avances, ínfimos resultados.
 
Los tamberos de la MNPL conocerán en Suardi los detalles de las cifras sectoriales. Hoy el promedio del litro de leche en las góndolas de los supermercados ronda los seis pesos, por lo tanto “acá no se trata de producir mucho o poco, sino de distribuir como corresponde”. Entonces Aimar explica que actualmente, el productor tambero participa en los precios de góndola en un 27 por ciento, con lo cual se favorece exclusivamente la concentración, por lo cual el tambero chico precisa una política especial y específica, que atienda las diferencias ante los más grandes que siempre tendrán renta diversificada para subsistir.
 
“Hay que ponerse a trabajar seriamente entre industria, producción y Estado, donde no hay un problema entre los dos primeros, sino que hay que incluir a la distribución, al comercio, pero claramente esto a alguien le molesta mucho y no se da nunca, generándose una liberación en la fijación de precios”. Aimar es concreto, “lo que hay que lograr es que la distribución económica en este negocio, se fije por la participación de cada uno, que para los tamberos debe ser del 37 por ciento, pero lamentablemente apenas recibimos el 27, o el 25, muy cerca de donde habíamos llegado en 2009, con el 24 por ciento a partir de lo cual se debieron establecer las compensaciones para poder corregir la carencia de ingresos que teníamos”.
 
Una realidad que avanza, una industria que reconoce la meseta que podría contar tres años de corrido y una falta de promoción exportadora y del crecimiento que tendería a devastar la originalidad y el valor más anclado de la lechería en los pueblos de cada cuenca.

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