miércoles, 16 de enero de 2013

Militantes baleados en Rosario acusaron de "narcotraficante" a un jefe policial


Integrantes del Movimiento Evita declararon ante la justicia federal “porque los hechos denunciados se encuadran dentro la figura de narcotráfico”, explicaron. Lo hicieron fuera de Rosario “ante la falta de seguridad brindada por el Estado provincial a los testigos del hecho”. El policía acusado es el jefe de la subcomisaría 2ª de esa ciudad.

Los militantes del Movimiento Evita baleados la semana pasada en Rosario declararon hoy ante la justicia federal y sindicaron al titular de la subcomisaría 2da de esa ciudad como "narcotraficante", por su presunto vínculo con quienes manejan el búnker de venta de drogas en el barrio Nuevo Alberdi. 

Así lo informaron hoy a Télam desde la agrupación y agregaron que "la decisión de declarar ante un fiscal federal fue tomada por los testigos junto a sus asesores letrados, porque los hechos denunciados se encuadran dentro la figura de narcotráfico". 

Las declaraciones realizadas esta mañana se hicieron fuera de Rosario "ante la falta de seguridad brindada por el Estado provincial a los testigos del hecho", subrayaron los referentes locales del Movimiento Evita. 

Ramón Ferreyra, referente de la agrupación en el barrio Nuevo Alberdi de Rosario, declaró hoy junto a sus hijos Carlos y Ariel, quienes el jueves pasado fueron heridos durante un tiroteo entre bandas antagónicas que se disputan el territorio por el control de la venta de drogas. 

En ese hecho también recibió un disparo en el cuello el joven militante Gastón Arregui (26), quien permanece internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) de esta ciudad, luego de ser sometido a una intervención en la carótida. 

Según pudo saber esta agencia, en sus testimonios ante la justicia federal los Ferreyra apuntaron contra el comisario Mendoza, titular de la subcomisaría segunda de Rosario con jurisdicción en el barrio Nuevo Alberdi, por su vínculo con una de las bandas que opera un búnker de droga en el barrio. 

También lo responsabilizaron por filtrar la declaración policial de Carlos Ferreyra a los propios narcos, quienes un rato después amenazaron con un arma en la cabeza a su padre, Ramón Ferreyra, para que retirara la denuncia, ampliaron los voceros. 

"A la falta de seguridad brindada por el Estado provincial a los testigos del hecho, se le suma la actitud miserable del secretario de Seguridad Matías Drivet, que operó durante cuatro días para instalar en los medios de comunicación que la agresión sufrida por nuestros compañeros se debía a que estaban involucrados en la venta de estupefacientes", señala un comunicado del Movimiento Evita. 

"Lo más grave es que Drivet filtró a algunos periodistas y a un portal de ex policías provinciales exonerados de la fuerza (ULTRAPOL), las actuaciones sumariales llevadas adelante por la subcomisaria segunda de Rosario y un seudo informe de inteligencia de la misma dependencia cuyo titular, el comisario Mendoza, acaba de ser sindicado por los testigos en su declaración ante el fiscal federal", agrega el comunicado. 

Según precisaron desde el Movimiento Evita, las víctimas apuntaron contra Mendoza "por su relación con el bunker de venta de estupefacientes del barrio Nuevo Alberdi" y como "responsable intelectual de las amenazas a Ramón Ferreyra, cuya primer declaración ante una sumariante de la Subcomisaría segunda fue reproducida con precisión por quienes lo encañonaron con un arma en la cabeza el viernes a la noche". 

Aclararon que "el mismo Carlos Ferreyra detalló el procedimiento, a todas luces irregular, por medio del cual la misma sumariante le tomó declaración en el hospital mientras lo intervenían por las heridas recibidas, sin leerle el escrito antes de firmarlo, y desmintió haber enunciado afirmaciones que los diarios reseñan como de su autoría en el citado documento". 

Agregaron que "la operación del titular de la subcomisaria 2da para encubrir su responsabilidad y la operación de Matías Drivet para "salvar la ropa" de su gestión al frente del Ministerio coincidieron" ya que "decidieron "jugar fuerte" y nos les importó, para ello, ensuciar a cuatro militantes". 

Según fuentes del caso, la familia Ferreyra -compuesta por 15 integrantes- tuvo que abandonar la ciudad ante la falta de garantías para su seguridad en el barrio Nuevo Alberdi. 

En un comunicado, el Movimiento Evita de Rosario recordó que "Ramón es reconocido por su militancia barrial en Nuevo Alberdi desde hace 15 años y por encabezar en los últimos meses el reclamo por las obras necesarias para parar la inundaciones en el barrio, y por la reposición de la luminaria pública de la zona, rota por los narcos para poder operar de noche sin sobresaltos". 

"Carlos y Ariel, los hijos de Ramón, hacían changas como carpintero y vendedor ambulante respectivamente, y después de trabajar colaboraban con su padre en la militancia social", sigue el texto. 

"Gastón Arregui trabajaba de albañil de 8 a 18 y luego acompañaba a Ramón en sus reclamos y tareas sociales" puntualizan, y recuerdan que "cuando se sumó al Movimiento Evita dijo que lo hacía siguiendo el ejemplo de su madre, militante peronista de Río Gallegos, y de su tío, militante de la UES del Industrial de Santa Fe, desaparecido durante la última dictadura cívico militar". 

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