Mientras la AFIP investiga el pase de Emanuel Gigliotti a Colón, el que se habría efectuado a través de un club uruguayo donde nunca jugó, un especialista en la materia explica de qué manera "los inversores se adueñan de los jugadores".
Mientras la AFIP investiga los pases de futbolistas de San Lorenzo y River, a partir de las famosas “triangulaciones”, el tema se instala en nuestra ciudad porque afecta al jugador de Colón Emanuel Gigliotti, cuyo pase pertenecería a Fénix, un equipo uruguayo, donde nunca se desempeñó. A la luz de los hechos, el tema mereció la opinión de Ricardo Fraga Navías, abogado de jugadores y especialista en la materia.
Según explicó, todo arrancó con “el negocio de los derechos económicos. Los clubes piden porcentajes de futuras transferencias y no escaparía a la legalidad. El problema es que ese tipo de negocios se han ido desvirtuando al punto en que los inversores han empezado a adueñarse de la situación. Aparecen conceptos, casi repugnantes para el Derecho del Trabajo, como que son dueños de un jugador”, comentó este jueves en comunicación con LT10.
En el mismo contexto, especificó que el reglamento de FIFA “prohíbe la injerencia de terceras personas que no sean clubes en la contratación de jugadores y transferencias". Sin embargo, todo “se fue desvirtuando y se generó un negocio por el cual estos grupos se hacen dueños de los jugadores, y los jugadores son en cierta forma cómplices”, dado que se ven sujetos a firmar contratos de trabajo “ficticios”, tal el caso de Gigliotti con el club uruguayo.
“Una cosa es que una empresa determinada haga el negocio. Sin embargo, si se meten dentro del esquema federativo, pueden recurrir a FIFA y tienen una serie de ventajas. Pero la transferencia, depende del país si paga o no impuestos”. En virtud de lo cual, la transferencia de Fénix debió tributar al fisco uruguayo.
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