lunes, 2 de julio de 2012

ROSARIO: Los bunker de drogas, un fenómeno que crece en violencia comunitaria

La reacción de vecinos destruyendo un quiosco hace 12 días expresa un hecho reiterado en Rosario. Distintos niveles del Estado dicen tener un desafío conjunto para moderar una problemática en alza.
La Capital | 
 La destrucción a manos de vecinos de una edificación de venta de drogas en Uruguay y Felipe Moré, ocurrida minutos después del crimen de un habitante del barrio hace doce días, agrupa una serie de fenómenos complejos que se reiteran en Rosario. En esos episodios de violencia extrema queda al desnudo la tensión permanente provocada por la cada vez más desplegada instalación de estos quioscos. Así pasó en este último caso. César Oviedo, de 34 años, mantuvo una discusión menor con un chico muy joven, empleado del local, que le disparó a quemarropa un balazo en el pecho matándolo a la vista de testigos.
   En esa conflictividad persistente, que explota con frecuencia cada vez más visible, hay un punto común de barrio a barrio: un sentimiento de abandono por parte de las instituciones estatales. La idea de que no se puede acudir a la policía porque tiene conexión o tolerancia con el negocio, de que los tribunales están ausentes y de que eso permite que el emprendimiento, degradante para el vecindario, se consolide a la vista.
Incredulidad. El día después de que mataran a César Oviedo, que trabajaba como cartonero, el juez de Instrucción Javier Beltramone, el secretario penal Miguel Moreno y el fiscal Enrique Paz estuvieron dos horas conversando con los vecinos frente al bunker arrasado la noche anterior por los vecinos. Muchos de estos expresaban incredulidad y asombro. ¿Qué hacía un juez conversando con ellos? ¿De verdad un representante estatal se interesaba por un problema agobiante? ¿Por qué ese quiosco que despachó mercancía ilegal a cielo abierto durante un año y medio no había motivado una intervención antes? ¿Era necesario el previsible homicidio de una persona del barrio para ello?
   Todos los vecinos vieron que quien mató a Oviedo fue un vendedor del quiosco apodado Maxi, que está identificado. “Maxi cuidaba el bunker, estaba armado, siempre andaba como loco. Ese día César lo vio disparando y le pidió que dejara de tirar. Así lo mataron”, contó la cuñada de la víctima. Por este caso está detenido Juan Manuel A., un vecino que, según testigos, sacó en moto a Maxi tras el homicidio.
   “Quiero dar expresas garantías a los vecinos del barrio de que no estarán desamparados. Es preciso que la gente vea que estamos trabajando para que situaciones como estas no vuelvan a ser posibles. Seremos implacables con quienes producen estos delitos que afligen a la gente. El sospechoso del homicidio está identificado”, dijo el juez Beltramone a este diario.
Muros. Lo que queda por establecer es quién maneja el emprendimiento en torno al cual fue asesinado César Oviedo. Aclarar el crimen no es más importante que establecer lo otro. Hace 18 meses, en diciembre de 2010, un grupo de personas empezó a levantar esa construcción de material de seis metros cuadrados, concebida como un reducto difícil de vulnerar. Sus muros eran de 45 centímetros de espesor, más que las medianeras de edificios.
   El trabajo policial de aclarar el crimen de Oviedo fue delegado por Beltramone a la Dirección de Asuntos Internos. En principio en Tribunales compartieron las suspicacias de muchos vecinos. Les parecía imposible que la comisaría 19ª, a nueve cuadras del lugar del hecho, ignorara la actividad de un quiosco que despachó drogas durante 18 meses.
   Cuando a 12 horas del crimen los funcionarios judiciales estaban en el lugar, la mañana del 22 de junio, una patrulla de esa seccional no dejaba pasar. “Si pudieron saber que estábamos ahí en ese momento es impensable que no supieran lo que pasaba a diario durante un año y medio”, dijo un colaborador del juez.
   Los traficantes que controlan estos emprendimientos reiteran algunas lógicas. Las personas que los atienden suelen provenir de otras zonas y no se familiarizan, salvo excepciones, con la gente del barrio. Los bunkers son fortificaciones que a menudo se emplazan en lugares accesibles para el comprador que llega en auto. En el caso que ocupa esta nota, según testimonios relevados, los vendedores no se comunicaban con los vecinos.

Conductas. Pero lo que sí ahondan estos emprendimientos sin control, en barrios ya azotados por niveles importantes de exclusión y violencia, son las adicciones. Los consumos problemáticos son muy afligentes en ámbitos vulnerables donde la atención pública llega en cuentagotas. Eso lo padecen y lo saben los vecinos de estas comunidades afectadas. Romper o quemar un bunker suele ser una puesta en acto, no exenta de peligro, del desamparo que sienten.
   El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, sostuvo que el control del tráfico de drogas barrial, por la violencia multiplicadora que genera, será una prioridad de su gestión. “También es necesario que todos los estamentos, sean nacionales, provinciales o municipales, colaboremos en una política común, porque no es algo exclusivamente de la provincia de Santa Fe. Este tema involucra conductas de vida y la existencia de bandas y focos duros del delito y, por eso, la coexistencia de políticas comunes ayudará a que empecemos a lograr lo que la ciudadanía quiere”, dijo al asumir.
   Se abren al respecto espacios propicios para una cogestión responsable ante un tema común a todos los niveles del Estado. El miércoles pasado un funcionario de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción (Sedronar), el sociólogo Ignacio O’Donnell, dijo en el Concejo Municipal que la prioridad de esta dependencia que conduce un rosarino, Rafael Bielsa, es federalizar la asistencia, trabajando en el territorio, con la vulnerabilidad social como prioridad.
   O’Donnell postula la necesidad de una política pública sólida, que ataque todas las aristas de la oferta de droga, que produzca intervenciones integrales que vayan más allá del gobierno de turno. Y hace eje en la intervención comunitaria para el tratamiento de las adicciones que estragan a los habitantes de estos barrios.
   En un problema de múltiples causas hacen falta múltiples actores. Hay problemas de seguridad pero, sobre todo, de salud, de educación y de desarrollo social. “La sociedad está en deuda con estos barrios y las deudas se deben pagar en el lugar donde se contraen”.
   Las posibilidades de un trabajo concertado parecen estar planteadas.
Zozobra y muerte frente al quiosco

21.06.2012. El albañil Luciano Díaz fue baleado en una vereda de barrio La Cerámica y murió seis días después. Según los vecinos, el tiroteo ocurrió tras el robo de una moto a un soldado de un narco y dos grupos antagónicos dirimieron la disputa a balazos en Medrano al 2600. La balacera sorprendió a Díaz en la vereda de Medrano y Coliqueo. Tenía 33 años.

20.06.2012. César Oviedo, un carrero de 34 años de villa La Boca, recibió un balazo en el pecho en Felipe More y Uruguay. Si bien en un primer momento se inscribió la causa en una riña entre vecinos, luego se estableció fue consecuencia de una pelea entre la víctima y un vendedor de un bunker de drogas identificado como Maxi, que huyó del lugar.
23.05.2012. Andrés Román Gauna ingresó, bien vestido y con una mochila de moda colgando de la espalda, en un pasillo de Necochea al 3900. Lo mataron de tres balazos. Nadie lo conocía allí y es probable que el muchacho de 23 años tampoco conociera el lugar. “Acá había un quiosco que vendía droga, pero lo sacaron y la cosa estaba más tranquila”, dijo un joven vecino.

04.04.2012. Habitantes del barrio Ludueña arrasaron con dos locales apuntados como quioscos de venta de droga. La furia de un centenar de vecinos se desató luego de que un niño de unos 12 años hirió a un joven en Tupac Amaru y Garzón. Al parecer, el menor estaba borracho o drogado cuando empezó a tirar con una pistola calibre 22 y un muchacho que estaba jugando al fútbol le dijo que dejara de hacerlo. Entonces el chico le disparó dos balazos en el pecho.

11.03.2012. Dos hombres fueron acribillados frente a un quiosco de drogas frente a una casa de Estados Unidos al 800. Daniel Burgos, de 39 años, murió antes de llegar al hospital Eva Perón de Baigorria. Había recibido once balazos calibre 9 milímetros. Claudio Fernández, de 31, murió al día siguiente en el Clemente Alvarez. La policía pensó entonces que ambos habían ido a comprar o a vender drogas, cuando fueron sorprendidos por varios hombres que llegaron en una moto y un auto y les dispararon.

31.01.2012. Carlos Tito Benedetti, de 36 años, recibió un balazo en la cabeza que le provocó pérdida de masa encefálica. Fue frente a un búnker de pasaje Franco y República Dominicana, pasadas las 3 de la mañana. Luego de que la víctima fuera trasladada al Clemente Alvarez se desató una furia vecinal que personal policial aprovechó para romper una pared e ingresar al quiosco, donde detuvieron a un hombre de 28 años y secuestraron un revólver calibre 38 y una pistola 9 milímetros.

15.10.2011. Elías Bravo recibió 30 balazos frente a un bunker de French al 2100, en la conjunción de los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial. Luego de su muerte, los vecinos destrozaron el quiosco.

24.09.2011. En la cuadra de Gomensoro al 1400, un pasaje de villa La Lata entre Paraguay y Corrientes, hubo dos crímenes en el lapso de nueve meses que fueron relacionados con la existencia de un búnker de venta de drogas en el lugar. El 24 de septiembre del año pasado Pedro Lencina, de 28 años, recibió siete balazos. Previamente, el 4 de enero de ese año, Diego Coronel, de 24, fue ultimado de dos tiros, aunque en este caso tanto la familia de la víctima como los investigadores dijeron en su momento que el crimen no estaba vinculado al submundo de las drogas.

13.08.2011. Iván Bisbal, de 14 años, fue asesinado de un balazo en Juan B. Justo al 7900 alrededor de las 4.30. La víctima fue identificada como Iván Bisbal, quien fue atacado con un arma automática. Vecinos indicaron que muy cerca del lugar donde mataron al chico funcionaba un quiosco de venta de drogas, lo que entonces no fue confirmado por los investigadores.

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