lunes, 2 de julio de 2012

ROSARIO: "El trabajo de Jere, Mono y Patom impactó y marcó el corazón de la gente de villa Moreno"

Este domingo se cumplieron seis meses del triple crimen de Villa Moreno, en la Ciudad de Rosario. Eduardo Trasante es el padre de Jeremías, una de las víctimas del caso, y dijo que abrazó el legado “de continuar la tarea” que desarrolló su hijo en el barrio.
La Capital | 
Seis meses pasaron ya del trágico hecho con el que abrió el año la ciudad de Rosario y que se cobró la vida de tres jóvenes en villa Moreno. Una compleja trama de intereses, complicidades y negociados fueron develados en el caso que investigó la muerte de Jeremías “Jere” Trasante (17 años), Claudio “Mono” Suárez (19) y Adrián “Patóm” Rodríguez (21), tres chicos que militaban en el Frente Popular Darío Santillán.
Cinco imputados ya fueron procesados por los crímenes, ocurridos en la madrugada del 1 de enero en la zona sur de la ciudad. A la distancia que marcan los seis meses que cumplen hoy de aquel suceso, Eduardo Trasante —papá de Jeremías— recuerda a su hijo y entre lágrimas resalta que el trabajo de estos chicos "impactó y marcó el corazón de la gente" del barrio.
"El legado que abracé, en alguna forma, es tratar hoy por hoy de continuar la tarea que hizo Jeremías", confiesa Eduardo Trasante a LaCapital.com.ar, al tiempo que invita a participar a la comunidad de una actividad en recuerdo del triple crimen, que será hoy a las 19.30 en el auditorio del shopping "Via Dolce", de San Martin y Uriburu.

—A seis meses del triple crimen, ¿Qué reflexión hace de aquel hecho?
Hemos visto en el caso de la justicia que perseguimos por la muerte de los chicos un avance muy particular. Un trabajo bien comprometido de la parte judicial. También del Ministerio de Seguridad, en cuanto al trabajo que se estuvo haciendo en relación a los policías y autoridades de la seguridad involucrados en el triple crimen. Hoy por hoy, si bien estamos en una etapa de espera respecto de las resoluciones a tomar, las personas que estuvieron involucradas en el triple homicidio están todas detenidas. Y más allá de que ese tipo de noticias no nos devuelven a nuestros hijos, en alguna parte trae a todo el grupo de las familias una suerte de tranquilidad en el hecho de saber que los responsables están detenidos y estamos abogando porque haya justicia en esto que estamos persiguiendo.
Las barriadas populares son las más afectadas por la inseguridad ¿Cómo está el barrio ahora?
El barrio ha recuperado una suerte de tranquilidad. Los primeros meses fueron bastante convulsionados. Esto hizo a que las TOE y agentes de la policía estuviesen recorriendo. Tuvimos durante casi dos mese un móvil delante de la puerta de nuestro hogar porque a medida que fueron transcurriendo los días y se fueron deteniendo a las personas involucradas en las muertes de los chicos, esto ha generado una suerte de corridas, de vehículos de gente desconocida, hubo gente armada, amenazas. Pero todo esto como que pasó, y si bien la presencia policial sigue en el barrio, hay una suerte de tranquilidad que se alcanzó. El primer mes y medio fue terrible por el hecho de que parecía un desierto, la gente no salía a la calle. Era época de verano y es usual que en los barrios la gente pase mucho tiempo en la vereda de sus casas, cosa que en enero y febrero eso no ocurrió y los chicos estaban dentro de sus hogares. Con el correr del tiempo y a medida que las personas involucradas fueron siendo capturadas, la tranquilidad en cierta forma se recuperó en el barrio.
Cinco imputados por los crímenes ya fueron fueron procesados. ¿Que demandas quedan pendiendes?
Hay cinco procesados. En una de las tantas reuniones que hemos tenido con el juez (Juan Andrés) Donnola, en una ocasión él hizo mención de algo que nos dejó pensando. Dijo que el caso del triple crimen es nada frente a todas las cosas que estamos descubriendo, frente a los resultados de las escuchas telefónicas. Y a medida que transcurra el tiempo, la sociedad de Rosario va a quedar más que asombrada por la gente que está involucrada y comprometida. No precisamente con el caso del triple crimen, sino con todo lo que es el narcotráfico en Rosario. A esto se le sumó un trabajo bien fuerte del ministro de Seguridad, que en su momento fue el señor (Leandro) Corti, respecto de la policía involucrada. De hecho eso es algo que todavía no se cerró. Hay una suerte de investigación con algunos médicos del Heca dadas algunas anomalías que se fueron observando.
Jere, Patom y Mono eran tres militantes sociales, y así los recuerdan permanentemente sus amigos y compañeros de militancia. ¿Cuál cree que es el legado que dejaron?
En el caso de mi hijo, Jeremías, dada mi actividad pastoral, la capellanía carcelaria y todo lo que venimos haciendo, yo no acompañaba a mi hijo en su actividad como referente en el movimiento. Inclusive había muchas cosas que yo ignoraba del trabajo que él hacía. A Jeremías le hizo mucho bien, hubo cambios muy particulares que él manifestó desde que se integró al frente Darío Santillán. Trabajaba con todo el corazón, con todas las fuerzas. Fue en el hecho de que yo, al conocer, discutí y lo peleaba y él me decía ya vas a ver, ya vas a ver. Y de pronto pasó todo lo que pasó y como que comencé a descubrir por el testimonio de la gente lo que Jeremías venía haciendo. De pronto el legado que me dejó Jeremías a mí hoy es, si bien no milito, permanentemente el movimiento Darío Santillán, acompaño en alguna forma la tarea que los chicos siguen haciendo en el barrio. Hoy por hoy estoy más ligado a ellos. Y veo el trabajo que mi hijo venía haciendo, tanto Mono con Patom, que la gente recuerda, celebra, y llora. Eso me impacta. Como el trabajo de ellos impactó y marcó el corazón de la gente. El legado que abracé, en alguna forma, es tratar hoy por hoy de continuar la tarea que hizo Jeremías. Tal vez no cien por ciento involucrado, pero sí con miras a tratar de repetir las tareas de buena voluntad y de todo corazón que los chicos venían llevando a cabo en el barrio.

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