El chofer de una camioneta que
realizaba traslados para el Correo Argentino fue asaltado el martes a la
mañana por cuatro hombres armados que interrumpieron su marcha mientras
se dirigía hacia la ciudad de Santa Fe por la autopista. El conductor
se detuvo al ser intimidado con un disparo de arma de fuego desde un
vehículo que se le puso a la par. Así, los ladrones huyeron con el
vehículo —al cierre de esta edición no había sido localizado— luego de
desactivar el sistema de rastreo satelital.
La víctima fue retenida durante unos
minutos y luego abandonada cerca de una estación de servicios a la
altura de Timbúes. Si bien no trascendió cuál era la carga del rodado,
en general estos golpes se cometen en busca de documentación o artículos
de telefonía celular que suelen transportarse por este medio.
Fuentes policiales relataron que el
martes a la mañana Jorge R. iba al volante de una camioneta Renault
Master blanca de la empresa LDA (Logística de Avanzada) que presta
servicios para Correo Argentino. El chofer, de 49 años y oriundo de
Paraná, había salido de Buenos Aires y se dirigía a la capital
santafesina por la autopista Brigadier López.
A la par. Alrededor de
las 5.25, pasó por la estación de peaje ubicada en el límite entre
Puerto San Martín y siguió su marcha. Habrán transcurrido unos veinte
minutos cuando apareció en escena un Ford Escort bordó y se le puso a la
par. Voceros policiales de la Unidad Regional XVII contaron que, según
denució el conductor, uno de los ocupantes del vehículo le hizo señas
para que se detuviera. Y para reforzar el requerimiento, el hombre
—sentado en el asiento delantero derecho— extrajo una escopeta por la
ventanilla e hizo un disparo al aire.
R. se detuvo entonces sobre la banquina
y del Escort bajaron —según la denuncia, todos encapuchados— cuatro
hombres. Apuntándole con la escopeta, lo obligaron a bajar de la
camioneta y lo hicieron subir al auto, luego de taparle la cabeza con el
chaleco que llevaba puesto.
Anulado. Uno de los
maleantes se subió a la camioneta y se esfumó. Según los voceros
consultados, el rastreo satelital que tienen esos vehículos se
interrumpió. "Ya saben cómo hacer, saben qué es lo que tienen que hacer
para anular el rastreo", comentó una portavoz policial. No es un detalle
menor, ya que cuando las empresas que hacen el seguimiento detectan una
anomalía en el recorrido interrumpen el suministro de combustible de
las camionetas, como ha sucedido en otros casos similares (ver aparte).
Jorge R. calculó que habrán trascurrido
unos treinta minutos dentro del vehículo de sus captores hasta que fue
abandonado en la misma autopista. Entonces, al divisar las luces de la
estación de servicios de Opesa ubicada en el kilómetro 28,5, el chofer
caminó hasta allí y se comunicó por teléfono con la comisaría 9ª de
Timbúes.
Precintadas. Fuentes
policiales estimaron que, en función de lo relatado por la víctima, el
hecho puede haber ocurrido en inmediaciones de Maciel pero fue
denunciado en Timbúes ya que allí fue abandonado el conductor.
Los voceros consultados indicaron que
el chofer no sabía qué era lo que transportaba. "Cuando se suben a la
camioneta, ya tienen precintadas hasta las puertas, no saben lo que
llevan", explicó un portavoz, aunque aseguró que estos vehículos no
transportan dinero. Asimismo, indicó que la camioneta sustraída no
estaba siendo custodiada por otro vehículo, como suele ocurrir en
algunos casos.
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