A Boca se le escapó el triunfo en el final
El equipo de Falcioni se
puso en ventaja, a los 27 minutos del complemento, con un gol de
Roncaglia. Pero Corinthians, tal vez en el mejor momento de Boca, llegó
al empate por intermedio de Romarinnho, a cinco minutos del final.

Boca Juniors, que mostró dos caras, dejó escapar anoche una victoria
increíble al empatar de local ante Corinthians de Brasil, 1 a 1, en la
primera final de la Copa Libertadores de América.
El
conjunto de Julio César Falcioni, que cambió radicalmente su juego del
primer al segundo tiempo, se puso en ventaja, a los 27 minutos del
complemento, con un gol de Facundo Roncaglia.
Pero
Corinthians, tal vez en el mejor momento de Boca, llegó al empate por
intermedio de Romarinnho, a cinco minutos del final.
De esta manera, la final de la Copa Libertadores quedó abierta y se definirá dentro de siete días en San Pablo.
Cabe destacar que a esta altura del certamen ya no corre el valor doble del gol de visitante como fórmula de desempate.
La primera media hora mostró a un Corinthians sólido en el fondo, con
mucha presión y movilidad en la mitad de la cancha, pero sin profundidad
en ataque.
El entrenador Tité, que nunca perdió ante un
equipo argentino (ocho triunfos y tres empates), empleó un 4-4-2
flexible, ya que cuando tuvo la pelota y pensó en el arco rival, dos de
los cuatro mediocampistas, Jorge Henrique y Alex, se sumaron a Danilo y
Emerson en ataque.
Y producto de ese mejor juego, más desde
lo conceptual que desde lo futbolístico, contó con su única chance de
gol, a los 7 minutos, con un remate desde 25 metros de Paulinho, su
volante central, que exigió una extraordinaria respuesta de Agustín
Orión.
A todo esto, Boca no hizo pie en el fondo, menos en la mitad de la cancha y mucho menos en ataque.
Sin dudas la presión que ejerció Corinthians sobre Juan Román Riquelme
nubló al equipo de Falcioni del mediocampo hacia adelante.
Pero así como el ‘10‘ no tuvo una noche inspirada, tampoco lo ayudaron
Walter Erviti, por izquierda, y Pablo Ledesma, por derecha. Entonces,
Boca no tuvo fútbol ni volumen de juego y sólo Santiago Silva, con su
movilidad, complicó a una defensa que casi no tuvo fisuras.
De hecho, a los 33 minutos, el delantero uruguayo sacó un remate que se
desvió en Leandro Castán. Esa fue la única situación del equipo local. Y
sin dudas menos peligrosa que la que gestó su rival en el inicio del
partido.
Pero tal vez esa jugada le sirvió como inyección
anímica a Boca, porque en los 10 minutos finales de la etapa inicial se
adueñó de campo y pelota, aunque sin profundidad, y desestabilizó al
fondo visitante.
Todo esto, a partir de un crecimiento en el juego de Riquelme y una mayor participación del resto de sus compañeros.
Pero quedó claro que en el partido de las estrategias, Tité le ganó el
duelo a Falcioni, porque el desarrollo de la primera etapa,
friccionado, se jugó al ritmo que propuso Corinthians, el equipo ‘más
argentino de los brasileños‘.
Un párrafo para el árbitro
chileno Enrique Ossés, quien si bien no incidió en el resultado, se
equivocó seguido. Primero le sacó ritmo Boca al no sancionar varias
faltas y luego perjudicó a Corinthians al no expulsar a Facundo
Roncaglia, a los 40 minutos.
En el comienzo del segundo
tiempo Boca mostró otra actitud y una mayor ambición, a partir de estar
mejor parado atrás, de ejercer más presión en la mitad de la cancha, y
de consolidar un mejor funcionamiento colectivo. Así, a los 4m, una
buena jugada entre Leandro Somoza y Erviti derivó en un remate de
Riquelme, que se fue apenas por encima del travesaño.
Pero
esa mejoría de Boca se vio aplacada por la floja labor del chileno
Ossés, quien le sacó -al igual que los primeros 45 minutos- ritmo al
equipo local, al equivocarse en fallos menores.
Corinthians,
pasado el cuarto de hora inicial del complemento, logró salir del
asedio, pero en una réplica pasó un sofocón después de una jugada
excepcional de Riquelme que Mouche (17m.) definió a las manos de Cássio.
Luego, el partido se pareció un poco más al de los primeros
45 minutos, con fricción y lucha en la mitad de la cancha, sin un
predominio de ninguno de los dos equipos, y con poco en ataque.
Pero Boca, producto de ese cambio de actitud, fue y fue y a los 27 minutos llegó al gol.
Un tiro de esquina desde la izquierda de Pablo Mouche, derivó en un
cabezazo de Matías Caruzzo, en otro de Silva, que Chicáo sacó con la
mano sobre la línea (era penal y roja) y luego dio en el palo derecho,
pero apareció Roncaglia (tal vez en su último partido) y puso el 1 a 0.
Lo de Ossés a esa altura era de regular para pésimo. Es que acto seguido amonestó a Chicáo. ¿La razón? No se entendió.
Encima, a los 40 minutos, llegó el empate, primero porque perdió la
pelota Riquelme y después porque Romarinnho (el hijo de Romario), quien
había ingresado 180 segundos antes por Danilo, definió exquisitamente,
tras un pase bárbaro de Emerson. Un baldazo de agua fría.
Pero sobre el final tuvo el triunfo en dos cabezazos, primero con Lucas
Viatri y después con Darío Cvitanich, quienes habían ingresado por Silva
y Mouche, respectivamente, pero el travesaño y la falta de puntería les
negaron el gol. Fue un final frío y negro. Con sabor a poco.
Síntesis
Boca Juniors:
Agustín Orión; Facundo Roncaglia, Rolando Schiavi, Matías Caruzzo y
Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Leandro Somoza y Walter Erviti; Juan
Román Riquelme; Pablo Mouche y Santiago Silva. DT: Julio Falcioni.
Corinthians: Cássio; Alessandro, Chicáo, Leandro Castán y Fábio Santos; Ralf, Paulinho y Alex; Jorge Henrique; Danilo y Emerson. DT: Tité.
Goles: en el segundo tiempo; 27m. Roncaglia (BJ) y 40m. Romarinnho (C).
Cambios:
en el primer tiempo; 39m. Liedson por Jorge Henrique (C). En el segundo
tiempo; 37m. Diego Rivero por Ledesma (BJ) y Romarinnho por Danilo (C);
39m. Lucas Viatri por Silva (BJ); 42m. Darío Cvitanich por Mouche (BJ);
y 46m. Wallace por Alex (C).
Amonestados: Roncaglia y Erviti (BJ). Chicáo (C).
Arbitro: Enrique Ossés (Chile).
Cancha: Boca Juniors.
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