domingo, 4 de marzo de 2012

GRANADERO BAIGORRIA: Perdieron a su hija hace 23 años y todavía esperan un resarcimiento

La niña murió en 1988, cuando un tren embistió a un colectivo escolar. Fue una catástrofe. Los padres aún esperan respuestas. Creen que familiares de otras víctimas sí fueron indemnizados.

Un matrimonio de esta ciudad que hace 23 años perdió a su única hija en un accidente ferroviario ocurrido en Capitán Bermúdez asegura que todavía no cobró ninguna indemnización, ni del ferrocarril, que en ese momento era estatal y público, ni de la aseguradora del transporte, que presentó quiebra.
El accidente, que en ese momento conmovió al país, se produjo el 5 de julio de 1988, cuando un carguero que se dirigía a los puertos del cordón embistió a un transporte escolar que traía alumnas de Granadero Baigorria, hasta la escuela Nuestra Señora de los Milagros de Capitán Bermúdez.
La tragedia se produjo en el cruce de las postas, en avenida San Lorenzo y Escalada, paso a nivel que, como muchos otros, no tenía barreras y en el que perdieron la vida cinco niñas. Esto provocó una pueblada, la gente so movilizó, algunos sacaron las vías y tuvieron que intervenir la Policía Federal y fuerzas de seguridad nacional para lograr que las formaciones del Belgrano vuelvan a circular por la ciudad (ver página 38).
Mirna Gisela Rivero tenía 10 años al momento del accidente. Era la única hija del matrimonio compuesto por Mirta Irene Retamozzo y Víctor Rivero, ambos nacidos en la ciudad correntina de Goya y radicados hace más de tres décadas en Granadero Baigorria.
La hija de los Rivero perdió la vida en el acto y a partir de allí una herida imposible de cerrar se apoderó de las familias, y un recuerdo imborrable y difícil de sobrellevar para las sobrevivientes.
Desde ese momento comenzaron las demandas y de ahí en más otro padecimiento para la familia Rivero: "Hasta ahora hemos cambiado tres abogados, pero pasaron casi 24 años y todavía no hemos recibido una indemnización", sostuvo Mirta.
Por su parte, Víctor remarcó: "Sabemos que una familia consiguió cobrar. Pero cuando preguntábamos a los abogados, nos enrostraban que solamente nos interesaba la plata. Pero no es así. La vida de mi hija no tiene precio, pero sí queremos que se cumpla con lo que es justo".
Víctor y Mirta son un matrimonio de gente trabajadora: el hombre siempre trabajó, desde que vino de Corrientes, en el rubro de la gastronomía, y la mujer repartió su tiempo en ser ama de casa y vender cosméticos.
Para colmo de males, la mujer ya no podía tener más hijos, pero afortunadamente con el tiempo adoptaron dos, una nena y un varón que mitigaron bastante la angustia del hogar. La hija les dio muy tempranamente un nieto, que que hoy está a cargo de ellos.
La casa del matrimonio Rivero está ubicada en el barrio Santa Rita de Granadero Baigorria, muy cerca del límite con Capitán Bermúdez. Es una típica vivienda de gente trabajadora a la que no le sobra nada, donde la pulcritud y la limpieza resaltan desde que uno pone un pie en la vivienda, tal vez una marca registrada de la labor de Mirta.
Al entrar a la vivienda de calle Chaco las fotos tanto de Mirna como de los otros dos hijos adoptivos son lo primero que resalta en el lugar. Un gran living comedor, un pequeño jardín adelante y un patio componen el resto de la casa.
Con su uniforme de jardín de infantes y una sonrisa muy tierna aparece Mirna en la foto, manteniendo vivo el recuerdo de lo que significó y significa aún para esa familia, que sigue sin encontrar consuelo ni explicaciones para lo que pasó: "Tres días antes yo misma viajé en ese transporte porque había reunión de padres en el colegio" recuerda Mirta y agrega: "Siempre tuve la sensación de que era un viaje seguro y tranquilo y jamás se me pasó por la cabeza que esto podía llegar a pasar".
¿Y el Estado? Llama la atención que los padres de Mirna sólo hablen del reclamo al transporte escolar, y aseguren no haber cobrado nada de parte del ferrocarril, ya que en casos similares, sobre todo con los trenes en manos del Estado, las víctimas siempre cobraban los juicios.
La aseguradora del transporte, La Comercial de Rosario, presentó quiebra, y la causa tramita en el juzgado Civil y Comercial Nº 10 de Rosario.
"Nosotros siempre fuimos confiados, por eso firmamos los poderes para que nos representaran", sostiene Mirta, y asegura: "Cuando vamos a preguntar nos envuelven con lo que nos dicen, nos hablan con un lenguaje que no entendemos y no nos muestran nada de cómo va todo".
Mirta mira la foto de su hija, su voz se entrecorta, sus ojos se llenan de lágrimas, y dice: "A veces siento vergüenza en decir esto, la vida de mi hija no hay plata que la reponga, yo perdí la mitad de mi vida en ese accidente, pero si es justo se tiene que cumplir”.
   Víctor recuerda que le mandó una carta al ex presidente Néstor Kirchner e intentó hablar con legisladores, pero no pudo concretar ninguna reunión. “Nadie nos llevó el apunte”, lamenta. También llamamos a medios de comunicación, pero les dijeron que el tema “era muy viejo”.
   El próximo 5 de julio se cumplirán 24 de años de la peor tragedia ocurrida en la ciudad de Capitán Bermúdez. Sin embargo, y a pesar de semejante hecho, hay cosas que siguen pendientes, como el traslado definitivo de las vías. Y hay una familia que no sólo carga con un dolor imposible de cerrar, sino que tiene que padecer este tipo de situaciones.

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