viernes, 9 de marzo de 2012

TUCUMAN: Crudo testimonio en el caso Verón

Se conoció la declaración de José Gómez, acusado de violar a Marita Verón y haber tenido un hijo con ella. “Nunca la vi en mi vida”, dijo y sostuvo que “no somos monstruos ni mafiosos” al hablar de la relación con su hermano.

 

 José “Chenga” Gómez, uno de los 13 imputados en el juicio por la desaparición de Marita Verón, se declaró hoy inocente y negó haber tenido un hijo con la joven, que desapareció víctima de una red de trata en 2002.

“Es imposible tener un hijo con una persona a la que no vi nunca en mi vida”, señaló Gómez tras hablar por primera vez ante el tribunal tucumano, algo que había rechazado en el inicio del juicio.

Con tono pausado, el imputado dijo estar preparado para responder a las acusaciones y rechazó las afirmaciones de Susana Trimarco, quien en las jornadas anteriores sostuvo que Marita Verón tuvo un hijo producto de una violación por parte de Gómez.

“Vine a buscar la verdad, pero ante la sociedad dejaron entender que somos unos monstruos y me duele cuando hablan de la mafia de los Gómez”, indicó. “Los Gómez somos mi hermano y yo, nadie más, y no somos mafiosos”, dijo el acusado.

“No estoy arrepentido”

“Chenga” admitió que él y su hermano tuvieron “una vida muy difícil”, pero aclaró que “no estoy arrepentido de ser hijo de Liliana (Irma) Medina”, también imputada en la causa por la desaparición de Marita Verón.

“Al contrario -señaló-, me siento orgulloso de la forma en que mi madre me crío más allá de su decisión, errónea o no, de vender su cuerpo para poder sustentar lo que nosotros necesitábamos”.

Gómez, su hermano y su madre están acusados de administrar un local en La Rioja, donde supuestamente fue llevada Marita Verón para ser obligada a ejercer la prostitución.

Trimarco afirmó que “Chenga” decidió que Marita sea su mujer, la violó y como consecuencia de eso nació un hijo cuyo paradero se desconoce.

Según Gómez, su madre “pensaba darnos algo mejor”, y recordó que cuando fueron a La Rioja trabajaba en casas de familias, pero con lo que ganaba no le alcanzaba.

“Ahora escucho que se habla de violación, de maltrato, que somos unos delincuentes. Sólo les pido que averigüen en todo el país si yo tengo un frondoso prontuario como se dijo”, indicó.

Durante su relato, Gómez resaltó que “sólo se escuchan dichos mentirosos de esas mujeres porque no soy un golpeador ni un mafioso y tampoco conocía ni a los Ale, ni a Rivero ni a Andrada”.

“Chenga” contó que sus hijos no quieren ir a la escuela por la situación que está viviendo y admitió que “me cuesta decirles que bajen la cabeza y vayan”, aunque se mostró convencido de que “voy a demostrar que no soy la persona que dicen”.

Ante la Justicia

Hasta ahora, Gómez, uno de los principales protagonistas en la historia de la desaparición de Marita Verón, se había negado a hablar antes los jueces y sólo había realizado declaraciones a la prensa.

Sin embargo, esta mañana decidió modificar su postura luego de escuchar el testimonio de Trimarco, quien declaró durante cinco jornadas contando detalles de la búsqueda de Marita durante 10 años.

“Ojalá mi madre hubiese tenido las mismas oportunidades que tuvo la señora Trimarco”, indicó Gómez y aseguró que sería incapaz de hacerle daño a una mujer porque “cuando veo a una persona que se prostituye, la veo a mi madre”.

Al cuestionar las palabras de Trimarco, Gómez indicó: “Yo tampoco tuve las mismas oportunidades en la vida, pero eso no me hace mejor ni peor que ella. Tampoco me hace delincuente”.

La jornada, la última de la semana, comenzó con declaraciones de Daniela Milheim, otra de las imputadas en la causa, quien pidió ampliar su testimonio para negar su vínculo con Patricia Sosa, versión que hizo pública Trimarco al exponer ante el tribunal.

Sosa es la enfermera que, según Trimarco, le insistió a Marita para que se haga unos estudios y se coloque un DIU en la Maternidad de la capital tucumana.

Marita desapareció cuando iba a la Maternidad a realizarse los estudios, el 3 de abril de 2002.
Ardiles, por su parte, era la persona que debía buscar a Marita ya que según Sosa era su jefe, pero posteriormente se comprobó que era personal de limpieza y dirigente gremial.

Con ellos se iniciará una larga ronda de declaraciones de testigos que se calculan en alrededor de 160 personas.

Mientras declaraba Gómez, Víctor Rivero, imputado en la causa, sufrió una descompensación en la sala y tuvo que ser atendido por personal médico.

Unos minutos después se recuperó, pero se decidió que siga la audiencia en una sala adyacente.

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