Lorenzino y Bossio son visitantes permanentes de su despacho; lo incomoda el contacto con la prensa.
Dos semanas después de haber asumido la vicepresidencia, Amado
Boudou comenzó a desembarcar de manera decidida en el Senado,
rodeándose de ex funcionarios del Ministerio de Economía y de la
Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), áreas que
estuvieron a su cargo en las anteriores administraciones kirchneristas, a
los que designó en las pocas direcciones vacantes que encontró a su
arribo a la Cámara alta.
Por el momento, Boudou se mueve entre su presente en el Senado y su
pasado como funcionario del Poder Ejecutivo. Así lo demuestra el hecho
de que quienes más lo han visitado en sus primeros 15 días como
vicepresidente hayan sido su sucesor en el Palacio de Hacienda, Hernán
Lorenzino, y su amigo y director de la Anses Diego Bossio.
Cultor de las relaciones públicas, el vicepresidente mantiene una
excelente relación con todos los senadores, a quienes comenzó a agasajar
con un catering en el Salón Eva Perón los días de sesiones, algo
inédito durante la gestión de Julio César Cobos.
Sin embargo, todavía mantiene un trato distante con la prensa. No ha
designado a nadie al frente de la dirección correspondiente y no puede
disimular su incomodidad: se le congela la sonrisa cuando algún cronista
se lo cruza por los pasillos del Senado.
Tal vez el nombramiento más importante de los que realizó Boudou hasta
el momento haya sido el de Jorge Amarfil, funcionario de carrera que
ocupó la Secretaría Administrativa durante los dos años de gobierno de
la Alianza y que cumplió funciones en diferentes dependencias del
gobierno bonaerense en los últimos años.
Boudou nombró a Amarfil en la Dirección General de Auditoría y de
Control de Gestión. Es un cargo clave, desde el cual debe revisar lo
actuado hasta ahora por los anteriores presidentes de la Cámara alta.
Según pudo saber LA NACION de fuentes parlamentarias, quien acercó a
Amarfil fue el actual secretario administrativo del cuerpo, Juan
Zabaleta, mano derecha y operador político del ex ministro. Ambos
funcionarios se conocen de Morón, distrito en el que militaron.
El resto de las designaciones son funcionarios que ya acompañaron a
Boudou en su paso por la Anses y el Ministerio de Economía, todos
fervientes militantes kirchneristas.
Kirchnerismo militante
Uno de los casos de kirchnerismo militante es el de Marcelo Daniel
Plomer, nuevo director general de Recursos Humanos, que viene de ser
secretario de Relaciones Gremiales en la Anses. Es un rabioso defensor
de las administraciones K, al extremo de que no se priva de participar
con nombre y apellido en acalorados debates comentando en Internet las
notas críticas al oficialismo publicadas por algunos diarios.
"¿Por qué escriben sin saber? Entre su salario y el de su señora pueden
ahorrar. ¿Saber invertir es robar, aparte? A llorar a la iglesia,
gorilas", escribió Plomer una vez, molesto por un artículo que señalaba
el notable incremento patrimonial del titular de la Anses, Diego Bossio.
Otro activo militante kirchnerista es Juan Laxagueborde, a quien se
puede ver en Internet participando en los periódicos debates de Carta
Abierta en la Biblioteca Nacional. Este es, hasta ahora, el único
militante de La Cámpora nombrado por Boudou en el Senado. Fue designado
subdirector general de Cultura.
También con pasado en el Ministerio de Economía, el vicepresidente
nombró a Carlos Dichiara director general de Administración, y a Luis
Pereyra, segundo de Plomer en Recursos Humanos
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