"Está pensada para conmover a la gente", dijo el secretario de Seguridad. La difusión se acompañará con operativos especiales. Apuntan a un mercado ilegal en alza.
Si no hay quien compre, no hay quien robe". Con ese eslogan, el gobierno de la provincia lanzó ayer una campaña pública de fuerte impacto para desalentar la compra de objetos robados. La iniciativa busca concientizar a la comunidad sobre el funcionamiento de ciertas economías delictivas y, en conjunto con otras medidas, aspira a generar una reducción del fenómeno. "La campaña es fuerte porque busca conmover y hacer pensar que aquellas cosas que se compran a muy bajo precio pudieron costarle la vida a alguien", dijo el secretario de Seguridad Pública de Santa Fe, Horacio Ghirardi.
La idea consiste en una serie de spots televisivos, cortos para radio y publicidad gráfica. El material fue elaborado por la Secretaría de Comunicación Social de la provincia y estará en circulación en unos diez días.
En un audiovisual que se divulgó ayer se ve a un hombre que intenta reponer el espejo retrovisor de su auto, pero el repuesto le estalla en la cara y lo mancha con sangre. Lo mismo ocurre en otros spots con un muchacho que manipula un celular y con una chica que se sube a una bicicleta.
La publicidad "es fuerte porque busca generar conciencia sobre que detrás un objeto a bajo precio pudo existir un hecho violento o alguien puede haber perdido la vida. Está pensada para conmover", explicó Ghirardi.
La campaña pone el acento sobre el aspecto menos visible de las economías delictivas. En el robo de autopartes, por ejemplo, el eslabón más expuesto (y reemplazable) es el levantador callejero, pero el círculo se cierra con el comprador de repuestos ilegales. Así, la publicidad desplaza la mirada convencional, que suele posarse en el autor del delito, hacia la responsabilidad social en el fenómeno.
Ghirardi aclaró que la difusión irá acompañada de intervenciones en el terreno: en simultáneo habrá operativos en desarmaderos ilegales y en lugares de reducción de objetos robados. "Esto no busca quiere quitarle responsabilidad a la policía o el gobierno. La idea es asociar a los vecinos en esta lucha".
Mercados ascenso. Según Ghirardi, en algunos mercados ilegales de Santa Fe "ha habido un incremento, sobre todo en el robo de motos. El de autopartes trucho ha aumentado en el país y también creció el de celulares, que son fáciles de sustraer. Al comprar objetos robados alimentamos esos circuitos", insistió.
Una dimensión local del fenómeno la dio un operativo de junio pasado en Rosario (actuaron policías, gendarmes y la Afip), cuando se secuestraron 200 mil autopartes ilegales y se detectaron anomalías en el 90 por ciento de los locales.
El incremento es percibido desde las agencias de control aunque los números no abundan en este campo. "Es difícil medir las fluctuaciones en estas economías porque justamente son ilegales. Lo que se puede suponer es que están vinculadas al poder adquisitivo. Con el despegue económico aumenta el consumo de lo legal y lo ilegal", explicó Enrique Font, criminólogo y secretario de Seguridad Comunitaria de la provincia.
Así como aumenta la cantidad de autos y motos en circulación, explicó, crecen las chances de sustraerlos y sube la demanda de repuestos. Según Font, este enfoque permite diseñar estrategias que van por fuera de la respuesta policial clásica, como los controles intensivos sobre las motos que son blancos del delito y medios para cometerlos. "No es lo mismo usar violencia que comprar el bien robado, pero una cosa sostiene a la otra", reiteró.
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