jueves, 11 de agosto de 2011

ROSARIO- Tras la promesa de más patrullajes, los choferes de la 146 vuelven a circular

La agresión a un chofer de la línea 146 del transporte urbano en la zona noroeste de la ciudad derivó ayer en un paro total de unas 30 unidades del sistema que utilizan a diario casi 20 mil rosarinos. Hoy, desde las 6, los 80 colectiveros de la línea perteneciente a la firma Rosario Bus volverán a circular tras el compromiso de la policía de reforzar los patrullajes en la zona del incidente y en otras esquinas.
 
Tras la promesa de más patrullajes, los choferes de la 146 vuelven a circular

El hecho que desencadenó la protesta de la UTA ocurrió ayer en plena madrugada, cuando el chofer Roberto Rodríguez pasaba por Colombres y Génova y vio dos muchachos en la esquina. "Uno amagó que se iba y yo le paré al que quedaba _relató_. Pero el otro se volvió, sacó un revólver, y me pidió lo que tenía. Le expliqué que no llevamos plata y menos a esa hora. Entonces quería que me desviara y el más chico me pegó un puñete en la nuca y le decía que me tirara. Gatilló dos veces, no le salió el tiro, y me dio un culatazo".
"En ese momento _continuó el chofer_ puse en marcha el colectivo, saqué fuerte el coche y se alcanzaron a tirar. Yo como pude llegué hasta Colombres y Juan José Paso. Después. un policía que venía en moto me dijo que recogió una bala 9 milímetros".
Antes del amanecer, el gremio dispuso un paro total en la 146 en solidaridad con Rodríguez. La medida de fuerza afectó a unos 18.500 pasajeros que utilizan a diario este servicio, aunque desde el municipio recordaron que existían otras alternativas para movilizarse.
Tras reconocer la legitimidad de la protesta, el secretario de Servicios Públicos, Gustavo Leone, aclaró que la problemática de la inseguridad excedía la competencia municipal. "Hicimos muchos esfuerzos para tratar de eliminar todo lo que implique un riesgo potencial abordo de los ómnibus. No hay dinero en las unidades, hemos implementado mecanismos de seguimiento satelital conectados directamente con la policía para resolver situaciones conflictivas. Pero desde el municipio se llega a un límite, donde se hace difícil resolver este tipo de hechos", aseveró.
Desde el Concejo, el edil Jorge Boasso reiteró su propuesta para instalar cabinas blindadas para los choferes al interior de los colectivos. Leone lo desestimó argumentando que los propios colectiveros no estaban de acuerdo y remarcando que no resolvía el problema, ya que los pasajeros quedan igualmente expuestos a arrebatos y agresiones.
Al mediodía, la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), autoridades de la Unidad Regional II de Policía, el municipio y delegados de Rosario Bus se reunieron en el Ente de Transporte. Allí se acordó una intensificación de los controles en las zonas conflictivas, fundamentalmente durante la noche.
"Esta medida va a atemperar las cosas por ahora, pero el problema de la inseguridad es más complejo", advirtió el secretario general de la UTA, Manuel Cornejo.
Por su parte, el subjefe de la Unidad Regional II, Daniel Giménez, dijo que "se trabajó en el intercambio de información para establecer las zonas críticas, en base al mapa delictivo. El objetivo consiste en garantizar que el servicio se brinde correctamente".
Ya son 7 las líneas con recorridos de seguridad
Los sucesivos ataques de los que fueron blanco, en los últimos años, choferes del transporte urbano de pasajeros llevaron a crear “recorridos de seguridad nocturna” en diferentes sectores de la ciudad. Las líneas que ya venían contando con puntos de apoyo policial y que reducen sus trayectos por las noches son siete, incluyendo la 146, uno de cuyos choferes fue atacado ayer a la madrugada. Además de la bandera roja de ese colectivo, las líneas que reciben protección especial desde hace casi dos años son la 107 Nuevo Alberdi, la 122 verde, la 123, la 153 negra y roja, y la K.
  “Desde que se implementó, hubo y seguirá habiendo acompañamiento policial en las áreas que se identifican como más críticas”, aseguró ayer el subsecretario de Servicios Públicos del municipio, Diego Leone.
  De hecho, ante la reiteración de agresiones sufridas por choferes y pasajeros o incluso por ataques vandálicos (piedrazos, rotura de ventanillas) en diciembre de 2009 se resolvió armar recorridos de seguridad eliminando algunos tramos entre determinadas horas y solicitando protección policial en parte del trayecto o en las puntas de línea.
  Pero el diagrama no se mantuvo siempre estable. Según el testimonio de choferes y usuarios que a lo largo de meses siguientes relevó este diario, en algunos momentos el esquema de seguridad se relajó o directamente quedó suspendido.
  Sin embargo, ayer desde el Ente del Transporte confirmaron que las siete líneas mantienen sus recorridos de seguridad.
Mapa al rojo. Los sectores considerados críticos (donde por la noche y buena parte de la madrugada los colectivos directamente no entran y en los que existe patrullaje policial) son Necochea entre Ayolas y Uriburu, la zona de Abanderado Grandoli y Gutiérrez, Riobamba y Gutenberg (y el largo de las vías del ferrocarril Belgrano), Cerrito entre Gutenberg y bulevar Avellaneda, y Gutenberg entre Pellegrini y Riobamba, así como los barrios Santa Lucía y La Cerámica.
  También hay recortes de recorrido y controles (en este caso, de la Guardia Urbana Municipal) en la zona de la Ciudad Universitaria (La Siberia, República de la Sexta), donde entre la medianoche y las 6 la K deja de circular tanto por Cerrito como por Riobamba, de Necochea hacia el este.

Lo procesan por bloquear a la Semtur
Un colectivero que fue despedido y, a modo de protesta, bloqueó en abril pasado la salida del servicio durante doce horas frente a los galpones de la empresa Semtur, fue procesado por el delito de “entorpecimiento del transporte público”. La resolución fue apelada por la defensa, al entender que “se criminalizó una protesta legítima”.
  Dante Gatica, de 45 años, había recibido un telegrama de despido en febrero de 2011 cuando, según sus argumentos, tenía parte de enfermo. Frente a la interrupción del contrato laboral, el 19 de abril bloqueó la salida de las unidades en los galpones que la empresa tiene en Provincias Unidas 2975.
  Durante más de 12 horas, junto a familiares y compañeros de trabajo, montó una barricada con quema de cubiertas y amenazó con “prenderse fuego” si la empresa no revertía su situación. El incidente paralizó el servicio y dejó a pie a más de 116 mil usuarios del transporte.
  Las autoridades de la Secretaría de Servicios Públicos presentaron una denuncia, lo que obligó al juez correccional Nº 8, José Luis Suárez, a acudir al lugar para negociar la liberación del espacio y logró que el trabajador depusiera su actitud.
  Ahora, el magistrado lo procesó como presunto autor del delito de “entorpecimiento del funcionamiento del servicio de transporte público”. La materialidad del hecho quedó demostrada con las actuaciones policiales y el relato de testigos y funcionarios públicos.
Malparidos
“Por ahí (quienes agreden a los choferes) no pretenden llevarse nada, hacen lo que hacen de malditos que son, de mal llevados, son guachos malparidos, están enchufados y bueno, para sacar chapa, dicen le rompí la cabeza al gil”, planteó Manuel Cornejo. “La gente -agregó- tiene que pedir que no jodan a los colectiveros porque lo pagan todos”.

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