sábado, 16 de julio de 2011

Ni de Primer ni de Tercer Mundo-Una columna publicada en el diario uruguayo El País disparó la polémica. Las críticas a la organización de la Copa América, según la experiencia del enviado especial de 442.

Una columna publicada en el diario uruguayo El País disparó la polémica.Una columna publicada en el diario uruguayo El País disparó la polémica. Las críticas a la organización de la Copa América, según la experiencia del enviado especial de 442.
Una nota de opinión publicada en Ovación, el suplemento deportivo del diario El País de Uruguay, titulada “Una Copa de tercer mundo”, disparó la polémica. En ella abundan las críticas a la organización de la Copa América y se mencionan una serie de dificultades propias de realizar un torneo así en nuestro país. La falta de vuelos, la cantidad de taxis, la escasez de combustible y el faltante de monedas son algunos de los ejes en los que se basa un colega uruguayo para lanzar sus quejas. Sin embargo, estos ítems lejos están de la órbita propia de los que llevan adelante el certamen.
Es cierto que hubo algunas fallas. Por ejemplo, desde el vamos hubo grietas en la información sobre las acreditaciones: 442 intentó acreditar dos colegas más, pero errores de la organización no lo permitieron. Además, conseguir la entrada para el partido inaugural fue una tarea difícil y no sólo para los hinchas: también para los periodistas. Pero siempre hubo buena voluntad. Aquella noche primeriza en La Plata, tras no ser encontrados en la lista de medios acreditados, apareció una “lista de espera” y en poco más de una hora ya teníamos nuestro ticket para ver debutar a Leo Messi y compañía.
Después, llegaría el momento de viajar y Santa Fe era la primera escala en el mapa. Al llegar a la capital provincial, a mi compañero de viaje, del Diario Libre, le robaron la credencial. En el centro de prensa local le solucionaron el problema y en pocos minutos tenía una nueva.
Eso sí: hay que reconocer que llama la atención la designación de la ciudad de Santa Fe como una de las sedes, teniendo una plaza hotelera menor que su vecina, y eterna rival, Rosario. Ni que hablar si tenemos en cuenta que el Gigante de Arroyito supo ser un estadio mundialista en 1978.
También se puede criticar el hecho de tener que llevar un ticket para cada lugar donde se tenga que ir a trabajar: estadio, conferencias de prensa o zona mixta. No está mal si se busca ordenar el trabajo de los medios. El inconveniente se produce cuando esos tickets no aparecen, como sucedió en Córdoba.
Después no queda mucho más por criticar. En cada sede (La Plata, Santa Fe y Córdoba) donde jugó la Selección la atención a la prensa fue muy buena. Muchos jóvenes voluntarios a las órdenes de los colegas solucionando pequeños inconvenientes con cuestiones de internet, electricidad, comidas o hasta sirviendo café para pasar el frío.
Las falencias que se pueden encontrar no terminan siendo determinantes a la hora de hacer nuestro trabajo. A muchos de los que nos toca desempeñarnos en esta edición 2011 nos ha sorprendido cierto nivel organizativo. No se la puede comparar con cualquier torneo continental europeo, claro está. Pero tampoco es para calificarla como una Copa de Tercer Mundo. Ni de Primer Mundo. Es, simplemente, una Copa en la Argentina.

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