Los niños que fugaron de los policías que apresaron a su padre denunciado por abuso sexual, fueron encontrados en Santo Tomé.
Los dos chicos que el jueves huyeron de la comisión policial que apresó al padre de ambos en un monte aledaño al barrio Las Vegas de Santo Tomé fueron localizados por los agentes de la Comisaría de Distrito 23a. y ahora, sanos y salvos, se encuentran en un hogar para menores de nuestra ciudad.
Los niños de 11 y 14 años de edad fueron involuntarios protagonistas de un sórdido capítulo de la vida familiar que comenzó un mes atrás cuando se ordenó la captura de Juan Rézola a quien su hija adolescente denunció en la Justicia por abuso sexual.
Con una orden librada por la jueza Susana Luna, Rézola fue buscado por la policía, pero los agentes encontraron que la casa o el cubículo donde habitaba había sido abandonada por todos los integrantes del grupo de familia, el hombre de 36 años, su esposa de 33 y cuatro hijos de 7, 10, 11 y 14 años de edad.
La búsqueda del padre incestuoso que huyó del barrio Costa Azul arrastrando tras de sí a todos los suyos se intensificó y finalmente los agentes de la Sección Seguridad Personal lograron su objetivo.
Rézola fue localizado junto a los suyos en penosas condiciones de existencia, todos ellos expuestos a las inclemencias del tiempo adentro de un pozo excavado en medio de un monte, un cerrado chircal aledaño al barrio Las Vegas.
El sorpresivo procedimiento hizo posible la captura de Rézola -también de su mujer-, quienes en vano intentaron fugar a la carrera. También permitió la acción policial rescatar a dos de los hijos de la pareja de 7 y 10 años de edad, pero otros los otros niños de 11 y 14, escaparon internándose en el monte.
Como los topos
Estos últimos aparecieron ayer y ocultos en otro pozo excavado en un terreno baldío cercano a J.R. Pérez y Arenales dieron nombres falsos al ser entrevistados por la policía, pero luego revelaron sus identidades verdaderas.
Al igual que sus hermanitos menores, éstos fueron encontrados en total estado de abandono, sucios y hambrientos. En el pozo que ocupaban -cerca de una profunda cava-, aparecieron algunos juguetes, además de enseres domésticos y hasta utensilios de cocina.
La directora Provincial de promoción de los Derechos de Niños y Adolescentes, Carolina Galcerán, confirmó el hallazgo “a las 17 de ayer” de los chicos “en estado de abandono, muy sucios y asustados”.
La funcionaria dijo que los chicos “hablan muy poco dado que la experiencia que vivieron fue terrible y recién ahora -en el hogar donde son asistidos- están estableciendo un lazo de confianza con sus encargados”.
Una familia invisible
En Santo Tomé, ninguna noticia tenían los funcionarios municipales acerca de este grupo familiar, pero el 15 de junio una vecina alertó acerca de su existencia cuando descubrió por una foto publicada en el diario que el jefe de familia era el mismo que la Justicia buscaba por haber abusado de una de sus hijas.
Ocurre que la subrepticia estadía de Rézola en Santo Tomé no había sido detectada por cuanto los chicos no tenían escolaridad, no asistían a ningún centro de salud y en fin, la existencia de todos ellos transcurría en el mayor aislamiento como en el monte donde se refugiaron a lo largo de un mes.
Precisamente, en el espacio que ocupaban en Costa Azul, Rézola había excavado un profundo pozo y hasta un túnel que comunicaba ese espacio con la barranca del río.
Todo indica que Rézola hacía una vida de fugitivo, que el hombre escapaba de algo, acaso de sus propios fantasmas. Rézola, quien no existía para los santotomesinos, figura en el último padrón electoral como domiciliado junto a su mujer y cinco hijos en el distrito costero de Colastiné, Ruta 1 a la altura del kilómetro 1,5; y habría cobrado por tres de sus vástagos el Plan Asignación Universal por Hijo, lo que lo habría obligado a cuidar de la salud de sus chicos y enviarlos a la escuela pública.
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