Diario Uno.
ENZOL COCO URREJOLA (75), FALLECIÓ DE UN INFARTO LUEGO DE SER ASALTADO POR TRES DELINCUENTES QUE INGRESARON A SU DOMICILIO DE GUADALUPE OESTE. FOTO ARCHIVO DIARIO UNO
A un año del trágico episodio que terminó con la vida de Enzol Coco Urrejola (75), quien falleció de un infarto luego de ser asaltado por tres delincuentes que ingresaron a su domicilio de Guadalupe Oeste, su hijo invita los vecinos a manifestarse por la seguridad del barrio.
"Convoco a esta concentración en su memoria y en nombre de él, por todo lo que me enseñó y para que tratemos de unirnos y exigir que las autoridades nos den la seguridad que nos merecemos”, dijo en la mañana de Aire de Santa Fe, Darío, hijo de Coco.
La concentración será a las 20 en Gral Paz y Javier de la Rosa para generar un plan de prevención ante la inseguridad.
Además, recordó, “desde aquel 24 de febrero de 2013, veo que la policía salió más a la calle pero la situación es desbordante. En Guadalupe, donde falleció mi viejo no se ven patrulleros durante el día, si van cuando ya hubo un hecho de violencia en la zona, pero antes no marcan presencia.”
“Como sociedad no tomamos conciencia, a las marchas no van más de 100 personas, pero sabes que es lo preocupante que detrás de cada víctima hay muchas familias y allegados que no forman parte del reclamo y así nos estamos durmiendo. Yo no quiero dormir por ninguna de todas las víctimas de la inseguridad, aparte de mi viejo. Desde la presidenta hasta el más insignificante político de la municipalidad de acá son culpables de esta situación”, dijo por los micrófonos de Aire de Santa Fe.
Qué fue lo que pasó
Después de las nueve de la mañana del 24 de febrero de 2013, tres jóvenes en dos motocicletas llegaron hasta la vivienda particular en la que vivía Enzo Urrejola de 75 años junto con su esposa, dialogaron con los esposos y con bordeadoras para cortar el césped se ofrecieron para hacer el trabajo por unos pocos pesos.
Después de las nueve de la mañana del 24 de febrero de 2013, tres jóvenes en dos motocicletas llegaron hasta la vivienda particular en la que vivía Enzo Urrejola de 75 años junto con su esposa, dialogaron con los esposos y con bordeadoras para cortar el césped se ofrecieron para hacer el trabajo por unos pocos pesos.
Urrejola y su mujer decidieron dejar ingresar a los muchachos, pero éstos, una vez que accedieron al interior de la vivienda demostraron sus inequívocas intenciones, los maniataron y los encerraron en un lavadero ubicado en el interior de la finca.
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