domingo, 23 de junio de 2013

SANTA FE: Producir y comercializar verduras, un desafío familiar

Teresa Macedo comenzó a trabajar su propia quinta a los 39 años. Toda su familia depende de ese emprendimiento. Junto a otros productores empezarán a vender sus hortalizas en ferias populares.

Producir y comercializar verduras, un desafío familiar

 Teresa Macedo tiene 43 años y asegura que desde que tiene memoria vive en una quinta. Hoy tiene siete hijos, de los cuales seis viven y trabajan con ella. “Cuando no tenemos nada sembrado algunos se dedican a hacer cosas de plomería y albañilería. Viven de las changas. Pero eso es por falta de herramientas. En mi casa hoy tengo seis hijos, nueve nietos, nueras, yernos y todos vivimos de la quinta mientras tenemos verduras para sacar. Sino salen a hacer changas”, aseguró.

Hasta hace cuatro años Teresa trabajó junto a su familia para un patrón, dueño de las tierras. Pero diferentes circunstancias hicieron poco rentable la actividad para los grandes quinteros quienes, en parte, se volcaron hacia la siembra de otros cultivos de cosecha gruesa y otros comenzaron a arrendar pequeñas parcelas.

“En esa época el quintero grande se fue achicando. Fue un momento donde se sufrieron grandes inundaciones y ellos tenían a muchos medieros y peones trabajando en sus quintas, pero las cantidades de verduras no rendían. Además todos sembraban lo mismo y por eso se terminaba abaratando el precio final de la verdura”, explicó Macedo quien dijo que a partir de incorporar en esas tierras la siembra de soja, trigo y maíz, entre otros granos, los peones y los medieros fueron siendo desplazados lentamente.

La situación fue crítica para más de una familia que en poco tiempo vio que su medio de subsistencia se terminaba. “Como nosotros somos familias pobres pero grandes, nos empezamos a juntar. No sabíamos hacer otra cosa que trabajar la tierra y teníamos que ver cómo subsistíamos. Nos propusimos poder empezar a sembrar aunque sea un poquito, hacer agricultura familiar, pero depender de nosotros mismos”, relató Macedo.

“Nosotros arrancamos por nuestra cuenta –continuó– para sostener a nuestras familias. Que le falte un plato de comida a tus hijos es algo muy doloroso. Yo me doy maña para cocinar cualquier cosa con una planta de lechuga, acelga o achicoria. Y la verdura es lo más sano que hay para vivir”.

Hoy la familia Macedo tiene casi nueve hectáreas para trabajar. Pero por falta de un tractor sólo puede explotar dos. “Esa es la maquinaria indispensable que estamos necesitando los productores chicos. Hoy estamos luchando para ver si conseguimos eso. Somos muchos productores que necesitamos que el gobierno nos escuche y que nos dé una mano”, solicitó.

Una nueva etapa
El punto de inicio del nuevo ciclo en la vida de los Macedo y de muchos otros pequeños productores se gestó en la Granja Agroecológica La Verdecita. “Nos empezamos a reunir ahí. Al principio éramos 17 familias, luego fuimos 60 y ahora somos cerca de 120. Si se hace un promedio de cinco personas por familia, uno tiene la dimensión de todas las personas involucradas”, describió.

“Hay mucha gente boliviana, mucha gente de afuera. Nos reunimos y tratamos de ayudarnos entre todos. Nosotros no queríamos que se pierda esto de la verdura, que es lo único que nos queda a los pobres si no tenemos otra salida de trabajo”, dijo en referencia a la identificación que lograron las familias con el cordón frutihortícola del Gran Santa Fe a lo largo de los años.

Luego agregó: “Siempre le pedimos al gobierno que nos dé una mano. No sé si ellos saben lo que es sembrar y cosechar una lechuga. A veces la gente nos dice que la vendemos cara, pero no se imaginan lo que lleva todo el proceso para que ellos coman una buena ensalada”.

Actualmente Teresa y su familia se dedica a la cosecha de la verdura de hoja verde. “Es muy difícil trabajar con el tomate, choclo, brócoli o tomate porque son semillas muy caras”, dijo y añadió: “Nos manejamos con acelga, achicoria, rúcula, remolacha, perejil y aromáticas. Pero para mí las plantas son algo natural. A mí me dicen que estoy loca, pero yo hablo con las plantas. Me gusta sembrar y cosechar para nosotros mismos. Porque de esa manera yo no le estoy pidiendo nada a nadie”.

Macedo aseguró que si se suma la producción de todas las familias de El Chaquito, Ángel Gallardo, Monte Vera, Recreo Sur y Norte, El 18, El 19, Ascochinga, seguramente no haría falta salir a buscas a otras localidades la verdura que ya se produce en Santa Fe.

“Hay gente que tiene la posibilidad de tener invernadero, riego por goteo, pero nosotros, los pobres, no la tenemos. Sí le podemos asegurar a la gente que lo que producimos es verdura sana porque no le echamos agroquímicos”, afirmó.

La agricultora, que lucha por defender los intereses de los pequeños productores y de los consumidores sostiene que uno de los grandes problemas que enfrentan es la comercialización de su producción. Los pequeños productores no tienen la posibilidad de ingresar al circuito de venta que tienen los grandes quinteros.

Por ese motivo este fin de semana comenzaron a implementar un sistema de venta directa al público. Este domingo, a partir de las 10, los productores montarán una feria popular en Azcuénaga y Facundo Zuviría. “De esa manera, sostiene Macedo, nos vamos a ver beneficiados todos. Nosotros que vamos a vender nuestros productos y el consumidor que va a pagar menos por una verdura sana”.

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