domingo, 9 de junio de 2013

Rossi anticipó que "las Fuerzas Armadas tendrán un campo de acción más amplio"

Agustín Rossi, ministro de Defensa, cargo al que acaba de acceder por designación presidencial luego de haber estado, desde 2005, al frente del bloque kirchnerista en Diputados.
Nuevo despacho. Rossi llegó al Edificio Libertador de la mano de Cristina y ya prepara cambios para el área.NUEVO DESPACHO. ROSSI LLEGÓ AL EDIFICIO LIBERTADOR DE LA MANO DE CRISTINA Y YA PREPARA CAMBIOS PARA EL ÁREA.
Agustín Rossi Ministro de Defensa Dos soldados, firmes y vestidos de gala, hacen guardia en la puerta de ingreso al nuevo despacho de Agustín Rossi, en el piso 11 del Edificio Libertador. Imponente construcción, emblema de las Fuerzas Armadas, a 300 metros de la Casa Rosada. Rossi sale al encuentro de éste cronista, desde su escritorio. Camina varios segundos. El despacho es tan grande —unos 150 metros cuadrados— que se requiere un tiempo caminarlo. Aún con la atmósfera rígida del mundo militar, el despacho de Rossi luce cálido.

—Aquí, en este despacho, funcionó unas de las jefaturas políticas de lo que fue el "partido militar", ese poder que condicionó o desbarató a la democracia hasta hace apenas algo más de dos décadas, ¿qué significa estar ahora a cargo de este ministerio?
—Acá hubo una fuerte recuperación del gobierno de la defensa nacional por parte de la política. Fue una tarea que se hizo en este gobierno, de Néstor y Cristina Kirchner, a través de las dos gestiones de Nilda Garré y Arturo Puricelli. Aquí ya se instaló la idea de la recuperación de la política en la conducción de la defensa nacional.

—En un país como la Argentina, que no tiene ninguna hipótesis bélica, ¿para qué deben servir las Fuerzas Armadas?
—Todos los países, también la Argentina, tienen sus hipótesis de defensa y seguridad nacional. De todos modos, nosotros bregamos para que nuestro país sea un país de paz, y del mismo modo toda la región. Por eso hemos sido fuertemente críticos de la militarización del Atlántico Sur. Obviamente, la Fuerzas Armadas tienen la misión de la defensa nacional. Y lo han hecho con mucha eficiencia. Sobre todo en tareas subsidiarias, como en los casos de funciones de paz en Haití y en Chipre. Aunque también hay hombres de las fuerzas en otros lugares del mundo como Siria. Además, por caso, una tarea muy significativa para la seguridad nacional, como la radarización de las fronteras, también está en manos de las Fuerzas Armadas.

—El ministerio incorporó en estos días dos nuevas secretarías, ¿para qué?
—Se suman dos áreas, una para la emergencia y otra de producción para la defensa. Entiendo que visibiliza, jerarquiza y le da sistematicidad a la participación de las fuerzas en tareas que ya viene desarrollando, como han sido los trabajos en las inundaciones de la ciudad de La Plata u otras situaciones de catástrofe, como la posible erupción de volcanes en sur. En cuanto a producción para la defensa, la vuelta de esa área del Ministerio de Planificación a Defensa va en el sentido también de buscar transferir conocimiento científico a la producción para la defensa nacional.

—Se vieron algunas acciones conjuntas de las Fuerzas Armadas con organizaciones políticas, juveniles, por ejemplo en el caso de las inundaciones de La Plata, ¿cuál es el concepto ahí, en el sentido de acercar al soldado con el militante?
—La participación de las fuerzas en la emergencia. En determinadas circunstancias, ciertas coyunturas y con una normativa precisa, las fuerzas intervendrán en logística u otras tareas. Con esta secretaría buscamos sistematizar, tener un programa ordenado para afrontar tareas de emergencia. El concepto es que las fuerzas no pueden permanecer como observadoras cuando están en condiciones de hacer un aporte importante. Y respecto del militante y el soldado, le diría que nadie está pensando en que el soldado se transforme en militante, ni el militante en soldado.

—Desde que en las Fuerzas Armadas se desarmó el "partido militar", que dejó de tener peso propio en la política nacional, ganó espacio el discurso de algunos medios en el sentido de que fueron vaciadas, con deterioro salarial, ubicadas en una especie del limbo y sin un destino claro. ¿Tiene algo que ver esa caracterización con la realidad de hoy de la fuerzas?
—No tiene nada que ver con la realidad. Al contrario, el kirchnerismo jerarquizó a las fuerzas, amplió la mirada de su campo de intervención, ponderó la integración latinoamericana, siempre buscando nuevos escenarios para que las fuerzas pueden expresar su rol. La verdad es que este gobierno no comparte esa mirada negativa respecto de la situación de las fuerzas.

—El pase de Diputados a este ministerio puede leerse como cambio de un lugar políticamente caliente y visible a una zona fría y fuera de la agenda mediática. ¿Cómo lo interpreta en lo personal?
—Lo dije desde el momento en que hablé con la presidenta. Para mí es una alegría enorme, un desafío, una muestra de confianza gigante de parte de Cristina Fernández. Si bien llevaba siete años y medio en la jefatura del bloque, yo ante todo soy un militante de esta causa política y voy a estar en el lugar en que la presidente considere que mejor puedo aportar a este proyecto. Con igual pasión, esfuerzo, intensidad y horas de trabajo. No siento que esté haciendo ningún duelo por la actividad que dejé de hacer (se ríe con ganas).

—De todos modos, la adrenalina de esos días, juntar el quórum a último momento, aquí no parece que vaya a suceder.
—Son tareas diferentes. Pero igual de valiosas. Yo quiere agradecer a todos los diputados el enorme cariño y generosidad que me han hecho llegar en estos días. Y en especial a Juliana Di Tullio, que me sucederá en la jefatura del bloque. Ya fuera de la Cámara, mi sensación es que las cosas salieron bien, pero fundamentalmente yo no me guardé nada. Para bien o para mal, puse todo lo que tenía, no me guardé nada.

—¿Con este cambio, cuál es el mensaje para la militancia política de su agrupación, y del kirchnerismo en general, en la provincia de Santa Fe?
—Decirles que yo sigo siendo un militante. Y pedirles que sigan militando, interpelando a la sociedad. Necesitamos salir de la Argentina de medios, virtual, donde se suben dirigentes opositores. La Argentina del insulto, de la descalificación, del odio, de las malas noticias. La Argentina real va en otro camino que la de los medios. Es la Argentina de los sueños de nuestro pueblo.

—En la jura de los nuevos secretarios, en las últimas horas, en Defensa, estuvo Jorge Obeid, ¿podría leerse esa presencia como una clave de hacia dónde se encaminará la oferta electoral en Santa Fe para la lista de candidatos a diputado?
—No, la lista de candidatos entiendo que la va a conformar la presidenta, y los santafesinos van a acompañar esa lista, de igual modo como la acompañaron a la presidenta en el 2011.

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