Al estrés pre vacaciones también hay que sumarle el que se genera en el momento en el que tenemos que volver a las actividades cotidianas. Especialistas sostienen que “es una cuestión de expectativa y un trabajo que tiene adosado de por sí, la vuelta a lo que fatiga”.
Prepararse para las vacaciones, esperarlas ansiosamente, genera un estrés adicional al que sentimos más allá de tener el peso de todo un año de trabajo en nuestras espaldas. Pero a eso también hay que sumarle el estrés que genera tener que volver a la rutina.
Así lo explicó la psicóloga social, Graciela Ascona, quien afirmó que todo se trata de las expectativas que ponemos en ambas parte: El descanso y la vuelta a la cotidianeidad.
“Hay muchas expectativas respecto de las vacaciones: Es cultural, particular, social y el análisis no se puede hacer por fuera de los sectores sociales. Hay sectores donde se esperar el descanso, la liberación del trabajo, el hacer algo distinto. Se pone tanta expectativa, se trata de disfrutar y nunca alcanza y a eso se suma la frustración de tener que volver a lo cotidiano, sobre todo si se disfruta mucho”, explicó Ascona quien agregó que en general “la vuelta a lo cotidiano es volver a la rutina: Todo lo pesado, lo que se repite, lo que uno no quiere” con el aditamento de que si “encima el trabajo no te satisface se hace el depositario de todas las broncas y nos estresa”.
Pero hay otros sectores que, por diferentes motivos, no viajan para tomarse su descanso. Se quedan en sus lugares de residencia, dejando de trabajar por un lapso de tiempo. A éstos, el estrés se lo genera “el saber que los chicos están en casa, pensar qué hacer con ellos y esa vuelta a la rutina, por ejemplo, tiene que ver con pensar cuándo vuelven los chicos a las clases”, manifestó la profesional.
De esta manera y por lo antes expuesto, una serie de síntomas pueden aparecer al momento del retorno al día a día. “No pocas veces la alteración del sueño expresa esta resistencia a volver. Tengo que dejar el descanso, tengo que volver, qué pasó durante el tiempo en que no estuve. Es una cuestión de expectativa y un trabajo que tiene adosado de por sí, que voy a lo que me fatiga”, afirmó Ascona y agregó para finalizar que “hoy está muy de moda el ataque de pánico, lo que antes pasaba desapercibido hoy está latente. Las fobias, puedo tener problemas estomacales, puedo empezar a transpirar enormemente, múltiples signos de que hay algo a lo que no me puedo adaptar”. “Nos costó adaptarnos a las vacaciones, nos cuesta adaptarnos al retorno de ellas”.
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