martes, 15 de enero de 2013

ROSARIO: "El tráfico de drogas tiene su explicación más profunda dentro de los boulevares"


El padre Daniel Siñeriz, cura de la parroquia de Nuevo Alberdi, dijo que es "en el centro donde están los capitales, donde se mueve el dinero grande del narcotráfico".
La Capital | 

El cura de la parroquia San Joaquín y Santa Ana de Nuevo Alberdi, el padre Daniel Siñeriz, aseguró que, por más que los episodios violentos que se dieron en los barrios, el corazón del negocio del narcotráfico está "dentro de los bulevares" y que para resolver el problema hay que apuntar ahí.
"Estos días se hablo permanentemente de Ludueña, de Nuevo Alberdi, como si ahí estuviera el problema, es evidente que ahí tienen una repercusión espectacular, mediática, pero la problemática del tráfico de droga, que es lo que está detrás de toda esta situación tan violenta, tiene su explicación más profunda dentro de los bulevares", aseguró el sacerdote.
"Ahí es donde están los grandes capitales, donde se mueve el dinero grande del narcotráfico, lo que pasa en los barrios es la consecuencia de la droga", señaló Siñeriz, y añadió: "Es como un árbol, uno va a la ramita, que es lo que está más cerca, pero si uno quiere ir al fondo del problema tiene que ir al tronco, por más que saquemos ramas y ramas es una poda nomás, el problema hay que sacarlo de raíz"
Asimismo, contó que ayer estuvo en una comisaría, para acompañar a una persona a hacer un trámite. "Estuve cuatro horas y vi el rango de gente que es llevada ahí, es evidente que no tienen cómo defenderse ni como zafar de todo eso".
"Eso tiene que ver con el panorama de desigualdad que se presenta en la ciudad -añadió-. Hay gente que dice que hay dos ciudades, que hay dos Rosario, yo pienso que hay una sola Rosario y eso es mucho más grave porque en esa sola Rosario se presenta un nivel de desigualdad muy importante".
En ese sentido, Siñerizenfatizó que "el gobernante tiene que inclinar la balanza a favor del más desprotegido, a favor del más débil, asegurar las condiciones de vida para el que está en una situación más frágil, para que tenga mejores posibilidades".
"La gente en los barrios siente miedo, desamparo e impotencia", disparó el sacerdote y explicó: "Miedo porque lo que está pasando infunde mucho temor, desamparo porque todo el mundo está como a la deriva e impotencia porque que hay mucha gente haciendo cosas buenas por los pibes y cuando ve esto parece que lo que hace no da resultado".
"Y es así porque el negocio que les ofrece a los pibes en el presente, que va a ser muy cortito, de poco tiempo, es intenso y lleno de guita, esa propuesta le llena el presente a la gente que tiene el horizonte reducido, no por su propia culpa, sino porque han sido marginados desde siempre", finalizó.

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