miércoles, 16 de enero de 2013

Con presencia rosarina, el Campamento de la Memoria se realizo en Nogoya


La actividad comenzó a gestarse durante el juicio por delitos de lesa humanidad en San Nicolás que se realizó el año pasado en Rosario. Convocó a familiares y amigos de las víctimas de esos hechos que viven en distintos puntos del país.


Con presencia rosarina, el Campamento de la Memoria se realizo en Nogoya
Si el Campamento de la Memoria fue en Nogoyá el último fin de semana, ¿por qué reflejarlo en Rosario/12? Porque ese encuentro plagado de alegría, abrazos y arte se gestó en la puerta de los Tribunales Federales de Oroño 940, donde confluían los familiares de las víctimas del primer juicio por delitos de lesa humanidad en San Nicolás: los Alvira, de Romang (en el norte de Santa Fe); Beatriz Baronio, de Elortondo (al sur de la provincia), los Amestoy, de la entrerriana Nogoyá; la Mesa de la Memoria de San Nicolás, siempre impulsada por José María Cholo Budassi. Todos ellos fueron tramando lazos indestructibles, que se corolaron el 27 de diciembre pasado, con la sentencia a prisión perpetua de cumplimiento efectivo para los ex militares Manuel Fernando Saint Amant y Federico Bossié y el ex jefe de la policía federal de San Nicolás, Jorge Muñoz. La alegría de ese día dejó también la necesidad de seguir entrelazados. "Tres días de olvido para recordar todo el año", decidieron bautizar el encuentro. Para el dirigente del Frente Entrerriano Federal, el sector de Jorge Busti, Daniel Koch, toda esa fraternidad se redujo en una macarteada: "Nogoyá invadida por montoneros", escribió el mismo domingo en la red social twitter el ex candidato a intendente de la ciudad.
Nada de eso ocurrió realmente. Desde Nogoyá, San Nicolás y Rosario se conjuró la distancia geográfica con el campamento que comenzó el viernes 11, desde temprano, y terminó el domingo a la tardecita, con una desmontada de carpas colectiva, como no podía ser de otro modo. Durante el fin de semana hubo teatro, taller de murga, música con baile, pintada de mural, un acto callejero, mucha comida y bebida.
Los anfitriones fueron los integrantes de la familia Amestoy. Alfredo y Miguel Angel son los hermanos de Omar, asesinado el 19 de noviembre de 1976 en la calle Juan B. Justo de 1976 en San Nicolás, junto a su esposa María del Carmen "Pochi" Fettolini, sus hijos María Eugenia, de cinco años y Fernando, de tres, y Ana María Granada, de 23 años. El único sobreviviente de esa masacre fue Manuel Gonçalves Granada, querellante en la causa, que también llegó hasta el campamento, organizado por Faden (Familiares y Amigos de Nogoyá), la Agrupación 27 de oktubre, también de Nogoyá, la Mesa de la Memoria de San Nicolás y el Espacio Juicio y Castigo, de Rosario.
El viernes, el grupo Payasos por la identidad presentó su obra Cenizas (quedan siempre). Del encuentro participaron niños y niñas, hijos de varios asistentes. "Nos sorprendió la reacción de los chicos. Se involucraban en la obra, querían avisarle al payaso que lo habían apropiado, fue muy emotivo", era el comentario generalizado el domingo. Los grandes también confesaban haberse emocionado. Protagonizada por Manuel Baella, Maria Franchi, Fernanda Molina y César Artero, la obra fue escrita por Héctor Presa, con la presencia en escena del músico Alejo Castillo.
El sábado a las 19.30, después de la pintura del Mural que hizo el Movimiento en memoria de los 17 desaparecidos y muertos de Nogoyá, se realizó el acto de imposición de nombre de las calles Omar Amestoy y María del Carmen Fettolini, en su intersección, en el barrio Vecinos "46 viviendas". Empezó con otra función de la obra de Payasos por la identidad. La nutrida presencia de vecinos fue el dato conmovedor para Florencia, sobrina de los militantes asesinatos, e integrante de H.I.J.O.S de Paraná. Fue la oradora. "En estos días he pensado mucho en que ya no podrán vencernos. No lo hicieron. Nuestras vidas están pobladas de muchas vidas, cada uno de nosotros somos los 30 mil en un abrazo inconmensurable", dijo y contó: "Venimos a ofrecerle a los vecinos, a esta ciudad un pedacito de historia del Negro Amestoy y de la Pochi Fettolini, dos compañeros que luchaban por un mundo más justo, más equitativo. Por eso, celebro que de a poco vayamos haciendo colectiva y nuestra la historia, los lugares, la memoria, que la historia del negro Amestoy y de la dulce Pochi sea de cada uno de ustedes, que se apropien de ella". Para Florencia, se trató de "dejar plantada una marca duradera de lo ocurrido, con justicia y con los nombres de los nuestros en las calles de nuestro pueblo, como huella imborrable de amor, juntos, en esta intersección, en este pedacito de esquina de esta bella ciudad que los vio nacer, crecer y luchar por sus nobles y guerreros ideales". En el mismo acto, Manuel le entregó un pañuelo a Exequiela Federica Vergara de Frutos, la madre del desaparecido Rubén Frutos.
Después de semejante emoción, el sábado terminó con un baile donde corrió la cerveza y el fernet, hasta la mañana siguiente. Incluso, algunos de los más jóvenes jugaron al voley tras la fiesta, antes de irse a dormir. Fue poco antes de que los niños empezaran a despertarse.
"Los Amestoy se pasaron, cocinaron para todos, se desvivieron", describió Alfredo Di Pato, que fue junto a su compañera Olga Moyano, integrante de la murga La Memoriosa, a cargo del taller de murga. Hubo decenas de asistentes. María José Amestoy, desde Nogoyá y Rosalyn Ruiz, desde Rosario, fueron de las más activas organizadoras.
En el campamento, que se realizó en el Polideportivo Municipal, todo fueron risas, mates, pastafrolas, asados y conversaciones animadas. Lo ocurrido el último fin de semana en San Nicolás desmintió a Koch sin necesidad de palabras. Participaron antiguos militantes de los 70 y hermanos de las víctimas, algunos acercándose a los 60 años. Hubieron militantes de H.I.J.O.S., artistas populares treintañeros, estudiantes universitarios en sus 20 que se acercan a los espacios de memoria. Y los hijos de los H.I.J.O.S. algunos de ellos bebés.

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