lunes, 6 de agosto de 2012

SANTA FE: Pólizas contra robos: cómo evitar sorpresas al contratarla


Es indispensable verificar lo declarado y que el asegurado cumpla las medidas de seguridad y lea la letra chica.

Pólizas contra robos: cómo evitar sorpresas al contratarla
 Ser víctima de robo en el hogar es una situación desagradable y si encima el damnificado se lleva “sorpresas” al reclamar la indemnización al seguro contratado, el panorama se complica aún más.

Es que a raíz de la incesante ola de inseguridad, de la que Santa Fe no escapa, cada vez más santafesinos contratan un seguro para proteger sus bienes hogareños. El problema es que, en algunos casos, por desesperación o desconocimiento caen en trampas de las que no hay vuelta atrás a la hora del reclamo.


Este es el caso de Mariela Gómez (34), a quien le robaron varios de sus electrodomésticos, entre otros bienes, de su vivienda y cuando reclamó al seguro que contrató telefónicamente a través del banco, le solicitaron una serie de papeles, facturas y requisitos de los que ni estaba enterada. Por desgracia no pudo compensar el mal trago.


Este es sólo el ejemplo de muchos que han atravesado por alguna experiencia similar a estas características. Frente a esto es que los productos de seguros y matriculados advierten sobre cómo estar alertas y qué aspectos se deben considerar antes de firmar la póliza de un seguro de hogar para evitar inconvenientes al momento de la indemnización.


La oferta en el mercado
La propuesta de seguros para la casa es amplia y variada, y el valor depende de las compañías o los bancos que las ofrecen, pero para tener una idea arrancan desde los $45. Por supuesto, que esta cifra dependerá también del total del monto a cubrir; pero por lo general, la cobertura básica es contra incendio del edificio y del contenido general, el robo o hurto del contenido de la vivienda, la responsabilidad civil por hechos privados y la cobertura a ciertos electrodomésticos.


Uno de los consultados sobre este tema es Cristian Márquez, subgerente de una reconocida compañía de seguros, que aconsejó en primer término, no comprar los seguros que ofrecen telefónicamente, ya que las personas que los venden no están matriculadas ni son expertos. Allí se origina el problema porque en este método de venta no se verifica la declaración de los bienes ni medidas de seguridad en el hogar.


En estos casos en los que el cliente de un banco contrata un seguro por este medio, por lo general, desconoce que ante un robo es necesario presentar la denuncia policial, las facturas de compra de los bienes y cumplir con las medidas de seguridad. Es ahí cuando se “desayuna” con la letra pequeña del contrato. Por el contrario, el productor de seguros consultado por Diario UNO manifestó: “La metodología de la consulta a una compañía aseguradora es distinta. El cliente interesado declara sus bienes e inmediatamente el productor visita el domicilio para certificar la declaración y asentarla en el contrato por una suma determinada asegurada, que puede ir desde los $5.000 hasta $30 mil”.


Además, Márquez dijo: “Lo fundamental es que la persona reciba un servicio personalizado de un productor de seguros, es decir, que exista una cara visible y que se verifiquen todos los bienes declarados que quedarán asentados en la póliza”. Y sólo en los casos de los que no se declararon si se solicitará la factura de compra. También recomendó leer la denominada “letra chica” y tener en cuenta las medidas de seguridad que debe cumplir la vivienda. Por ejemplo, que la puerta tenga cerradura de doble paleta, que las ventanas al exterior tengan rejas, que la propiedad no tenga terrenos baldíos a los costados y que la medianera tenga 1,80m de alto. Otro de los aspectos que mencionó el asesor y productor de seguros Sergio Estévez es que hay que tener en cuenta la modalidad de indemnización de robo que detalla el contrato, ya que puede ser de dos maneras.


La primera se denomina la “prorrata” y significa que la compañía abonará la diferencia entre el valor real y el asegurado. Aquí hay que prestar atención porque si no se actualizan las sumas de los valores asegurados, el cliente puede quedar insatisfecho cuando cobre la indemnización. Y la otra forma de cobro es “a primer riesgo absoluto”, que obliga a las compañías a reponer la suma del bien con el valor de uno nuevo.

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