jueves, 9 de agosto de 2012

INT. El presidente sirio se quedó también sin su jefe de protocolo

Muheddine Muslmani se sumó a los desertores y le dio otro golpe al regimen de Bashar al Assad.

 El presidente de Siria, Bashar al Assad, sufrió hoy un nuevo golpe en el corazón de su estructura más íntima al conocerse la deserción del jefe de protocolo del palacio presidencial, quien pasó así a la oposición tal como hizo el lunes el entonces premier Riad Hiyab.

Estas deserciones desgastan la imagen de Al Assad, pero no cambian el panorama de poder que sigue en manos de su círculo íntimo y de los jefes de los servicios de seguridad.

Yasser Abud, comandante del Ejército Sirio Libre (ESL), señaló a la emisora Al Arabiya, con sede en Dubai, que el desertor Muheddine Muslmani sigue en Siria y que aparecerá pronto en un video en el que hablará de su deserción.

Abud fue quien ayudó a escapar también al ex primer ministro Hijab y a que llegara a salvo a Jordania, informó la agencia de noticias DPA.

Paralelamente, Al Assad nombró hoy como nuevo primer ministro a Wael al Halki.

Al Halki, de 48 años, es de la provincia de Dera‘a, donde comenzó hace 17 meses la revuelta contra el gobierno. Omar Ghalawanji estaba ejerciendo de primer ministro interino desde que Hiyab huyó a Jordania, informó la agencia de noticias Europa Press.

Mientras tanto, las tropas sirias continúan combatiendo en la norteña ciudad de Alepo, la mayor del país y después de que el gobierno lanzara hace dos días una ofensiva a gran escala, ambas partes se atribuyen la victoria.

Los rebeldes niegan haber perdido el control del distrito sur de Salaheddine, tal como afirman las tropas del Ejército.

Las fuerzas del gobierno están infringiendo una fuerte presión sobre los rebeldes en Alepo, donde se lucha desde hace dos semanas, ya que el control de la ciudad podría ser determinante para el desenlace del conflicto de 17 meses contra el gobierno de Al Assad.

Irán, un aliado clave del gobierno sirio, organiza hoy una conferencia sobre la crisis pero se desconoce qué países asistirán al encuentro, que algunos observadores consideran un intento de distraer la atención de los combates.

Al menos 170 personas murieron ayer en todo Siria, 43 de ellas en Alepo, según el reporte diario del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, cuya sede se encuentra en Londres.

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