Fue en barrio Las Flores y
presumen que allí compraban vendedores del norte bonaerense. La acción
causó un desbande pero no hubo detenidos. Las autoridades locales se
enteraron después.
La Capital |
Una fiscalía de San Nicolás desbarató
un búnker de drogas del barrio Las Flores en el que se hallaron 12 kilos
de cocaína fraccionados para la venta. El operativo, del que
participaron sólo efectivos de la policía bonaerense, se realizó en el
marco de una investigación que llegó hasta el sitio donde se presumía
que varios vendedores de estupefacientes del norte de la provincia
vecina compraban al por mayor, a pocas cuadras de la subcomisaría 20ª.
Fuentes allegadas al caso deslizaron que en el lugar allanado se vendía
hasta 120 mil pesos diarios en un quiosco que describieron como "una
fortaleza de una sola pieza, de muy difícil acceso" y remarcaron que en
la zona podía verse a personas que actuarían como vigiladores —algunos
armados— y presuntos compradores que se acercaban al lugar en auto. La
irrupción policial provocó un desbande pero al cierre de esta edición no
se habían reportado detenidos.
El operativo realizado el sábado a la
tarde en una villa del barrio Las Flores se inscribió en una
investigación iniciada en marzo pasado por la Unidad Funcional de
Instrucción (UFI) Nº 1 de San Nicolás, también conocida como fiscalía
temática de drogas. La repartición comandada por la fiscal Verónica
Marcantonio pidió una orden de allanamiento a un juez nicoleño que luego
solicitó un exhorto al juez federal rosarino que se encontraba de turno
en ese momento.
Así, los funcionarios judiciales
nicoleños pudieron ingresar a la provincia de Santa Fe junto con
efectivos del Grupo Halcón y de la Superintendencia de Investigación de
Drogas Ilícitas de la policía bonaerense, quienes arribaron al búnker
escondidos en un camión volcador de la Municipalidad de Ramallo. No
obstante, las autoridades de seguridad santafesinas no supieron acerca
del operativo hasta después de ocurrido (ver aparte).
En Ramallo. Fuentes de
la investigación revelaron que si bien había ciertas presunciones
acerca de que los vendedores de droga de San Nicolás y otras localidades
del norte bonaerense compraban "en la villa del Casino de Rosario",
esos datos terminaron de perfilarse el viernes último, cuando se
realizaron un par de allanamientos en la ciudad de Ramallo.
De esos operativos, indicó el vocero
consultado, se estableció que había un proveedor mayorista en el barrio
Las Flores que abastecía a los vendedores de la zona. Eso originó el
allanamiento del sábado.
En Rosario. El
procedimiento se terminó de preparar en una estación de servicio en
inmediaciones del acceso a la ciudad por bulevar Oroño. Allí, veinte
efectivos del grupo de operaciones especiales Halcón subieron a un
camión volcador que prestó el municipio de Ramallo para que pudieran
entrar en la barriada.
"Había que disimular el ingreso porque,
además de ser una zona bastante pesada, a unas cuatro cuadras del
búnker ya se veía gente que vigilaba y avisaba lo que podía pasar. Por
lo tanto, se decidió que ingresara primero el personal policial y luego
los funcionarios judiciales", reveló el vocero consultado.
Los efectivos ingresaron al barrio por
calle Khantuta y se dirigieron al sur hasta inmediaciones de Caña de
Ambar al 1500, donde estaba ubicado el búnker. Según un portavoz
judicial, no se trataba de una vivienda adaptada sino de una
construcción que parecía ser "bastante reciente, de muy difícil acceso:
una fortaleza de una sola habitación".
"Al frente había, detrás de una reja,
una persiana de chapa con dos agujeritos a través de los cuales sólo
pasaba dinero y droga. También había una entrada de acceso detrás de una
triple puerta de reja, con pasadores de hierro de 13 pulgadas. En la
parte trasera, una puerta hacía las veces de vía de escape hacia ranchos
vecinos", comentó.
Adentro no había mucho más que un
escritorio detrás de una ventana. Y nada menos que 12 kilos de cocaína
fraccionada para su venta.
Mayoristas. Según las
fuentes consultadas, la droga estaba dispuesta en más de una veintena de
bolsas de nailon rotuladas para saber cuánto había en cada una. En
promedio, cada bolsa contenía unas cien bochas envueltas en plástico y
atadas con precintos rojos. "Si bien faltan las pruebas de cromatógrafo y
otras pericias, a primera vista el envoltorio de la droga coincide con
el de lo incautado en Ramallo", señaló un vocero allegado al caso.
Asimismo, entre los elementos
secuestrados en el búnker de Las Flores se hallaron anotaciones que
daban cuenta del movimiento comercial del quiosco de drogas, que podría
ascender a 120 mil pesos diarios. En principio, las cifras darían cuenta
de que el módico precio mayorista al cual se estaba comercializando la
cocaína sería un indicador de la ausencia de intermediarios.
Sin informar al gobierno local
Las autoridades provinciales no fueron
advertidas de la acción ordenada por la fiscal de San Nicolás. Supieron
del operativo que derivó en el decomiso de 12 kilos de cocaína el
domingo por la mañana. El procedimiento se concretó el sábado.
“No me parece correcto, más allá de los
formalismos legales, que una acción ordenada por una autoridad judicial
de otra provincia no sea comunicada a la autoridad política del
territorio en el que se interviene”, dijo ayer Raúl Lamberto, como único
comentario al respecto.
En sentido estricto la fiscal de San
Nicolás solicitó permiso a un juez federal de Rosario para la acción. Lo
que piensan en el ministerio de Seguridad provincial es que si ese
operativo policial hubiera acarreado una violencia con saldo de heridos
en barrio Las Flores la consecuencia de esa acción habría sido
absorbida por la provincia de Santa Fe, que precisamente por no haber
sido informada se vio incapacitada de tomar recaudos excepcionales para
resguardo de los vecinos de la zona.
En rigor los impulsores del operativo prefirieron hacerlo sin que la policía santafesina se enterara.
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