SANTA FE: Avanza el deterioro de los monoblocks de barrio Acería
Seis familias debieron
irse de los departamentos que habitaban en el monoblock 7 porque la
torre tiene peligro de derrumbe. El incendio del sábado trajo al
presente un compromiso asumido por la provincia en 2011 que aún no se
concretó.
El incendio en barrio Acería ocurrido el viernes a la noche reactivó el
reclamo de los vecinos por el pésimo estado de las 22 torres que
conforman el plan habitacional, sobre todo en el marco de una promesa de
reconstrucción de los 372 departamentos realizada por el gobierno
provincial en marzo del año pasado.
Esta mañana, en la
recorrida de El Litoral, los vecinos del monoblock Nº 7, donde se
produjo el incendio, refirieron que el fuego comenzó por un desperfecto
eléctrico en el interior del departamento Nº 113. “Saltó una chispa a un
colchón y empezó a prenderse fuego toda la casa.
No es la
primera vez que se incendia un departamento del monoblock. Hace un mes,
se quemó el departamento de abajo”, contó Juan José López. Y agregó “Acá
es común que haya problemas con la electricidad. Hay enganches de
cables por todos lados, porque no nos dan la posibilidad de regularizar
la situación, y las líneas se sobrecargan y estallan. A ello, hay que
sumarle el estado de las construcciones”.
Los reclamos por el
estado estructural de las torres de barrio Acería son de larga data. En
2010, personal de la Defensoría del Pueblo constató los problemas
edilicios denunciados por los vecinos y sugirió al gobierno provincial
que en lo inmediato les diera una respuesta a esas familias.
En la calle
Producido el incendio, la Municipalidad dispuso el desalojo de un
sector del monoblock 7. Lo hizo por seguridad, ya que los seis
departamentos de ese sector corren peligro de derrumbe.
“El
sábado a las 10 de la mañana me avisaron que tenía que abandonar la
vivienda, que no podía quedarme allí. Me dijeron que si no tenía adónde
ir podía concurrir al refugio de Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos,
pero opté por ir a la casa de un familiar. Sellaron el ingreso de mi
departamento -y el de los cinco más próximos al incendiado- con cemento y
ladrillos para que nadie entre”, contó Leticia Mangol.
Los
vecinos destacaron al municipio por el protocolo de actuación que llevó a
cabo y también a los bomberos que lograron combatir el fuego. También
mostraron su descontento con las autoridades provinciales porque “no
vino nadie ni siquiera a preguntar cómo estábamos”. “Era lógico que no
iban a aparecer. Hace un año nos prometieron la reconstrucción del plan
y, como no hicieron nada, no les da la cara para aparecer”, acotó un
vecino del monoblock 6.
En el monoblock 7, residían 18
familias. De ellas, seis debieron irse -cinco a casa de familiares y una
al refugio del Cedepro- y las otras 12 continúan allí, sin agua y con
miedo. “El municipio vació el tanque porque puede ceder la estructura de
ladrillos, que ya estaba apuntalada. O sea que desde el sábado a la
mañana estamos sin agua”, dijo Juan José López. Y agregó: “La
recomendación de la Municipalidad es que nos vayamos todos, pero
¿adónde? El gobierno nunca cumplió su compromiso de relocalización”.
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