Otro impulso a la ley de lechería
Las intenciones
oficiales afrontan un cuadro complicado. Los productores reciben precios
atrasados, la industria está al tope de su capacidad, las inversiones
no alcanzan y el mercado externo depende de la firma de Moreno.
El tema es tan controversial que ni el kirchnerismo pudo alinear su
tropa legislativa cuando lo intentó hace poco más de dos años. Ayer el
subsecretario de Lechería de la Nación, Arturo Videla, reiteró que uno
de los objetivos de su cartera para este año es “llevar adelante el
proyecto de ley de lechería”. El Ministerio de Agricultura informó
además que la producción primaria de leche crecerá este año entre 8 y 10
por ciento respecto de 2011.
“Este es un debate en cuyos
extremos están los que quieren libertad absoluta en la cadena y los que
promueven la intervención del Estado. En Carsfe y CRA tenemos una
posición intermedia: queremos al Estado como equilibrador, con
regulaciones que permitan un desarrollo transparente”, dijo Gustavo
Vionnet.
El titular de la Sociedad Rural de Esperanza y
miembro de la mesa nacional de productores lecheros sugirió que la norma
debería “definir las condiciones de compra y venta” de leche, “que al
día de hoy no existen y la industria hace lo que quiere”.
Vionnet dijo que los tamberos reciben el mismo precio desde hace un año,
mientras la inflación aumentó los costos internos. Además los precios
internacionales bajaron, la capacidad instalada de la industria no se
expande, se exporta 15 % de lo que se produce en el país y eso depende
de “un ROE que se firma en la Secretaría de Comercio”.
“No
queremos un Estado interventor como el que tenemos actualmente”, dijo el
ruralista santafesino. Opinó que “debería haber un ámbito de discusión
entre lo público y lo privado” y recordó que hay países que incorporaron
aportes de los actores de la cadena láctea para investigación y
desarrollo.
Respecto del aumento en la producción que anunció
Videla, Vionnet expuso que el gobierno tiene un monitoreo diario y
puede hacer esa proyección. “Va a ser una primavera difícil porque ya
empezaron a bajar los precios al productor y tenemos costos de
producción que crecieron con una inflación anual del 25 %”.
Además advirtió que si en los últimos 13 años la producción primaria
aumentó sólo 15 % “y eso nos pone en condiciones de sobreoferta y
quebranto, entonces algo no funcionó bien”. A manera de solución,
planteó que el Estado no sólo no regule las exportaciones sino que
además las incentive; pero señaló que más allá de una inversión de La
Ramada en Franck, la industria está postergando la expansión de su
capacidad instalada.
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