El hombre esperaba para
descargar cereal en una firma aceitera del Gran Rosario. Lo buscaban por
la desaparición de una mujer en la localidad de Saira, departamento
Marcos Juárez. Y él dijo que la había matado.
La Capital |
La misteriosa desaparición de una mujer
de 73 años afincada en la localidad cordobesa de Saira, en el
departamento Marcos Juárez, empezó a resolverse la madrugada de ayer
cuando una comisión policial de la vecina provincia llegó hasta una
playa de camiones de San Lorenzo y detuvo a un chofer que estaría
implicado en el hecho junto a su hijo de 17 años. Según fuentes de la
Unidad Regional XVII de la policía santafesina, cuyos efectivos
colaboraron con el arresto del sospechoso, el hombre no sólo habría
confesado su participación en la desaparición de la anciana sino también
en su crimen, el que tendría motivaciones pasionales.
Ana Elvis Suárez era una sencilla mujer
de 73 años, viuda, que vivía de su jubilación en una casa simple de
Saira, un poblado de 600 habitantes ubicado 30 kilómetros al norte de
Marcos Juárez, en la provincia de Córdoba, y a unos 170 kilómetros al
oeste de Rosario. A esa misma población había llegado hace siete meses y
desde el Gran Buenos Aires el camionero Claudio Marcelo Rojas, de 43
años, quien se instaló en el lugar junto a su esposa y sus dos hijos,
con quien montó un lavadero de vehículos a sólo cuatro cuadras de la
casa de Ana Suárez.
Desde entonces, Anita (como la conocían
en el pueblo) empezó a llevar su Ford Ka al lavadero de los Rojas para
que los hijos del camionero hicieran su trabajo. Así empezó una relación
que ganó en confianza entre la mujer y los jóvenes, uno de ellos de 17
años. Pero hace unos 20 días, en oportunidad de que Anita repitiera la
rutina mencionada, sus vecinos dejaron de verla y las sospechas
empezaron a arreciar. Es que ya se sabe, pueblo chico, infierno grande.
Lo cierto es que al mismo tiempo en que
se perdió el rastro de la mujer y que su hermano hacía la denuncia ante
la comisaría del pueblo, también se fueron del pueblo Rojas y su hijo.
Por eso los ojos de los pesquisas se posaron sobre ellos y al mando del
comisario Omar Gallo, titular de la Departamental Marcos Juárez,
empezaron a rastrearlos.
Auto quemado. La
primera novedad que surgió sobre el paradero de la mujer fue el hallazgo
del Ford Ka de su propiedad. El vehículo, totalmente incendiado,
apareció en un paraje conocido como El Ensanche, en un camino rural que
une las poblaciones de Estación General Paz y Colonia Caroya, al norte
de la ciudad de Córdoba por la ruta nacional 9 y a unos 300 kilómetros
de Saira. El auto fue peritado por pesquisas para tratar de hallar
huellas que permitan avanzar en el esclarecimiento del caso, aunque el
estricto secreto de sumario no permitió conocer ayer el resultado de
esos analisis.
Tras ello, según contó el periodista
Gerardo Farías, de la radio Red Panorama de Marcos Juárez, el hijo menor
del camionero fue arrestado la noche del lunes en su vivienda de
Saira,en momentos en que la misma era allanada, y quedó a disposición de
la Justicia de Menores y del fiscal Sergio González Achaval, quienes
decidieron su internación en un instituto dependiente de la Secretaria
de Niñez, Adolescencia y Familia de Córdoba hasta que se esclarezca su
vínculo con el episodio.
En San Lorenzo. En el
avance de la investigación, una comisión de policías de Marcos Juárez
llegó la noche del martes a la ciudad de San Lorenzo donde, según los
testimonios recogidos, se encontraba el camionero Rojas para descargar
soja en una de los plantas de la zona. Con la colaboración de personal
de la Unidad Regional XVII, los pesquisas ubicaron al hombre en el
playón de estacionamiento de la firma Vicentín, cuando descansaba a
bordo de su Mercedes Benz con acoplado.
Aunque sorprendido por la presencia de
los policías en el lugar, Rojas no se opuso a su detención y fue
trasladado a la Jefatura sanlorencina. Allí, según fuentes de la
investigación, "se quebró y confesó su participación en la desaparición y
el crimen de la mujer. Brindó detalles sobre la muerte y dijo dónde
habían enterrado el cadáver", aseguró un pesquisa.
Por eso el camionero quedó detenido a
disposición del fiscal de Marcos Juárez, Carlos Viamonte, acusado de
privación ilegítima de la libertad doblemente calificada por ser mayor
de edad la víctima y por participación de un menor. A esa carátula se
sumó la de homicidio agravado.
Mientras el camión quedaba precintado
en la planta cerealera, Rojas fue trasladado ayer a Marcos Juárez. En su
relato ante la policía, el acusado habría contado que el cuerpo de Ana
Suárez había sido enterrado en el patio del lavadero de autos que
atendía junto a sus hijos. Por eso, anoche en Saira se esperaba la
llegada desde Córdoba de peritos que pudieran cumplir con la orden de
excavación dictada por la Justicia en busca de confirmar el dato
brindado por el sospechoso y dar por esclarecido el homicidio.
Sobre los motivos que llevaron al
camionero a cometer el asesinato, en Saira mucho se ha comentado. Aunque
algunos hablan del robo de una suma de dinero que la mujer habría
tenido por la venta de una propiedad, fuentes policiales confiaron que
Rojas "admitió una relación sentimental con la mujer" y que la misma
habría llegado al trágico final por el acoso que la víctima mantenía
sobre el detenido. La verdad se sabrá cuando todo lo que el camionero
dijo a los policías lo ratifique ante el juez y sea llevado ante un
Tribunal.

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