Hace 41 días que desapareció de
su casa de barrio Unión y Trabajo. Varios testigos lo situaron el martes
en tres lugares céntricos de la capital entrerriana.
Mauricio Plano es el muchacho santafesino, de 31 años, empleado de
Jerárquicos Salud, que desapareció de su casa de barrio Unión y Trabajo
el 14 de mayo pasado. Tras 46 días de búsqueda, esta semana llegaron
novedades sobre su paradero desde la ciudad de Paraná. Entre el lunes a
la noche y la madrugada del viernes pidió permiso para dormir en un
banco de la Plaza del Bombero, de Paraná. Al día siguiente, un remisero
santafesino lo vio caminando por la calle Concordia al 200, y días
antes, un testimonio lo sitúa en la terminal de ómnibus de la capital
entrerriana.
Con estos datos en mente, la esposa de Mauricio, María Ábalos, cruzó la laguna Setúbal y recorrió la zona acompañada por agentes de la policía de Entre Ríos. Paso por albergues y refugios, entrevistó a comerciantes y repartió fotos de Mauricio. Esta tarde, cuando salga del trabajo, volverá a las calles de Paraná en busca de su marido.
—¿Cuándo fue la primera vez que lo vieron a Mauricio en Paraná?
—La fecha exacta de cuándo llegó a Paraná no la tenemos. Lo que sí sabemos, porque los testigos dicen estar muy seguros de que era él, es que el martes fue visto en calle Concordia al 200. Lo vio un remisero que es santafesino pero que llevó un pasaje a Paraná. En ese momento él no tenía la foto de Mauricio ni mi número de teléfono. Por eso recién me pudo avisar cuando volvió. Apenas me dio la información, pedí a la policía santafesina que coordinaran la búsqueda allá. Me dijeron que no era su jurisdicción y entonces le pedí ayuda a mi hermano, que vive en Paraná, para que él haga la denuncia.
“Pedía algo para comer”
“La policía de Entre Ríos fue muy generosa con nosotros, nos atendieron muy bien. A pesar de que el fiscal de Santa Fe había pedido que la información del pedido de paradero se distribuyera en todo el país, allá no sabían de la búsqueda. Les dimos todos los datos y ya van dos noches que salimos a buscarlo. Fue en ese recorrido, que empezamos a tener más novedades. En la terminal de ómnibus varias personas nos dijeron que lo vieron. Sobre todo empleados de locales de venta de comida, que nos dijeron que les pedía algo para comer. Y también nos dijeron que el lunes a la noche pidió permiso para dormir en un banco de la Plaza del Bombero, y que allí pasó la madrugada”, detalló María, muy emocionada.
Todos los testigos coinciden en la vestimenta de Mauricio. Lleva una campera negra gruesa, un pantalón oscuros y calzado color marrón. También tiene el pelo más crecido y barba de algunos días.
“Yo le agradezco a todo el mundo la ayuda, cualquier dato para nosotros es un respiro. Por lo menos sé que Mauricio sigue vivo. Ahora le pido colaboración a toda la gente de Paraná, para que estén atentos y que si lo ven traten de entretenerlo y avisar a la policía que ya está informada sobre el caso”, agregó la joven.
El último saludo
El 14 de mayo pasado fue el último día que María vio a su marido. Aquel día, Mauricio salió de su casa en barrio Unión y Trabajo, ubicada en calle Hernandarias al 2.100 cerca de las 18.30. Saludó a una vecina y luego ningún conocido lo volvió a ver. Fue una vecina quien le dio el primer dato: Mauricio salió de su casa el lunes a las 18.30 y la saludó. “Mauricio nunca faltó a su trabajo. Por eso, estaba segura que el martes, a primera hora iba a aparecer en la oficina. Lo esperamos con todos nuestros compañeros en la puerta, pero cuando no llegó, a las 9, fuimos a hacer la denuncia”, contó María. La pareja trabaja en Jerárquicos Salud, él como personal de mantenimiento y ella en atención al cliente.
Con estos datos en mente, la esposa de Mauricio, María Ábalos, cruzó la laguna Setúbal y recorrió la zona acompañada por agentes de la policía de Entre Ríos. Paso por albergues y refugios, entrevistó a comerciantes y repartió fotos de Mauricio. Esta tarde, cuando salga del trabajo, volverá a las calles de Paraná en busca de su marido.
—¿Cuándo fue la primera vez que lo vieron a Mauricio en Paraná?
—La fecha exacta de cuándo llegó a Paraná no la tenemos. Lo que sí sabemos, porque los testigos dicen estar muy seguros de que era él, es que el martes fue visto en calle Concordia al 200. Lo vio un remisero que es santafesino pero que llevó un pasaje a Paraná. En ese momento él no tenía la foto de Mauricio ni mi número de teléfono. Por eso recién me pudo avisar cuando volvió. Apenas me dio la información, pedí a la policía santafesina que coordinaran la búsqueda allá. Me dijeron que no era su jurisdicción y entonces le pedí ayuda a mi hermano, que vive en Paraná, para que él haga la denuncia.
“Pedía algo para comer”
“La policía de Entre Ríos fue muy generosa con nosotros, nos atendieron muy bien. A pesar de que el fiscal de Santa Fe había pedido que la información del pedido de paradero se distribuyera en todo el país, allá no sabían de la búsqueda. Les dimos todos los datos y ya van dos noches que salimos a buscarlo. Fue en ese recorrido, que empezamos a tener más novedades. En la terminal de ómnibus varias personas nos dijeron que lo vieron. Sobre todo empleados de locales de venta de comida, que nos dijeron que les pedía algo para comer. Y también nos dijeron que el lunes a la noche pidió permiso para dormir en un banco de la Plaza del Bombero, y que allí pasó la madrugada”, detalló María, muy emocionada.
Todos los testigos coinciden en la vestimenta de Mauricio. Lleva una campera negra gruesa, un pantalón oscuros y calzado color marrón. También tiene el pelo más crecido y barba de algunos días.
“Yo le agradezco a todo el mundo la ayuda, cualquier dato para nosotros es un respiro. Por lo menos sé que Mauricio sigue vivo. Ahora le pido colaboración a toda la gente de Paraná, para que estén atentos y que si lo ven traten de entretenerlo y avisar a la policía que ya está informada sobre el caso”, agregó la joven.
El último saludo
El 14 de mayo pasado fue el último día que María vio a su marido. Aquel día, Mauricio salió de su casa en barrio Unión y Trabajo, ubicada en calle Hernandarias al 2.100 cerca de las 18.30. Saludó a una vecina y luego ningún conocido lo volvió a ver. Fue una vecina quien le dio el primer dato: Mauricio salió de su casa el lunes a las 18.30 y la saludó. “Mauricio nunca faltó a su trabajo. Por eso, estaba segura que el martes, a primera hora iba a aparecer en la oficina. Lo esperamos con todos nuestros compañeros en la puerta, pero cuando no llegó, a las 9, fuimos a hacer la denuncia”, contó María. La pareja trabaja en Jerárquicos Salud, él como personal de mantenimiento y ella en atención al cliente.

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