Un juez autorizó el retiro de máquinas de Naranpol Reconquista

Las máquinas son propiedad de una empresa tercerizada radicada en Córdoba. Son más de 50 elementos entre los que se cuenta la sopladora de botellas. “Esto es un balde agua fría para nosotros”, aseguraron los trabajadores que llevan cinco meses de acampe frente a los portones.

Nadalich afirmó que la medida judicial es "un balde de agua fría" para el ánimo de los trabajadores.

“Hoy nos desayunamos con que la empresa tercerizada Plásticos Homero llegó con la orden de un juez de Santa Fe de apellido Ríos acompañados con un Oficial de Justicia, la Dra. Suligoy, y pidieron que se iban a llevar las máquinas de la empresa mencionada”, relató Orlando Nadalich que desde hace cinco meses acampa frente a los portones de la planta de Naranpol Reconquista en defensa de sus puestos laborales.


“Se van a llevar unos compresores, la máquina que hace el soplado de las botellas y otras cosas que son más de 50 por lo que van a estar trabajando por lo menos dos días nos dijeron” relataron los obreros que aunque conciben a algunos de los elementos que serán retirados como el corazón de la planta, sostuvieron que “si los trabajos se paran ahí y no se sigue desmantelando no afecta tanto”.


“Te duele que delante de uno que está trabajando para que se restituyan los puestos de trabajos un juez autorice que retiren las máquinas. Por qué, más vale, no dictamina que despidan a todos los muchachos y que nos paguen lo que nos corresponde y que el juez haga lo que quiera con la fábrica. Pero no, lo primero que hace es castigar a los empleados que estamos sufriendo estas cosas en vez de castigar a los que llevaron la empresa al concurso”, se preguntó Nadalich.


“Los dueños de Naranpol están parados y a mi entender quisieron hacer un concurso fraudulento pero no les salió bien. Estaban acostumbrados que cada seis años presentaban concurso y veían a quien joder buscando la forma más fácil de hacer plata, no buscando de producir más y generando más puestos de trabajo”, continuó.


“Para nosotros esto fue un balde de agua fría. Nos cayó mal porque nosotros tenemos la esperanza de que la gente interesada en comprar la fábrica lo haga. Hace cinco meses y una semana que acampamos frente a los portones y en este momento se complicó todo porque la changa que tenían los muchachos se terminó, la ayuda que teníamos de la comunidad de Reconquista ya desapareció y ya ni bocina te toca la gente cuando pasa y ahora con este golpe espero que algún dirigente se apiade y venga a ver lo que estamos pasando nosotros”, concluyó Nadalich.