
Pero un día, el de los santos inocentes, quiso hacerle una broma a su jefe y se le fue de las manos.
Los ocho pastelitos caseros llevaban una bomba de relojería dentro. Había introducido en ellos una caja entera -30 pastillas- de Sildenafil, el nombre médico del viagra (un potente acelerador sexual), según el diario The sun.
El 1 de Abril, festividad de los Inocentes en Gran Bretaña, el empleado acudió al trabajo y ofreció los dulces a sus jefes insistiendo e invitando a una segunda ronda a Daniel Webber.
Webber, el gerente, terminó el día hospitalizado por esta pesada broma.
El acusado fue condenado a 80 horas de trabajo sin paga y 12 meses de trabajo forzado.
Al hacer pública su sentencia, el juez Philip Mott dijo al acusado: "Todo esto te hará madurar".
Fuente: www.huffingtonpost.es
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