sábado, 28 de septiembre de 2013

ROSARIO: Un inédito fideicomiso logró resolver la ocupación de un lote de cinco manzanas

Ocurrió el lunes y fue el primero en Rosario y hasta donde se sabe en el país. El arreglo insumió casi una década, pero los usurpadores aceptaron pagar por el terreno a su dueño.
.La Capital | 

 Ocurrió el lunes y fue el primero en Rosario y hasta donde se sabe en el país. Un fideicomiso resolvió la usurpación de un predio de unas cinco manzanas en Rivarola al 7800. Ahora, 214 familias pagarán en cuotas los lotes que ocuparon en forma irregular hace diez años y donde levantaron viviendas precarias y hasta de material.
Un inédito fideicomiso logró resolver la ocupación de un lote de cinco manzanas
   Pasar de intrusos a propietarios fue un extenso proceso que llevó seis años impulsado por el Centro Comunitario Paloma de Paz (Rivarola 7753), y del que participaron la Municipalidad, el Concejo, el Servicio Público de la Vivienda (SPV) y el Banco Municipal de Rosario (BMR). Además, por supuesto, de la buena disposición de los herederos de Amado Dosantos, titular del predio de 50 mil metros cuadrados.
   “Ahora estamos recogiendo los frutos de un largo trabajo”, explicó el abogado Roberto Cerana, artífice de la iniciativa que ya quieren replicar en otros predios tomados de Rosario y hasta de Buenos Aires. El letrado llegó a Paloma de Paz convocado por su alma mater, Silvia Tratzi, y además de sumarse como voluntario en las actividades de contención social que realizan en esa zona, con carencias económicas, comenzó a diseñar la novedosa herramienta legal que destrabó el conflicto.
Cambio de rango. Una década atrás, 170 familias ocuparon de manera ilegal el predio que se extiende entre bulevar Seguí, Saavedra y las calles 1.717, 1.722 y 1.724. Allí levantaron viviendas precarias y hasta casas sencillas pero de material. El conjunto así formado no tenía calles ni servicios básicos.
   Sobre esa realidad comenzó a trabajar Paloma de Paz a través de Cerana en una tarea que no fue fácil y que proponía el cambio de rango urbanístico de quienes vivían en el lugar: de usurpadores a propietarios. Sólo para instalar la idea tuvieron que desmontar un universo simbólico que la necesidad y la falta de recursos cristalizó durante generaciones completas.
   “Algunos pensaban que tenían que regalarles ese lugar que habían ocupado”, explicó el letrado, satisfecho con haber logrado una bisagra sin antecedentes: al final todos aceptaron comprar los terrenos a través de un fideicomiso que administra el BMR Mandatos y Negocios S. A. Ahora pagarán una entrega inicial de cuatro mil pesos (un 20 por ciento aproximado del valor de lote) y 60 cuotas de 400 pesos.
   ¿Cómo se llegó a esta solución? Cerana y Paloma de Paz plantean ante la Municipalidad el proyecto de regularizar la usurpación a través de un loteo que el Concejo debía autorizar como de interés social, ya que no daba con los stándares requeridos. Esta luz verde llegó a principios de 2012 y el Servicio Público de la Vivienda comenzó su tarea de relevamiento, que hasta incluyó la apertura de calles.
   Así se delimitaron 214 lotes y se constituyó el fideicomiso al que los propietarios cedieron la tierra. “Quedaron 44 lotes libres y fue ocupado por otras familias interesadas que llegaron de otro lugar”, relató Cerana y dijo que la tarea del Estado fue facilitar el acuerdo entre las familias ocupantes de las cinco manzanas y sus dueños.
Satisfecho. “Ya está todo adjudicado”, dijo con satisfacción Cerana. Y relató que la experiencia, por exitosa, ya se pensó en replicarla en otras zonas de Rosario. “Hasta llamaron desde Buenos Aires”, dijo; y no es para menos. Hay beneficios por donde se los mire. Las familias que vivían en forma precaria ahora tienen el rango de propietarias con todo lo que implica de arraigo, pertenencia y radicación. Los propietarios reciben una compensación por un patrimonio que estaba casi perdido y la Municipalidad resuelve un problema social y hasta tendrá flamantes contribuyentes. Con calles abiertas y lotes propios, no es lo mismo enfrentar el resto de las limitaciones materiales y sociales con las que vive la gente de esa zona. Fue un primer paso, pero todo viaje se inicia de esa manera.

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