domingo, 9 de junio de 2013

SANTA FE: Violencia de género: “Quiero que se le dé la condena que corresponde, nada más”

Lo dijo Claudia, la hermana de Carmen García, la mujer quemada el 31 de marzo pasado. D.L., el hombre acusado por la agresión, se convirtió en el primer imputado por femicidio en Santa Fe.
Destacaron el avance. Claudia Montenegro, Adriana Molina y Claudia García. FOTO: Manuel Testi/Diario UNO.DESTACARON EL AVANCE. CLAUDIA MONTENEGRO, ADRIANA MOLINA Y CLAUDIA GARCÍA. FOTO: MANUEL TESTI/DIARIO UNO.


La semana pasada se realizó la primera imputación por femicidio en Santa Fe. Se trata de D.L., el hombre acusado de rociar con alcohol y prender fuego a Carmen García, el 31 de marzo. Diario UNO dialogó con Claudia García, hermana de la víctima; Claudia Montenegro, abogada de la familia; y Adriana Molina, secretaria de Gobierno de la Municipalidad sobre el estado de la causa y el avance que representa que se haya caratulado de esa manera.

“A toda la familia le pareció muy bien que el caso se haya caratulado como tenía que ser. Realmente esto fue un femicidio. Las agresiones que sufrió mi hermana por parte de esta persona fueron muy graves, no sólo esa noche sino antes. Ella había recibido amenazas por parte de ese hombre. Así que recibimos con mucha alegría esta noticia”, reconoció Claudia García.

Y agregó: “Yo quiero que se le dé la condena que corresponde. Nada más. Nosotros queremos eso, que la Justicia haga justicia. Gracias a Dios mi familia se mantiene tranquila, nunca agredimos a nadie, ni quisimos hacer justicia por mano propia. Nosotros esperamos y confiamos en la Justicia, nada más”.

En ese sentido, Adriana Molina agregó: “Esperamos lograr un fallo ejemplar”. Y Claudia Montenegro –abogada e integrante del grupo de profesionales del derecho que trabaja en el caso– aclaró: “No es que esto sea un caso testigo y que este presunto agresor sea considerado culpable porque necesitamos un caso para hablar del femicidio. Nosotros lo que estamos haciendo, simplemente, es acompañar a las víctimas para que puedan tener las garantías de poder ejercer sus derechos. Y que el proceso respete a esas garantías y que considere a la violencia de género como un tema de derechos humanos”.

Un importante avance
Consultada sobre las características del caso, Montenegro destacó que lo más importante es que se comprendan las características particulares de las víctimas de violencia de género. Y es que se trata de mujeres que están viviendo una situación de agresión sostenida –que va más allá de lo físico y que en la gran mayoría de las veces implica violencia psicológica–, por lo que muchas veces creen que no pueden salir de ese círculo en el que son lastimadas.

Además se debe tener en cuenta que ellas están siendo lastimadas por una persona a la que en algún momento eligieron y amaron. De hecho, según relevamientos privados, el 60 por ciento de los agresores en el país son la pareja o el ex.

Al respecto, Montenegro señaló: “Desde el acompañamiento jurídico queremos trabajar en torno a las pruebas. Pero también en torno a poder decir quién es la víctima de violencia”. Y detalló que las características propias de ese tipo de agresión generan que las primeras declaraciones de las víctimas tiendan a defender a su agresor o excusarlo. “No es lo mismo lo que dice la víctima si está al lado de su presunto agresor. Hay que tener muchos recaudos al momento de trabajar con esta víctima, de preguntarle, de acercarse. Además la violencia de género es un delito complejo que tiene que ser atendido con esa complejidad. Seguramente hubo casos anteriores, no son situaciones aisladas, la víctima tiene un comportamiento que tiende, en un primer momento, a defender al victimario porque está en un círculo de violencia en el que espera que próximamente el agresor se acerque, le pida perdón y le diga que la quiere. Pero también hay temor porque en la mayoría de los casos existe impunidad y eso genera que las mujeres tengan mucho miedo de denunciar y sostener la denuncia porque, si no pasa nada con eso, llegan a la casa y se encuentran de nuevo con el agresor”.

Consultada sobre qué fue lo que pesó más al momento de lograr la imputación de D.L. bajo la figura de femicidio, la abogada indicó que “se dieron multiplicidad de factores. Primero nosotras en todas las presentaciones que hicimos hablamos de femicidio y de violencia de género. Marcamos siempre que no era simplemente un homicidio agravado por el vínculo y que necesitamos que se escriba la palabra femicidio. Porque simbólicamente es muy fuerte pero también es real”.

Además detalló que técnicamente se comprobó la falta de coincidencia entre el relato del imputado, sobre cómo ocurrió el ataque, y la reconstrucción del hecho. “También hay que decir que no ha existido una custodia de la prueba como necesitamos y ésas son cuestiones que deben reverse seriamente”, añadió.

Por su parte, Molina destacó que en este caso ha sido muy importante el rol que ocupó la familia de Carmen. “A veces no todas las familias tienen la fuerza y la convicción para buscar justicia”, manifestó.

Atención integral
Apenas se conocieron los tres casos de mujeres quemadas en Semana Santa, la Municipalidad dispuso de un equipo de psicólogos y abogados para que ofrecieran sus servicios a las familias. “Hace varios años que está la Subsecretaría de Prevención y Seguridad Ciudadana y, dentro de ella, hay un equipo de psicólogos especializados que vienen trabajando con las familias de las víctimas de crímenes graves. Durante todos estos años ellos han acompañado a los familiares de víctimas de homicidios, ayudándolos a hacer el duelo y a evitar situaciones de venganza porque también es, muchas veces, el primer impulso”, relató.

Y añadió: “Cuando ese fin de semana vimos que tres mujeres eran víctimas de intento de femicidio, y de un modo tan brutal como es quemarlas, lo que hicimos desde el municipio fue que los psicólogos se acercaran al Cullen a hablar con los familiares. A partir de lo que las familias nos comentaban nos dimos cuenta de que necesitaban, también, un acompañamiento jurídico eficiente pero que además tuviera la capacidad de entender la violencia de género y sus particularidades”.

Las agresiones
El 31 de marzo, durante la tarde, Carmen había sido interceptada por un grupo de personas vinculadas al agresor que la golpearon fuertemente, al punto que debió ser atendida en el hospital José María Cullen. Luego de realizar la denuncia, la joven volvió a su casa y allí la encontró D.L. La roció con un líquido inflamable y la prendió fuego. Ocho días después, Carmen no resistió más y falleció.

Claudia García destacó el rol de la policía ese día. “Después de la golpiza que le dieron, ella realizó la denuncia. Le tomaron la declaración y el médico policial constató los golpes. Fue muy bien atendida. Yo no puedo decir de la policía, de la comisaría 28ª, nada malo. La asistencia fue muy buena. Incluso me habían dicho que llevara a mi hermana el domingo a la mañana porque el médico policial no podía llegar el sábado hasta la comisaría para constatar las lesiones. Pero cuando llega el comisario pide que nos lleven en un móvil hasta donde estaba el médico”, contó.

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