jueves, 10 de enero de 2013

SANTA FE: Patadas y cachetazos a dos mujeres durante un asalto


Ocurrió en horas del mediodía de ayer, en una inmobiliaria de calle 4 de Enero al 3900. Dos delincuentes armados con pistolas se llevaron una importante suma de dinero en efectivo. Uno de ellos visitó el negocio dos días previos al golpe, para estudiar el lugar y sus movimientos.


Una inmobiliaria de barrio Barranquitas fue blanco de un violento asalto, en horas del mediodía de este miércoles. Allí, dos delincuentes armados redujeron a dos mujeres que trabajaban en el lugar, las golpearon y luego huyeron con un cuantioso botín.

Eran aproximadamente las 13.30 cuando el robo se desencadenó. “Entró un hombre de unos 45 ó 50 años, calvo, de buena presencia. Siempre trabajamos a puertas cerradas, por precaución, pero lo dejé pasar porque dijo ser un cliente. Mientras yo buscaba el número telefónico que me solicitaba, volvió a sonar el timbre. Este sujeto amagó con abrir la puerta y yo le dije que no lo haga, porque siempre tomamos recaudos antes de dejar ingresar a alguien. Entonces, me mostró una pistola que llevaba escondida y me dijo: ‘abrí’”, relató esta mañana Mariana, de 32 años, quien se desempeña en Construcciones del Interior (constructora e inmobiliaria).

Entonces apareció en la escena el cómplice, un hombre más joven, de unos 30 años. “El primero estaba más tranquilo y nunca perdió la serenidad -añadió la mujer-, ni siquiera cuando yo grité. El segundo estaba muy nervioso y apenas entró le apuntó con una pistola en la cabeza a la empleada encargada de la limpieza”.

Mariana no tuvo alternativa y le entregó a los ladrones una importante suma de dinero que circunstancialmente tenía en el local.

“Entonces nos llevaron al baño y nos maniataron con precintos plásticos, con los brazos atrás. El más joven, sacado y prepotente, nos golpeó en el rostro a las dos y luego, cuando estábamos arrodilladas en el suelo también nos dio algunas patadas”, recordó la víctima.

Apenas se fueron los asaltantes, Mariana logró incorporarse y hacer una llamada telefónica (seguía con sus manos atadas) para pedir auxilio. La otra mujer debió ser asistida por los servicios de salud, porque quedó presa de una crisis nerviosa.

Finalmente, se supo que el mayor de los delincuentes había visitado el local el lunes y el martes de esta semana, con la excusa de la búsqueda de un inmueble, seguramente con el fin de hacer “tareas de inteligencia” en el lugar y no encontrar “sorpresas” a la hora de dar el golpe.

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