martes, 9 de octubre de 2012

SANTA FE: Inseguridad: el 63 por ciento de los vecinos quiere penas más duras

La medición, realizada durante la última semana en la página web de Diario UNO, tuvo el voto de casi 700 lectores y expone el imaginario social del efecto disuasorio del Código Penal.


“La inseguridad no es una sensación”, suelen retrucar los santafesinos cuando se los consulta respecto de los hechos de violencia más extrema que se suceden en la ciudad y esa afirmación se vio reflejada en un sondeo que Diario UNO realizó esta semana entre sus lectores: 687 cibernautas participaron de la encuesta que arrojó como resultado principal que para los habitantes de la capital provincial, la respuesta al delito está en la Legislatura: el 65 por ciento de los votantes indicó que para terminar con la inseguridad hacen falta penas más duras.


Y es que la idea de que los castigos de privación de la libertad van a convencer a los delincuentes de no cometer delitos, está más que instalada en el imaginario popular, lejos de los análisis que realizan los criminólogos sobre los efectos que efectivamente provocan los cambios al Código Penal.


Gendarmes sí, policías no tanto 
Con este sondeo, también salió a flote que la población quiere mayor presencia de las fuerzas de seguridad en la calle: el 22,4 por ciento de los participantes marcó que para vencer el crimen sería de ayuda reforzar la seguridad con agentes de Gendarmería. Sin embargo, el descrédito a los agentes de la policía provincial quedó de manifiesto, al ubicarse en el penúltimo lugar –con 76 votos– la opción de que haya más policías en la calle.


Finalmente, la opción menos elegida fue la de instalar más cámaras de seguridad, que cerró con un total de 21 votos y dejar en claro que el registro de las imágenes utilizadas para un posterior reconocimiento no es suficiente sino que lo más importante es la prevención.


Lo primero es la condena
Sin embargo, esta semana Diario UNO publicó una entrevista con el abogado penalista Raúl Degrossi, quien explicó por qué los cambios en la legislación no provoca los efectos disuasorios que la población estima que producirán el endurecimiento de las consecuencias penales frente al delito.


“El problema fundamental en Argentina es que no se está logrando dictar condenas en plazos razonablemente breves. En este contexto, no tiene mucho sentido aumentar las penas, suponiendo que eso va a disuadir al delincuente de cometer delitos. No sirve de nada que un robo a mano armada en determinadas circunstancias puede llegar a tener hasta 20 años de prisión, si no se logra condenar ni a 10 de cada 100 que roban. El sistema que la provincia tiene es engorroso, abarrota los juzgados de causas y muchas terminan prescribiendo. Esto sin considerar que no todas las causas que denuncian los vecinos ante la policía son elevadas a la Justicia para intervenir”.


“Esto tiene que ver en primer lugar con las fallas en el aparato de Justicia y la forma de actuación de los organismos de seguridad, más que con las leyes. De hecho, el Código Penal se ha reformado más de 500 veces en los últimos 30 años”, resumió Degrossi.

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