jueves, 11 de octubre de 2012

Por qué no cierran las cuentas del Banco Central


Las cuentas del Gobierno a un año de las legislativas de 2013. Pura discrecionalidad.
Insólito. Marcó del Pont inauguró las Jornadas Monetarias del Banco con Boudou investigado por la Justicia. La promoción de planes  inmobiliarios.
Insólito. Marcó del Pont inauguró las Jornadas Monetarias del Banco con Boudou investigado por la Justicia. La promoción de planes inmobiliarios. 
Los datos inducen a imaginar un vaciamiento. Carlos Melconian advierte con otras palabras: “Lo están quebrando”. Habla del Banco Central. Cuando asumió Cristina Fernández en el 2007, el BCRA tenía acumuladas reservas por 45.566 millones de dólares. Después de apoderarse del Banco -que pasó a ser una Caja del Gobierno de “libre disponibilidad”- no solo tiene menos reservas (hoy fluctúan en torno a los 45.000 millones de dólares) sino que no las puede recuperar, pese a convalidar el cepo al dólar, el bloqueo de productos importados, frenar el giro de dividendos de las empresas y controlar los gastos de los argentinos que viajan al exterior. Solo para que el Gobierno monopolizara el tráfico de divisas.
La consigna que corearon hace un año Mercedes Marcó del Pont, Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray –aprovechando la falta de una conducción económica única y solvente- fue: “El dólar para el Estado; el peso para el consumo”. La frase simbolizaba una de las tilinguerías empleadas para justificar las medidas restrictivas instauradas a partir de octubre del 2011. Sin embargo no se cumple para todos. Hoy se conoció que el Gobierno del Chaco tuvo que pesificar sus deuda en dólares. ¿El motivo? el Banco Central no tiene billetes del país del norte para venderle.
A tono con el populismo que destilan los burócratas en boga. Fue la lápida del “modelo” asentado en el dólar alto, los superávits gemelos y el alto consumo. Néstor Kirchner, en cuatro años de mandato, cuadriplicó las reservas del Central. A Cristina, en otros cuatro, le ingresaron, como nunca, 110.000 millones de dólares, permitió la fuga de 80.000 millones, clavó las reservas en 45.000 millones y enajenó más del 50% de sus activos en aportes al Tesoro Nacional para encubrir el rojo fiscal.
En algún momento, los funcionarios deberían rendir cuentas de sus manejos discrecionales. Un estudio de la consultora Economía & Regiones registra que entre 2003 y 2011 el sector público nacional recaudó 220.346 millones de pesos y gastó por encima de sus propias proyecciones presupuestarias -y sin control parlamentario- 254.871 millones de pesos, el equivalente a 54.000 millones de dólares. O se podrían enumerar otras equivalencias: nueve años de asignaciones familiares, ocho años de retenciones a la soja, cuatro años de obra pública y tres años y medio de subsidios al transporte, la energía y a las empresas estatales.

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