Alumnos de la escuela Nº 478 Nicolás Avellaneda obtuvieron el primer lugar en un concurso por su desarrollo. Ahora competirán con dos escuelas, en Buenos Aires, por la máxima distinción.
Los estudiantes de la escuela técnica Nº 478 Nicolás Avellaneda obtuvieron el primer lugar en un concurso en el que debieron aplicar todos sus conocimientos sobre hidráulica y ahora competirán en Buenos Aires, junto a otras dos escuelas del país que fueron seleccionadas, por la máxima distinción. La propuesta de automatización de un biodigestor impactó al jurado que los clasificó para la instancia nacional y los premió con equipos de última tecnología para utilizar en la escuela.
Alejandro Gambini y Alejandro Losa, coordinados por su profesor Raúl García, diseñaron la manera en la que se podría automatizar un biodigestor para minimizar la interacción humana. Para ello utilizaron un PLC, que es una microcomputadora que puede controlar procesos físicos en líneas de producción continua.
“Se les ocurrió automatizar un biodigestor que es un dispositivo que se puede utilizar para tratar aguas servidas o para procesar materia fecal de cerdos en granjas”, marcó García en diálogo con Diario UNO. Y agregó: “Es una técnica relativamente nueva y muy interesante porque es una alternativa para el tratamiento de efluentes. Un biodigestor es un recipiente que recibe las aguas negras y las transforma en gas y en agua. Esa agua se puede clorar y usar en riego; y el gas se puede destinar a distintas cuestiones. En el altiplano se utiliza para hacer funcionar las cocinas, por ejemplo”.
Los adolescentes, que cursan el último año en la escuela técnica, trabajaron en un sistema de automatización que limita al mínimo la interacción del hombre y el mantenimiento del dispositivo.
Teoría y práctica
Los estudiantes trabajaron durante casi dos meses, fuera del horario escolar, para cubrir todos los aspectos que requería el proyecto que luego presentaron al concurso organizado por Siemens, una de las empresas líderes en materia de automatización y desarrollos tecnológicos.
Ahora deberán viajar a Buenos Aires para presentar y defender su trabajo frente a los directivos en Argentina de Siemens. Sólo clasificaron dos escuelas más en todo el país, una de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la otra de Bahía Blanca. Eso será el próximo 4 de octubre.
Quienes resulten ganadores de esa instancia se harán acreedores a un viaje a Brasil para conocer la planta de la empresa en San Pablo y otras fábricas importantes que tiene sus sedes en esa ciudad.
Sin embargo, para el docente García el principal logro tiene que ver con la preparación de estos futuros técnicos, ya que han logrado conocer de manera más acabada el mundo laboral al que se enfrentarán una vez que egresen.
“Los chicos entraron en contacto con la realidad. Salieron de la teoría y formación académica que implica el proceso educativo y se encontraron con la realidad. Tuvieron que hacer análisis de costo y factibilidad, por ejemplo. Pudieron ver que no todo es la parte técnica sino que hay muchos factores que entran en juego”, manifestó el docente e insistió en que el plus está en la posibilidad de ver cómo los contenidos se plasman en el día a día de una empresa.
Por otro lado, destacó que gracias a los buenos resultados obtenidos por los jóvenes la institución educativa recibió seis kit educativos, que incluyen los PLC. “Con eso se puede ver realmente lo que existe en las industrias. Ellos, sus compañeros y los estudiantes que vengan después van a poder ver mejor lo que es la práctica”, resaltó.
Los biodigestores
Entre los fundamentos del trabajo, desde la institución educativa señalaron que los centros urbanos generan una gran cantidad de desperdicios, residuos alimenticios, papel, cartón, madera y aguas residuales. La falta de recursos apropiados para su procesamiento genera la contaminación de suelos y cuencas.
“Con el objeto de plantear una solución propusimos automatizar un sistema de biodigestión anaeróbica por medio de un Control Lógico Programable (PLC), logrando minimizar su mantenimiento, maximizar el aprovechamiento de los subproductos generados (biogás y bioabono), disminuyendo la contaminación ambiental y aumentando la calidad de vida de las personas”, remarcaron en el documento. La utilización de biodigestores es una práctica que crece a medida que se incrementan sus resultados y disminuyen los costos.
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