Poco a poco se va afianzado con aplomo. Ya sea en el mundo del profesionalismo como en el de Central. Nery Domínguez cumple además a rajatabla con el manual de estilo del volante tapón.
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Poco a poco se va afianzado con aplomo. Ya sea en el mundo del profesionalismo como en el de Central. Nery Domínguez cumple además a rajatabla con el manual de estilo del volante tapón. Porque mete, raspa y distribuye limpia la pelota. Además tiene otra virtud, le pega bárbaro a la bocha desde afuera del área. Pero lo más destacado es que el juvenil está viviendo una dulce actualidad. Tras haber sido borrado del mapa por Juan Pizzi, Miguel Angel Russo lo rescató y lo mandó al campo de la acción. Y el pibe viene respondiendo con creces. “Soy consciente de todo lo que me estoy jugando. Siento que vivo un presente bárbaro, pero a su vez me encuentro muy tranquilo, con toda la confianza para seguir creciendo. Sinceramente todavía no caigo dónde estoy parado. Eso sí, sé que no me puedo dormir en los laurles”, le afirmó el jugador de Cañada de Gómez a Ovación.
—¿Esperabas vivir algo así o la chance te llegó antes de lo esperado?
—Con todo lo me pasó la temporada pasada (ver aparte) no tengo dudas de que se me dio todo muy rápido. No hay que olvidarse de que hace unas semanas estaba en la primera local. Sinceramente me sorprende todo porque no esperaba vivir algo tan lindo ahora.
—Cuando no te tenían en cuenta, ¿se te cruzó por la cabeza irte del club en junio pasado?
—Sí, se me cruzó. Pero gracias a Dios ahora me doy cuenta de que la pegué con quedarme. Sabía que el club, al no lograr el ascenso, iba a traer muchos volantes y eso no era bueno porque imaginaba que sería otro año en el no tendría chances de mostrarme. No pedía jugar, pero sí tener la posibilidad de pelear el puesto porque la temporada pasada no la tuve. Por suerte Russo se fijó en los chicos y me brindó toda su confianza de entrada. Y acá estoy, disfrutando de ser titular y sabiendo que no me puedo dormir porque tengo compañeros que también se matan en las prácticas para poder jugar.
—¿Cómo te sentís internamente?
—Además de muy contento, con mucha tranquilidad porque me siento respaldado. Tanto mis compañeros como el cuerpo técnico me brindan mucha confianza y eso hace que entre más seguro a una cancha.
—¿Qué significa jugar al lado de Méndez, quien es el único que tiene licencia para moverse con libertad?
—Estar más atento, ja. No, Jesús es fundamental. Me ordena en todo momento y a su lado además se aprende. Me siento muy cómodo jugando con él como con el crack de Pablito (Becker) o Diego (Lagos).
—¿Cómo te definirías?
—Como un volante central que no se guarda nada. Que tiene muchas ganas de jugar y de defender esta camiseta. Trato de quitar y de darle la pelota al pie a algún compañero. También colaboro con los defensores cuando es necesario.
—En pocas palabras sos el que hace el trabajo sucio.
—Y, sí. El cinco es eso. Hay que raspar, pero ojo que también me gusta jugar.
"Pizzi no me dio la chance y punto"
“Pizzi no me dio la posibilidad y punto. De mi parte siempre trabajé para jugar. Por eso ahora no me reprocho nada. Fui a la pretemporada, luego me mandó a la 4ª de AFA con todo lo que significa eso, y más tarde a la primera local. Y nunca bajé los brazos”, afirmó Nery cuando se lo consultó qué le había dejado el proceso de Pizzi.
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