miércoles, 11 de abril de 2012

SANTA FE: Hay temor en Santa Rita II tras la ocupación del plan habitacional

La usurpación de las 180 viviendas generó miedo en los vecinos. Dicen que por las noches se escuchan disparos. Varios están pensando en irse y otros aseguran que se vieron obligados a armarse. Piden presencia policial en los alrededores del barrio.

 

Instalados. a una semana de la toma, las viviendas de calle Chaco al 5000 fueron conectadas de manera irregular a la energía eléctrica y al agua. Eso indigna a los vecinos del barrio, quienes pagan por ambos servicios.

La usurpación de las 180 viviendas en Santa Rita II modificó la vida de los vecinos que habitan el barrio hace años. Están atemorizados. Cuentan que por las noches se escuchan disparos y se ven adolescentes merodeando las calles. También que no hay policías y que muchos optaron por armarse y otros están pensando en irse.

Calles desoladas, negocios que sólo atienden detrás de las rejas y vecinos colocando focos en los frentes de sus domicilios son las postales que hace una semana caracterizan al sector de la ciudad donde se produjo una toma de viviendas que no registraba antecedentes.

“Todos los barrios nucleados en la Prefectura del Gran Santa Rita -organización integrada por vecinos que trabajan para conseguir beneficios barriales- estamos afectados con la llegada de esta gente. Santa Rita II es el más damnificado porque las viviendas están acá, pero en realidad zonas como Villa Las Américas, Liceo Norte, El Bergel, Santa Rita I, UPCN, el viejo barrio bancario, Nueva Esperanza y el barrio policial están con miedo”, dijo Miguel Peña, el principal referente de la agrupación. Y agregó: “Acá hay gente que por las noches ya no duerme y está en un estado de nervios muy grande. Los chicos ya no juegan en las veredas”.

Desprotegidos

Claudia Gallo, otra vecina de Santa Rita II, está convencida de que dentro de la gente que usurpó las 180 viviendas hay un grupo que trabaja del delito. “Estamos seguros de eso. Desde que se tomaron las casas, se escuchan disparos todo el tiempo y vemos que merodean la zona con tranquilidad porque no hay efectivos policiales. Nos están estudiando”, manifestó la mujer.

a sus dichos, Laura Magallanes añadió lo que le ocurrió hace unos días. “Me desperté a las 3 de la mañana. Escuchaba voces, y me acerqué a la ventana. Oí cómo un grupito de adolescentes conversaba sobre un auto que estaba en la vereda y que no debían tocar porque tenía alarma”.

Todos los vecinos que conversaron con El Litoral coincidieron en que por el momento no hubo robos ni asaltos porque “son el centro de atención por estos días y deben cuidarse”. “Pero a medida que pasen los días y el tema empiece a evaporarse, van a actuar como están acostumbrados”, dijeron con preocupación.

Adriana Ferreira, por su parte, también sostiene que entre los nuevos vecinos del barrio hay gente a la que hay que temer. Observó cómo se produjo la toma, y en esa acción a un hombre portando una escopeta.

Por último, los vecinos reclamaron presencia policial para el barrio. Es que “sólo tuvimos policías cuando se prendieron las cámaras de televisión, es decir cuando Vivienda intimó y censó a las familias y cuando hicieron el abrazo al plan”. “Cuando fue la toma, los policías sólo vinieron a observar. Yo llamé al 911 a las 14.10, y recién a las 15.15 llegó un patrullero”, finalizó Adriana Ferreira.

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