La dirección de Obras
Particulares del municipio clausuró ayer la obra en construcción de
Riobamba y Necochea, desde donde cedió una pared causando graves daños a
una casa vecina. Si bien la edificación estaba autorizada, los
inspectores municipales encontraron falencias en los elementos de
defensa y seguridad.
La dirección de Obras
Particulares del municipio clausuró ayer la obra en construcción de
Riobamba y Necochea, desde donde cedió una pared causando graves daños a
una casa vecina. Si bien la edificación estaba autorizada, los
inspectores municipales encontraron falencias en los elementos de
defensa y seguridad. Para los dueños de la vivienda afectada, el
accidente fue el epílogo de una larga lista de problemas que comenzaron
desde que arrancó la obra.
El accidente fue el lunes, poco antes
de las tres de la tarde. Según el parte de los inspectores municipales,
desde la construcción de Riobamba 88 cedió un muro recién terminado, de
unos 10 metros por dos, que sirve para el cierre de la terraza.
Aparentemente, el parapeto no resistió el embate del viento y se vino
abajo desde unos 19 metros, desplomándose sobre la casa lindera y
destrozando los tanques de agua, un quincho con parrillero, un baño y el
lavadero.
Técnicos de la Dirección de Obras
Particulares del municipio inspeccionaron ayer la edificación de siete
pisos que levanta el fideicomiso Trinidad en pleno barrio República de
la Sexta.
"La obra cuenta con habilitación y
tiene todos sus papeles en orden. Sin embargo encontramos algunas
falencias en cuestiones de seguridad, como la falta de bandejas o
cerramientos en algunos lugares que si hubieran existido podrían haber
amortiguado los efectos de la caída", explicó Carlos Ion, ingeniero de
la repartición municipal.
En consecuencia, "se decidió la clausura de la obra hasta tanto se solucionen estas anomalías", indicó el funcionario.
Un final anunciado.
Agustín Azziani y su esposa viven desde hace años en la casa de Riobamba
92, lindera a la construcción. El lunes por la tarde estaban en el
living cuando escucharon "un estruendo enorme". Pasada la sorpresa,
cuando quisieron asomarse al patio a ver qué había pasado se encontraron
con que no podían abrir la puerta. "Había una montaña de escombros,
ladrillos y mezcla caídos que nos tapaban la salida. Afortunadamente los
dos estábamos adentro cuando se cayó la pared, porque podría haber sido
una tragedia", contó antes de repasar los daños sufridos en su
vivienda.
"Nos quedamos sin agua, porque se
rompió el tanque. El parrillero, el termotanque, el lavadero, un baño y
parte de la escalera, todo está roto y bajo los escombros", enumeró.
Azziani advirtió que no era la primera vez que la marcha de la obra en construcción afectaba su vivienda.
"Cuando empezaron a hacer el pozo
aparecieron rajaduras en el frente y cuando fueron subiendo al primer
piso también se abrieron grietas en el living y el comedor. Cada vez que
me iba a quejar me decían que me comunique con la aseguradora de la
obra. Tanto renegué que un amigo me decía en broma que esperara para
hacer los trámites porque antes de que terminen de construir me iban a
tirar abajo la casa", recordó ayer el hombre.
Un chiste desafortunado, que finalmente se cumplió.
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