En la capital provincial hay alrededor de 20 cruces a nivel, de los cuales cinco cuentan con el sistema de seguridad tradicional. En los demás, empleados ferroviarios cumplen ese rol.
Una de las preguntas a las que no escapa ningún conductor principiante a la hora de rendir su examen para sacar la licencia de conducir se refiere a la cruz de San Andrés (que indica la presencia de un paso a nivel). La única respuesta posible es Pare, Mire, Escuche. La teoría no hace acepciones en este sentido. Exista o no barrera, bocina de tren o banderillero, la consigna es estricta: hay que parar, mirar y escuchar. Esta semana, el accidente ferroviario en Flores, Buenos Aires, que dejó 11 muertos y 228 heridos, renovó la polémica acerca de las medidas de seguridad obligatorias en cercanías de las vías del ferrocarril. En todos los casos, la responsabilidad de que haya barreras o banderilleros, por ejemplo, corresponde a la empresa concesionaria del servicio. En el caso de la ciudad de Santa Fe, serían Belgrano Cargas y Ferrocarril Mitre. En la capital provincial, existen en la actualidad alrededor de nueve pasos a nivel en sentido norte-sur; y una cantidad similar de este a oeste. A éstos se sumó la apertura de diez calles. Entre ellas, Gobernador Freyre y Pedro Ferré; 9 de Julio y Milenio de Polonia; Quintana y Pasaje Cullen; J. M. Zuviría y Aristóbulo del Valle; Francia y L. Torrent; Huergo y República de Siria; Iturraspe entre P. Víttori y República de Siria; Juan del Campillo entre Facundo Zuviría y 4 de Enero; San Jerónimo y J. M. Zuviría; y en el sector norte de la Plaza Escalante. En diálogo con Diario UNO, Andrés Andreis, un histórico referente del Museo Ferroviario en Santa Fe, se refirió al accidente ocurrido en Buenos Aires y alertó: “Lo que pasó allá, también puede ocurrir en el interior del país. Hoy no ocurre porque no hay tantos trenes como en Buenos Aires”. En este sentido, el ex ferroviario explicó que “en las zonas de ruta en las que circula el Belgrano Cargas están todas las señales, hay seguridad”, pero resaltó que “dentro de la ciudad nada es seguro, son uno o dos trenes por día, pero si se acrecientan a futuro va a ser muy inseguro y puede haber un congestionamiento de tránsito muy grande”. Más allá de la preocupación a futuro, Andreis destacó que hay propuestas al respecto e insistió: “Hay que preverlo en un plan ferrourbanístico, que hace más de 30 años que se analiza. Hay que tomar medidas anticipadas, no sólo en Buenos Aires, donde ahora lo retoman a través del soterramiento; sino que en todas las ciudades habrá que ponerse a la altura de países avanzados”. “La idea es que el tren conviva con la ciudad, pero donde se junta el ferrocarril con el tránsito automotor hay que hacer soterramiento o puente. No es preciso sacar el tren de la ciudad, sino hacer algo bien como en otros países”, expresó. En relación al choque fatal ocurrido en Buenos Aires esta semana, Andreis consideró: “Mi opinión es que hay que tener responsabilidad en todos los sectores involucrados. El que conduce el colectivo es responsable a medias, porque la empresa tenía también que hacer un seguimiento cotidiano de cómo obran las barreras, las señales lumínicas y las señales de alarma. Si la rotura de la barrera ocurrió a las 4 o 5 de la mañana, debería haberse tenido en cuenta. Si se hubiese reparado en ese rato hoy no estaríamos lamentando tantas víctimas”. Hoy por hoy en la mayoría de los pasos a nivel de la capital provincial se puede observar a los banderilleros anunciando la llegada del tren instantes antes de que se acerque al lugar. Pero esto depende muchas veces del horario en que llegue el ferrocarril –que suele variar de acuerdo a las cargas que lleven los vagones, el lugar de procedencia y los inconvenientes que se puedan generar en el camino. En la ciudad de Santa Fe pasan servicios de trenes de cargas del norte y que en general, transportan cereales y a veces minerales. Antes, los problemas se eliminaban con las barreras en cada cruce, pero desde 1992, comenzaron a quitarlas de las calles y, para superar ese inconveniente, crearon el cargo de banderillero. Esos trabajadores que también ejercen otras funciones tienen a su cargo la seguridad del paso de los trenes. Lo hacen mediante el uso de banderillas, faroles, linternas. En muchos pasos a nivel –no en todos– se los puede ver descender de una camioneta avisando el paso del tren unos segundos antes de su llegada al lugar. Otra de las alternativas, más irritante para los vecinos, que tiene el maquinista es hacer sonar el silbato –en una forma insistente– unos 500 metros antes de pasar por el cruce. Reactivación Meses atrás, el silbato de una máquina del Belgrano Cargas marcó un ingreso triunfal a la zona portuaria santafesina, después de años de no funcionar en ese ámbito. En forma periódica, el tren trae su carga desde Chaco al puerto capitalino, marcando el proceso de reactivación en el que se encuentra. Por otra parte, el municipio está a la espera de las autorizaciones correspondientes para que el tren urbano pueda funcionar con normalidad en toda la ciudad, más allá de los paseos en el sector portuario.
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