martes, 25 de septiembre de 2018

Como Empezar de Cero [o no]

¡Voy a empezar de cero!

Voy a borrar todo y empezar a escribir una nueva historia.
Cada vez que escucho una exclamación de esa naturaleza, no puedo evitar preguntarme cómo pretenden empezar de cero cuando cargamos marcas imborrables de nuestra historia. No es posible borrar, arrancarlo todo y decir así sin más: empezar de cero.
Empezar de cero es albergar la esperanza de que todo lo malo quede atrás como si nunca hubiese sucedido, pero sucedió y en lugar de querer borrarlo tenemos que abrazarlo, asumirlo y soltarlo.
Querer empezar de cero es mentirte, es negarte la posibilidad de aprender y crecer. Imagínate que dedicas mucho tiempo a barrer tu casa, con la mejor escoba y con el mayor de los cuidados, barres, barres y barres… el piso queda absolutamente limpio, tomas una pala y sacas esa basura del piso, la dejas donde corresponde. Sabes perfectamente que ese piso puede volver a ensuciarse, por eso vas a tomar las precauciones necesarias para que no suceda. Aprendiste una lección, sino mantenes el piso limpio y cuidado en poco tiempo se convierte en un caos de polvo y mugre, incluso se estropea y ya no se va a ver como antes. Si guardas toda esa mugre debajo de la alfombra, por ejemplo, de a poco se va a ir contaminando nuevamente.

Con nuestra vida pasa igual. Cuando nos descuidamos nos llenamos de basura, vamos acumulando pensamientos tóxicos, y si no la tiramos, se queda allí, latente, nos envenena.
Empezar de cero es guardar la basura bajo la alfombra.
Es crear la ilusión de que podemos sacar todo lo malo haciendo como que no existe, pero sí existe. Empezar de cero es renunciar al aprendizaje maravilloso que nos regalan.
Tus cicatrices son mapas que te llevan cada tanto al pasado, para observar lo que fuiste y sepas lo que querés ser. Hay que dejar de temerles, hay que empezar a quererlas. Son una biblioteca donde guardas todo el conocimiento que fuiste ganando con la experiencia, no las desperdicies.
En lugar de querer empezar de cero, de tomar ese impulso fantástico que te motiva a arrancar todo lo que llevas puesto y estallar en un grito fuerte de desahogo, pensá. Tan solo detenete a pensar, ¿qué es lo que quiero cambiar? ¿qué es lo que quiero dejar? Y cuando lo tengas claro hacelo.

Aprende qué es lo que te sirve y lo que no, qué necesitas guardar y qué tirar, y una vez que tengas bien claro lo que no querés llevar al futuro, dejalo en el lugar del pasado al que pertenece, pero no pretendas borrarlo, olvidarlo como si nada. Supéralo, sanalo, aceptalo y así vas a poder empezar a caminar sin esa mochila cargada de miseria.
No trates de olvidar quién fuiste, porque cuando olvidamos nuestro pasado tendemos a repetirlo.
Mas, cuando aprendemos de él, no caemos en los mismos errores.
Adueñate de tu vida a tal punto de que tu pasado no te condene, no te de miedo, y sepas que ya nunca vas a vagar por las calles oscuras de la mediocridad, porque encendes tu luz a pesar de todo, porque aprendiste, porque creciste, porque sos fuerte.
Regalate un minuto para apreciar tus cicatrices, ¿no son bonitas? No quieras empezar de cero, cambia tu vida completamente sin arrepentimientos, porque todo lo que hiciste te trajo hasta acá. Y eso, querido/a lector/a, es muchísimo.
No quieras empezar de cero, no trates de olvidar, date la oportunidad de estudiar tu pasado como si de un libro se tratara; el libro más importante del mundo: el que cuenta tu historia.
Sos la historia que escribís, elegí muy bien qué palabras vas a usar, así cuando lo abras por última vez podés enorgullecerte de lo que lees. Y quienes te sigan puedan recordar tu historia como un ejemplo, como una de las más grandes.
Escribí la mejor versión de vos.
>>No olvides dejar tu comentario. Nos vemos en la cima!

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