El equipo sabalero jugará el último partido del torneo en condición de local. Será la chance para regalarle una alegría a su gente en un semestre complicado en lo futbolístico e institucional.
Pero, además, le tocó perder los dos Clásicos y eso sin dudas que es el principal argumento como para calificar de pobre la campaña que viene realizando. Enfrente tendrá a San Lorenzo que llega puntero de la zona 1 junto a Godoy Cruz y que no depende de si mismo, ya que si el Tomba gana los dos partidos que faltan no tendrá chances de quedarse con el grupo.
Pero está claro que viene a Santa Fe a jugar una verdadera final y con todo el potencial que tiene. Atraviesa el mejor momento desde que se hizo cargo Pablo Guede, al punto tal que cosecha seis victorias al hilo. El presente futbolístico de ambos equipos es absolutamente disímil, por ello a la hora de hablar de favoritismos está claro que el Ciclón es banca y el Sabalero punto.
Aunque en el fútbol los pronósticos muchas veces no se concretan y precisamente a eso se aferrará el equipo que conduce Ricardo Johansen para aferrarse a lograr un buen resultado. Colón apenas cosechó dos triunfos en los últimos 11 encuentros, uno ante River y el restante frente a Olimpo. Pero además el plantel fue perdiendo jerarquía fundamentalmente a partir de la salida de su goleador y figura como lo fue Alan Ruiz.
El equipo nunca pudo reemplazar al ex-San Lorenzo, ya sea en cuanto al desequilibrio individual como así también en el poder de fuego frente al arco rival. No fue solución Pablo Vegetti y es por eso que ingresó en el equipo Nicolás Leguizamón demostrando condiciones, pero claro está no se trata de un salvador y en consecuencia hay que ir llevándolo de a poco.
Encima, cuando Víctor Figueroa había levantado su nivel se desgarró y quedó descartado para el resto del campeonato. Así las cosas, el cuerpo técnico debe echar mano a lo que tiene y no son muchas precisamente las alternativas con las que cuenta para intentar revertir la historia en esta parte final.
Para este partido, Johansen dispondrá dos cambios aunque serán de mitad de cancha hacia atrás. El primero de ellos será el ingreso de Raúl Iberbia quien jugó su último partido ante Unión y después quedó al margen por una lesión muscular, en lugar de Luis Castillo de muy bajo rendimiento cada vez que le tocó jugar. De esta manera, Clemente Rodríguez pasará a jugar como lateral derecho. Y la segunda variante será el retorno de Adrián Bastía luego de cumplir con la fecha de suspensión, en reemplazo de Franco Leys.
Respecto a cómo se puede dar el partido, es obvio que San Lorenzo saldrá desde el minuto inicial a jugar en campo de Colón ya que no le sirve otro resultado que no sea ganar y es por eso que tal vez el Sabalero pueda aprovechar esa contingencia para abroquelarse en campo propio tapando los circuitos de juego y tratando de apostar a la contra por los extremos.
Es obvio que no será para nada sencillo controlar a un equipo que posee muchos recursos ofensivos y que por las bandas desequilibra sobre todo mediante la velocidad de Ezequiel Ceruti. En estos 90’ Colón deberá dar el máximo posible ya que si repite la actitud que mostró en los últimos cotejos la pasará muy mal ante un adversario calificado que levantó y mucho su nivel en referencia al arranque de este certamen.
Recordemos que en su momento se cuestionó la continuidad de Guede al frente del equipo dado que fue eliminado en la primera ronda de la Copa Libertadores, pero justamente esa incidencia le permitió enfocar todos los cañones a la competencia doméstica para pelear hasta el final
Colón no podrá caer en los errores defensivos que evidenció a lo largo del torneo, porque el conjunto azulgrana se lo hará sentir. Este equipo deshilachado y que se fue desintegrando con el correr de las fechas tiene ante sí la oportunidad de despedirse de su gente con una actuación acorde al apoyo que recibió durante todo el campeonato. El hincha que soportó estoicamente estos meses se merece una alegría para de algún modo llevarse una alegría luego de un semestre muy complicado en donde las amargura y la tristeza le dganó por goleada a la felicidad.
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