Foto: Gentileza lectores
El Litoral
Danilo Chiapello
Un dramático episodio se vivió anoche en las calles del centro cuando varias personas atraparon a un malviviente, el que terminaba de asaltar a una joven.
Pero el caso no terminó allí, porque cuando la gente advirtió que el ladrón en pocas horas estaría de nuevo en libertad, la indignación se apoderó del lugar.
La involuntaria protagonista de este hecho es una joven, de 25 años, oriunda del interior de la provincia, quien por motivos de estudio y trabajo, reside en nuestra ciudad.
Cerca de las 22 la mujer salió de su domicilio para ir hasta un kiosco ubicado en 9 de Julio e Hipólito Irigoyen. Sin embargo como no había lo que estaba buscando, le dijeron que vaya hasta otro kiosco, en la esquina de 1° de Mayo e Irigoyen Freyre.
“Yo iba caminando por Irigoyen Freyre mientras hablaba con el celular con mi madre. Recuerdo que en ese momento no había casi nadie en la calle. No obstante me di cuenta que detrás mío, por la misma vereda, venía caminando un muchacho el que estaba con ropa deportiva”, dijo hoy la joven en diálogo con este diario.
“De repente comencé a sentir que alguien corría. Cuando me di cuenta ya lo tenía al tipo encima. En el acto comencé a gritar..., a pedir auxilio. Pero el muchacho me agarra la mano donde tenía el celular. Me lo quería arrancar, entonces forcejeamos. Me arrastró unos metros hasta que me hizo caer y me lo sacó. Una vez que se hizo del teléfono salió corriendo. Yo me levanté lo empecé a correr. Mientras, le seguía gritando. En eso veo que aparecen un muchacho y otra chica, los que se sumaron a la persecución. Cuando llegó a la esquina el delincuente se tropezó con una moto. Eso lo aprovechó el muchacho que lo venía corriendo y lo alcanzó. Comenzaron a pelear y se van al medio de la calle. Se empezó a juntar mucha gente y algunas personas ayudaron para atraparlo. Finalmente lo redujeron y lo pusieron boca abajo en la calle, mientras llamaban a la policía”.
Extraño argumento
"En esta parte muchos comenzaron a darle golpes de puño y patadas por lo que había hecho. Encima el tipo decía que roba porque tenía hijos que mantener. Ahí la gente se puso peor. Nosotros también tenemos hijos y no salimos a robar", le decían.
"Yo le pedía que me devuelva el teléfono, porque quería comunicarme con mi mamá que había escuchado todo el momento del asalto. Pero el ladrón me contestó que no lo tenía, que lo había tirado. Entonces apareció otro chico que me prestó su celular y por fin logré llamarla", contó.
Lo que queda
“Finamente llegó la policía y se lo llevaron detenido”, prosiguió. “Los agentes lo requisaron y le encontraron mi teléfono. Es decir que el tipo mintió hasta último momento. No le importó nada, ni los golpes ni nada. Quiero agradecer porque la gente se portó maravillosamente bien, aunque todos estábamos muy alterados. La sensación que te queda es horrible. Alguien dijo que todo esto no sirve de nada, porque ahora el fiscal lo va a poner en libertad en cuestión de horas. Es necesario cambiar las leyes urgente”, sentenció.
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