Con un contundente acompañamiento institucional, político y social, los productores buscan resistir las órdenes judiciales. Son tierras que pertenecieron al fundador del pueblo, y que ahora una fundación quiere usufructuar. La asamblea, que se iba a hacer en la plaza, se trasladó al teatro por el clima. Pero no faltó nadie.
La Capital |
Con un fuerte acompañamiento político, institucional y social los colonos que trabajan los campos que pertenecieron al fundador de la localidad renovaron la convicción de resistir los desalojos judiciales que comenzaron a llegar, como sucedió hace una década cuando la fundación que administra las tierras ensayó la misma ofensiva, aunque sin éxito gracias a las movilizaciones populares que lo impidieron.
La firme decisión de sumarse a la "lucha" tanto en defensa de las más de veinte familias aparceras que corren riesgo de quedar en la calle como del interés público de la comunidad quedó visibilizada en el marco de una multitudinaria asamblea que había sido convocada en la plaza pública pero, por razones climáticas, tuvo como escenario el cine San Martín.
Allí, autoridades locales, dirigentes de Federación Agraria Argentina (FAA) y de distintos sectores, legisladores provinciales y nacionales, chacareros afectados, representantes de entidades locales y vecinos bigadenses y de localidades de la zona hicieron causa común para frenar lo que consideran una suerte de "atropello".
Y ese contexto de mantenerse "unidos por una causa justa", se fortaleció aún más al tomarse como fuente de inspiración que Bigand fue una de las localidades donde se gestó el Grito de Alcorta, la recordada rebelión agraria que sacudió en 1912 al sur santafesino y derivó en la creación de la FAA.
Compromiso. "Tenemos el compromiso de defender esta historia y vamos a estar peleando hasta frenar los desalojos y lograr que se renueven los contratos (de aparcería) sin modificaciones, como siempre se hizo", advirtió el presidente de la entidad ruralista, Omar Príncipe.
Asimismo, dijo que "esta lucha por los 25 colonos (que padecen el problema en cuestión) además debe convertirse en un ejemplo a nivel nacional del modelo agropecuario que defendemos", y destacó la "función social de la tierra".
Y en ese contexto manifestó su respaldo al proyecto de expropiación de los campos de Bigand impulsado por la comuna para garantizar que sigan siendo trabajados por los colonos bajo el régimen de aparcería, como hace cien años y cuya iniciativa ya fue presentada en la Legislatura provincial de la mano del senador por Caseros, Eduardo Rosconi, quien participó de la asamblea al igual que el diputado nacional Omar Barchetta, quien impulsó sendas iniciativas con la adhesión de FAA.
Se trata de dos proyectos de resolución de los cuales uno repudia el accionar de la fundación y el otro apunta a que el Ejecutivo Nacional arbitre los medios a fin de que se investigue si la misma incumple los objetivos para la que fue creada.
Contra la fundación. Durante la asamblea hubo fuertes cuestionamientos contra los miembros que conducen la Fundación Honorio Bigand, la cual fue creada tras el legado que dejó al fallecer a su albacea testamentario la última heredera del fundador del pueblo, María Mercedes Octavia Bigand.
Es que bien ello fue respetado, aseguran que no ocurrió lo mismo con el resto de los mandatos surgidos de la voluntad de la mujer, fundamentalmente destinar el producido de las tierras a ayudar a instituciones locales, especialmente la Iglesia, la escuela primaria, el Samco y el geriátrico, y otras obras de beneficencia sin afectar la situación de los "colonos" allí establecidos.
"En los últimos diez años la fundación recibió más de 80 millones de pesos provenientes de los campos que administra y sólo aportó al pueblo un 5 por ciento, lo que resulta una migaja vergonzosa", coincidieron en señalar los asambleístas. No más virulentas fueron las críticas sobre "el manoseo que intentan hacer con los colonos, violentando así la buena relación que siempre tuvieron con la familia Bigand, que nunca se negó a renovar los contratos y además, como consta en el propio testamento, se hace referencia que en caso de venta ellos tienen prioridad de compra, lo que tampoco respetan estos tipos que quieren quedarse con todo y, como ya lo hicieron hace unos años con más de mil de las 3.500 hectáreas, vender para hacer negocios sin reparar en las consecuencias para el pueblo".
Compromiso. El jefe comunal, Patricio Erceg, resaltó la buena convocatoria e insto a la comunidad a "seguir juntos en esta pelea que tiene por finalidad proteger los intereses de nuestro pueblo". Y en ese sentido valoró el respaldo de FAA así como "el compromiso asumido por los gobiernos provincial y nacional para resolver esta situación".
Los asambleístas resolvieron seguir movilizados y repudiaron la decisión judicial de enviar las primeras cédulas de desalojos destinadas a tres familias de colonos en cuyos campos además fueron colocados candados para no ser trabajados, lo que intenta ser revertido a través de acciones judiciales y la propia movida social que además busca impedir que el resto de los aparceros corra la misma suerte cuando venzan a fin de año sus contratos.
"Lo único que queremos es trabajar, que no haya ningún desalojo y se renueven los contratos a todas las familias", dijo en representación de los colonos, Gerardo Lorenzetti, tercera generación de agricultores.
Previo a su alocución, el titular de la delegación local de FAA, Gustavo Tettamanti, arengó a la comunidad a ser "solidaria" y, de ser necesario, "cortar los candados de las tranqueras" como un símbolo de lucha para ponerle frenos al "avasallamiento" de la fundación y posibilitar que los colonos puedan trabajar.
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