“Su vida sigue en peligro inminente. Estimamos que no hay salida a esta crisis”, sentenció el director del hospital.
Hace ocho años el premier israelí había sufrido una grave hemorragia cerebral como consecuencia de un infarto celebral que había tenido apenas dos semanas antes. Pese a los esfuerzos de los médicos, cayó en un coma profundo.
El estado médico de Sharon se mantuvo inalterable hasta que el miércoles pasado fue operado y sus riñones comenzaron a fallar.
En 2006 cuando sufrió la hemorragia cerebral, Sharon superaba los cinco años como primer ministro de Israel y lo hacía con una alta popularidad, pese a que todo su mandato estuvo marcado por la peor ola de violencia y represión de las últimas décadas en el conflicto con los palestinos.
En medio de un nuevo intento por abrir un diálogo de paz entre el gobierno de Benjamin Netanyahu y su par Mahmud Abbas, la figura de Sharon sigue dividiendo a israelíes y palestinos, y reabriendo viejas heridas.
Télam
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