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lunes, 22 de abril de 2013

“El bólido puede haber tenido el tamaño de un bolso de mano”


Así lo indicó el Prof. Jorge Coghlan, del Code de Santa Fe. "En la madrugada del domingo, después de las tres de la mañana, ingresó materia interplanetaria en nuestra atmósfera. Es lo que comúnmente conocemos como meteoro, pero en este caso se trató de un objeto de mayor tamaño y, por las circunstancias en las cuales se produjo, es lo que se transforma y se conoce como bólido", indicó.

“El bólido puede haber tenido el tamaño de un bolso de mano”

En la madrugada del domingo, después de las tres de la mañana, ingresó materia interplanetaria en nuestra atmósfera. Es lo que comúnmente conocemos como meteoro, pero en este caso se trató de un objeto de mayor tamaño y, por las circunstancias en las cuales se produjo, es lo que se transforma y se conoce como bólido. Son partículas pequeñas que entran en la atmósfera y se queman. Son esas pequeñas luminarias que uno ve cualquier noche y dice que “cayó una estrella”.

El bólido es más grande, cuando ingresa a la atmósfera, se desintegra en la altura y termina en un estallido muy luminoso que, en este caso por haber sido de un tamaño muy importante iluminó mucho más el cielo. Algunos fragmentos pueden haber caído al suelo, pero es muy difícil encontrarlos si no se oyó o vio la caída en ese momento.

Abarcó una zona muy extensa, la desintegración se produjo a una altura de más de 60 kilómetros. El objeto ingresó en la atmósfera a 130 mil kilómetros por hora, por lo cual, por triangulación fue observado desde distintas partes del país incluso con cientos de kilómetros de distancia entre los observadores.

Por nuestra experiencia, el bólido podría haber tenido el tamaño de un bolso de mano, un objeto de entre 20 y 30 centímetros de diámetro, según los colores producidos en la desintegración. Era un objeto compuesto de roca y metales y, entre esos metales, por la coloración verdosa, probablemente haya tenido sodio o magnesio.

Estos casos son eventos de gran altura que nunca llegan al suelo, por lo cual no generan un riesgo para la población. A lo sumo pueden llegar pequeños fragmentos.

Es algo que pasa todos los días, pero en este caso se trató de un objeto más grande de lo normal, y fue bastante espectacular por la hora en que sucedió y se pudo ver en varias provincias.

Lluvias de meteoros
No todas las noches del año son igual de intensas en cuanto a meteoros. Las fechas más notables tienen lugar aproximadamente el 12 de agosto (Perseidas) y el 13 de diciembre las Gemínidas. Cada cierto número de años se repiten lluvias excepcionales en tasa de meteoros visibles por hora, como las Leónidas de 1966 y 1999.

Cuando se trata de lluvias de meteoros, las trayectorias de las diferentes estrellas fugaces parecen provenir de un mismo lugar de la esfera celeste, punto al que se da el nombre de radiante.

Es un efecto de perspectiva, pues todos van paralelos, pero igual que las vías del tren, parecen converger hacia el infinito. El radiante tiene relación directa con la órbita de los meteoroides que originan la lluvia de meteoros.

Las lluvias de meteoros más importantes llevan el nombre de las constelaciones en que se encuentra el radiante, al que se añade la letra griega de la estrella más próxima. Así, por ejemplo, tenemos las Líridas, las Perseidas, las Leónidas, las gamma Acuáridas.

Un meteoroide que no se consume en su paso por la atmósfera (fase en la que es visible como meteoro) llega a estrellarse en la superficie terrestre, dada su energía, puede producir un cráter de impacto.

El material fundido terrestre que se esparce de tal cráter puede enfriarse y solidificarse en un objeto conocido como tectita. Los fragmentos del cuerpo extraterrestre se denominan meteoritos.

Las partículas de polvo de meteoro dejadas por meteoroides en caída pueden persistir en la atmósfera hasta algunos meses.

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