lunes, 28 de enero de 2013

ROSARIO: El desafío gigante de un adolescente que nunca se achicó ante la adversidad


José llegó al hogar Don Orione a los tres meses. "Quiero estudiar periodismo deportivo, me gusta el deporte por la pasión que despierta", completa el joven desde su silla de ruedas comandada.
La Capital | 

El desafío gigante de un adolescente que nunca se achicó ante la adversidad
"José Mansilla, 18 años, egresado y una frase: todo es posible". Palabras claras, cálidas, sonrisas y una mirada serena que abre el diálogo. "Quiero estudiar periodismo deportivo, me gusta el deporte por la pasión que despierta", completa el joven desde su silla de ruedas comandada, a la que desde siempre lo liga una artrogriposis múltiple congénita. Por la ventana entra el rumor de árboles y pájaros; en el Pequeño Cottolengo Don Orione de General Lagos, sobra el verde, como esperanza a porfía. La misma que tiene José, fanático de River, lector de filosofía y de suspenso, que escucha a Catupecu Machu, le presta atención a las letras de la cumbia villera y que los fines de semana disfruta de reuniones y asaditos con los amigos que pasan a buscarlo por la institución en la que vive desde los tres meses. Ahora, para poder estudiar necesita ayuda para cubrir el costo del traslado especial a Rosario, de lunes a jueves de 9 a 13, y de un asistente que lo acompañe durante las horas de clases.
La enfermedad con la que nació en una zona rural de Santiago del Estero, le entrampó para siempre su cuerpo pero no su inteligencia y mucho menos su alma que se codea con los desafíos como pez en el agua. Lleva seis operaciones sin chistar y siempre conciente de su dolencia. Se graduó el año pasado en el secundario de General Lagos con notas excelentes por eso sus amigos, y quienes comparten su hogar en Don Orione, sienten que la vida está en deuda con José y buscan ayuda para que pueda estudiar la tecnicatura en periodismo deportivo que tanto anhela. Condiciones le sobran.
"En las horas de gimnasia de la escuela yo era árbitro", relata José que tampoco se priva de jugar a la pelota impulsando la silla. El rodado es una extensión de sus miembros que están reducidos e inmovilizados por la enfermedad congénita y rebelde pero que jamás lo doblegó, ni siquiera cuando se presentó el primer día al jardín de infantes del pueblo y detuvo en la puerta con el corazón a mil. "Vení amiguito, vení", cuenta que entonces le dijo Lautaro. Aquella pequeña mano extendida fue la primera señal inclusiva fuera del hogar Orione, donde llamaba mamá a la hermana Brígida que lo crió junto con Amelia, una residente sordomuda, especie de alter ego de José y también viceversa.
"José es parte de nuestra familia no pensamos un acontecimiento sin que esté presente", explica Raúl que vive en Alvear y al que el director del Cottolengo, Jorge Alarcón, define como "un colaborador de fierro".
Los lazos. José llegó a Don Orione desde Santiago del Estero, con una severa limitación física que su mamá de 15 años no podía resolver. Allí lo vieron crecer y lo cuidaron en los hospitales Provincial, Vilela y Garrahan durante sus operaciones complejas. "Jamás lo vimos deprimido", explica Raúl, que lo lleva a la cancha, al cine y que le regaló la playstation 3 que opera en forma magistral con el mentón. "Tiene una inteligencia y memoria que llaman la atención y mucha información sobre todos los deportes".
Para Marta Lajara, trabajadora social de Don Orione, José supera las dificultades con proyectos. "Sería muy importante que pudiera concretar el de estudiar periodismo deportivo", aseguró y dijo que si se reúne la ayuda necesaria, será "un ejemplo de inclusión". En su opinión, estudiar le permitirá potenciar su desarrollo personal, ejercer su autodeterminación y hasta insertarse laboralmente.
"José se merece la oportunidad de estudiar", enfatizó Susana Sanabria, encargada del lugar donde vive el joven junto a otros 21 residentes varones, con distinto grado de discapacidad.
Referentes. José relata y valora. Cuenta que se ve tan pasional como el Tano Pasman cuando River se fue a la B, con ganas de ser relator como el Pollo Vignolo, de trabajar de periodista en la Televisión Pública y que tiene referentes como Gonzalo y Diego Bonadeo. También evoca las notas que su profesora de Lengua envió a los ministerios para conseguir una notebook. Alicia Kirchner les respondió y en la Universidad Tecnológica de Rosario adaptaron un software a su voz. Siente que todos lo ayudan a crecer por encima de su postración y proyecta.
"Me preparo para mi sueño de ser periodista con todas las pilas, quisiera arrancar ya", dice con énfasis. Y su firmeza empuja la esperanza de encontrar los fondos necesarios para concretarlo. Ya se siente estudiante, nunca se achicó ante nada y tiene la certeza de que el futuro no le será esquivo.

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