miércoles, 26 de diciembre de 2012

Rafaela, en emergencia por falta de agua-ASSA NO TENÍA GENERADORES PARA EL ACUEDUCTO


La ciudad volvió a vivir la semana pasada situaciones angustiantes al padecer, por prolongado tiempo, la carencia total del preciado líquido en su red debido a la interrupción del suministro eléctrico por causa de la tormenta del domingo 16 de diciembre.

La llegada de las altas temperaturas predispone a los rafaelinos de manera especial porque saben que se avecinan situaciones de penuria en cuanto al abastecimiento de agua y en amplios sectores de la ciudad se ven absolutamente privados del servicio y en otros con apenas un hilo del vital elemento en sus canillas.
El motivo es archiconocido y es que el acueducto que trae agua desde las tomas en Esperanza no da abasto para satisfacer la demanda de la población que ya ha superado largamente la cantidad de habitantes para la que estuvo proyectado.
Ante semejante dependencia de este sistema de captación y transporte de agua potable para la ciudad era de esperar que, luego de más de 30 años de estar en servicio, tenga el mantenimiento y la disponibilidad técnica y de equipamiento para su adecuado funcionamiento, pero el vendaval del fin de semana de mediados de diciembre dejó al descubierto que la realidad dista mucho de ser ésta, a pesar de que Aguas Santafesinas SA aseguró, en reiteradas oportunidades, lo contrario.
Por otro lado, se pusieron de manifiesto, nítidamente, la falta de inversiones, la absoluta improvisación y la carencia de un plan coordinado entre Assa y la Empresa Provincial de la Energía (EPE) para hacer frente a las dificultades derivadas de una tormenta como la de hace dos domingos, una de las tantas que se anuncian para los próximos meses. No hay otra explicación para entender que no se previera la posibilidad de cortes de energía y que ninguna de las dos empresas contaran con equipos generadores suficientes para operar los pozos y la estación de bombeo del acueducto.
A pesar de los comunicados de Aguas Santafesinas SA, para atenuar la situación, la ciudad estuvo sin agua casi por 48 horas (lunes y martes de la semana pasada) y el servicio recién pudo normalizarse el viernes. Pero, fue luego de que las autoridades municipales salieran a reclamar públicamente por la insuficiente prestación del servicio, que Assa reconoció no contar con el equipamiento necesario para solucionar los inconvenientes y al mismo tiempo aceptó que no contaba con el presupuesto suficiente como para alquilarlos.
Tres días de sufrimiento de los usuarios rafaelinos fueron necesarios para que Assa reaccionara y saliera a buscar recursos. El Enress todavía ni se enteró de esta situación para ejercer el rol de policía y control de la prestación de los servicios sanitarios también en Rafaela.
Afortunadamente para la ciudad, en las últimas horas del viernes pasado, Aguas Santafesinas informó que pudo alquilar 9 grupos electrógenos y ahora contará con 18 de estos equipos para “pasar el verano”.
Trato especial
Igualmente, el intendente Luis Castellano salió a pedir que “Assa y el gobierno provincial deben tratar definitivamente a Rafaela como un caso especial por el tema del agua y tener grupos electrógenos, no alquilarlos sólo para el verano”.
“Pedimos otra vez que Rafaela en este tema no sea comparada con el resto de las áreas concesionadas sino que especialmente se la tenga en cuenta por la situación deficitaria que tiene y cómo impide esto su crecimiento’’, sostuvo el mandatario.
Situación actual
Entre el acueducto Esperanza- Rafaela y la Planta de Osmosis Inversa (POI) en funcionamiento vuelcan a la red de agua potable 1.400 metros cúbicos por hora. De este volumen, 200 m3 lo aporta la POI. Rafaela consume 330 litros por habitante, por día; Santa Fe 450 litros por habitante, por día, y Rosario 550 litros por habitante, por día.
Sin terminar
Para este verano, se esperaba que la planta de ósmosis inversa, cuyo montaje quedó paralizado (tiene un avance de obra del 70 %) al suspender la provincia el envío de fondos, aportara algo más al caudal de agua que recibe la ciudad. A fines de septiembre, el gobernador asumió el compromiso de concluirla (faltan unos $ 2,5 millones), pero ya no hay ninguna posibilidad de que la promesa pueda cumplirse debido a que los trabajos todavía no comenzaron.

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