miércoles, 10 de octubre de 2012

SANTA FE: “Nos persiguieron 27 minutos y después casi nos linchan”

El regreso tras una cena con amigos casi termina en tragedida para un matrimonio de barrio Roma, que sufrió un intento de asalto y luego agresiones por parte de asistentes a una bailanta.


El regreso de una cena con amigos terminó en tragedia para una pareja santafesina de barrio Roma. El lunes, a las 5, cuatro motociclistas interceptaron el auto de María Clara Franconieri (33) y Miguel Rodolfo Van Isseldyk (40), a metros de su casa, en calle Mendoza y Juan Díaz de Solís. Intentaron obligar al matrimonio a detener el auto, pero con una rápida maniobra Van Isseldyk logró evadirlos. Pero entonces, comenzó una violenta persecusión de idas y vueltas por calle Mendoza que duró exactamente 27 minutos, durante todo ese tiempo les “llovieron” piedras y cascotes, hasta que las víctimas se detuvieron en la puerta de su casa porque vieron que llegaba la policía. Sin embargo, lo peor aún estaba por llegar.


Cuando el Citroen C4 frenó, los policías creyeron que Van Isseldyk era quien estaba cometiendo el asalto, lo bajaron del auto y lo detuvieron. Mientras, Franconieri quedó sola en el vehículo y los cuatro motociclistas, más unas cien personas que salían de un baile que se desarrollaba en elclub Newell’s Old Boys- ubicado exactamente frente a la casa de las víctimas- continuaron rompiéndole el vehículo y lograron bajar a la mujer quién también sufrió severos golpes y agresiones. En diálogo con Diario UNO, María Clara Franconieri explicó el violento episodio.


—¿Cómo se produjo la emboscada?


—Estábamos llegando a casa cuando se nos aparecen cuatro motos. Dos de ellas se pusieron adelante del auto y las otras dos, una en cada puerta. Nos querían robar y mi esposo pega el volantazo para poder seguir hasta avenida Freyre. Cuando llegamos a la esquina de San José y Mendoza, se nos aproximan otras tres motos y ahí empezó la persecución.


Condujimos en contramano porque no nos daban lugar para escapar. A metros del hospital de Niños había una camioneta de la policía que evidentemente no entendió la situación, porque no nos ayudaron. Durante 27 minutos -porque tengo grabada la persecución con el celular - nos persiguieron por calle Mendoza y mientras tanto, yo mantenía una llamada con el 911. Nunca llegó el 911. A la chica de la operadora yo le decía «ayudame, me están matando, me están rompiendo el auto a piedrazos, estoy llendo a contramano. Ayudame porque o me mato en el auto o me matan ellos» y lo único que me contestaba era «señora, tranquilícese».


—¿Por qué frenan el auto en la puerta de su casa?


—Lo único que nosotros sentíamos eran golpes y golpes, de las piedras. Y mi marido iba y venía por calle Mendoza tratando de perderlos. En un momento dado, en calle Mendoza y Solís, aparece un auto de la policía, entonces nosotros pensamos que era para ayudarnos y volvemos a dar la vuelta y estacionamos en la puerta de mi casa. Y ahí fue un desastre total, se bajaron todos los de las motos, nos rompieron el auto y recién ahí llega la policía. Los habían llamado los vecinos, porque de mi comunicación con la policía no logramos nada.


—¿Qué sucede cuando llega la policía?


— En vez de ver qué estaba pasando, los policías pensaron que el que me estaba robando era mi marido. Lo bajaron del auto, lo tiraron al piso, lo esposaron y lo metieron adentro de un patrullero. A mi me dejaron sola en el auto a merced de todos ellos. Los de las motos me terminan de romper el vidrio del acompañante, me abren la puerta y me bajaron a patadas y ahí se sumó toda la gente que salía del baile, que se adhirió a lincharme el auto. Recién cuando llegan otros dos móviles de la policía se empiezan a dispersar y les digo que el que tiene detenido es mi marido y que los delincuentes se les estaban escapando en contramano por Juan Días de Solís.


—¿Habían sucedido antes ataques de este tipo a los vecinos por parte de asistentes a las fiestas del club Newell’s Old Boys?


— Hace un año que comenzaron a realizarse los bailes en el club, que se hacen los viernes, sábados y los lunes vísperas de feriado. Y el barrio cambió por completo. Todos los negocios han sufrido intentos de robos y también domicilios particulares. Además, que riñas callejeras permanentes y todo lo que conlleva semejante congregación de gente sin ningún control, venta de alcohol a menores, droga. Un desastre. La diferencia es que - hasta ahora- nunca habían atacado a las personas. Yo soy nieta del fundador del club, hace 33 años que vivo en este barrio y me duele en el alma tener que pedir que terminen una actividad que le hace entrar dinero al club. Pero no puede ser que la recaudación sea a costa de la vida de los vecinos. ¿Cuándo van a reaccionar, cuando maten a alguien? El club no se hizo cargo de nada, yo fui a hablar con el presidente del club, Felix Cardonnet, pero lamentablemente se desentienden del problema. Uno de los vecinos denunció en ruidos molestos, en la Municipalidad, y nadie hizo nada. Tampoco hay policías cuidando y los dos custodios que pone el club anoche, por ejemplo, no hicieron nada, eran espectadores de los que sucedía.

Esto es delincuencia, lo que está sucediendo son delitos en forma permanente.

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